DESAFÍOS EN LA EJECUCIÓN DE LA TICS EN LA SALUD Y LOS OBJETIVOS DEL DESARROLLO DIGITALIZADO
Enviado por Diana Briones Morán • 14 de Julio de 2020 • Documentos de Investigación • 1.998 Palabras (8 Páginas) • 90 Visitas
DESAFÍOS EN LA EJECUCIÓN DE LA TICS EN LA SALUD Y LOS OBJETIVOS DEL DESARROLLO DIGITALIZADO.
En América Latina y el Caribe existen notorias inequidades en salud. Una variedad de factores limita el acceso a una atención médica oportuna y de calidad: escasez de recursos -humanos, de infraestructura, equipamiento, medicamentos-, distancia física y cultural entre la oferta pública y la población demandante e ingresos familiares reducidos. Así, nivel de ingresos, localización y origen étnico son variables que marcan la vulnerabilidad y exclusión de millones de hogares en la región. Esto, además, se acompaña de cambios en la estructura de la demanda tanto por un acelerado envejecimiento de la población como por el crecimiento urbano, especialmente en ciudades intermedias. Este escenario plantea importantes desafíos a la formulación de políticas y estrategias de parte de los Estados en las cuales no podrán estar ausentes decisiones relativas a la incorporación de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Su potencial en la reducción a las limitaciones de acceso, así como en mejoras de eficiencia en el sector, son algunos de los elementos a considerar para afrontar decididamente las complejidades y resistencias que otros sectores ya han abordado.
Ocho dimensiones de contribución han sido identificadas: acceso, eficacia, eficiencia, calidad, seguridad, generación de conocimiento, impacto en la economía e integración. Cada una de ellas se vincula a los diferentes ámbitos de aplicación: prevención, diagnóstico, tratamiento, monitoreo, educación sanitaria, gestión de los servicios y comercio electrónico en el sector salud. Los beneficios y externalidades positivas se extienden tanto a los pacientes y ciudadanos en general, como a los profesionales de salud y al conjunto de la sociedad por sus efectos en términos de crecimiento económico. Acceso, eficacia, eficiencia y calidad interactúan positivamente en aplicaciones de telemedicina. Específicamente, y a modo de ejemplo, la teleconsulta y la teleradiología permiten reorganizar recursos médicos para favorecer el incremento del acceso a prestaciones de salud más oportunas y de mejor calidad, con mejoras de eficiencia en el uso de los recursos implicados, tanto de los servicios de salud como de los propios pacientes. Igualmente, evidente es el potencial de tales aplicaciones en la reducción de brechas geográficas, facilitando el acceso a recursos, diagnósticos o al conocimiento de especialistas escasos mediante la interconexión de centros de salud de diferente nivel. Esta capacidad no sólo hay que considerarla a partir de la dicotomía urbano – rural sino, también, entre ciudades y poblados de distinto tamaño. Bien conocida es la concentración de recursos en la ciudad capital o metrópolis de cada uno de los países de la región. Del mismo modo, con el sostenido envejecimiento de la población, las aplicaciones de televigilancia adquirirán cada vez más relevancia para el control de pacientes crónicos. Así, se reducen las brechas de acceso a la capacitación continua de los equipos de salud distribuidos en los territorios, favoreciendo tanto su establecimiento en éstos como la calidad de la atención. Por otra parte, sobre la base de que el excesivo contacto, exámenes y derivaciones constituyen un obstáculo para pacientes que no hablan la lengua oficial, se plantea la capacidad de la salud-e para crear sistemas centrados en el ciudadano que, al mismo tiempo, respeten las distintas tradiciones contribuyendo a reducir las barreras culturales en la prestación de los servicios.
Otro ámbito de beneficios dice relación con la gestión integrada de la información administrativa, clínica y de salud, con un alto potencial de mejoras en la eficiencia del sistema de salud. La mayor capacidad de almacenamiento, agregación y análisis de datos contribuye a la toma decisiones tanto de optimización de procesos como en la priorización de los diversos destinos del gasto público en salud. (Fernández, 2010)
La inclusión digital de los colectivos de mayor edad presenta un desafío en las sociedades contemporáneas.
El envejecimiento es un proceso multidimensional y se ha desarrollado su estudio desde distintas perspectivas considerándolo tanto como proceso demográfico como biológico, psicológico, cultural y social Las construcciones sociales sobre envejecimiento y vejez desarrolladas en las sociedades occidentales avanzadas se van distanciando de la teoría de la desvinculación, justificada por una concepción de vejez como proceso de declinación, pérdida de funciones y deterioro. El tratamiento del tema TIC y mayores se inscribe generalmente en las líneas que se ocupan de las desigualdades o brechas en la sociedad informacional: todos los autores parten del reconocimiento de la situación de desventaja de ese grupo en relación a las tecnologías digitales. La consideración del colectivo adultos mayores dentro de los “excluidos digitales” o como “adoptantes tardíos” y el reconocimiento de la importancia de las tecnologías en distintos ámbitos, proporciona un marco para fundamentar la conveniencia en la adopción de las mismas o plantearlo en términos de inclusión social: “Las TIC se convierten para los mayores como una oportunidad de seguir integrados en la sociedad”. En ese sentido, la inclusión digital puede inscribirse como una dimensión transversal para la integración social de acuerdo a los principios en favor de las personas de edad ya enunciados en 1991 por las Naciones Unidas: Independencia, Participación, Cuidados, Autorrealización y Dignidad. Esa oportunidad, que no debe sin embargo considerarse como un imperativo social, necesita para desarrollarse como tal de políticas, programas e iniciativas que promuevan la apropiación de las TIC por parte de las personas mayores. Apropiarse implica para personas o colectivos hacer propias, incorporar de acuerdo a las propias necesidades e intereses las tecnologías en la vida cotidiana produciendo transformaciones. (Casamayou & Morales, 2017).
Las TIC también contribuyen para incrementar el empoderamiento y la auto-gestión. Además, son clave en el seguimiento y el coaching remoto. Algunas tecnologías muy diseminadas tienen un papel importante: los dispositivos usables (wearables), los dispositivos médicos de uso personal (por ejemplo, medidores de glucosa en sangre) y las aplicaciones (apps) de salud digital. Los wearables permiten mantener un registro de la actividad física diaria y los patrones de sueño, entre otros. Por otro lado, los dispositivos médicos de uso personal, conectados o no, ayudan a los pacientes a verificar variables que deben controlar y las TIC les ayudan a analizar los datos recogidos y hacer llegar la información relevante a los cuidadores informales (ej., hijos o nietos) o formales.
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