ETICA DE LA EMPRESA
Enviado por lupisbrisa • 6 de Noviembre de 2014 • 3.145 Palabras (13 Páginas) • 215 Visitas
Ética de la Empresa*
En principio quisiera recordar a todos los presentes que la ética de la
empresa nació en los años 70 del siglo XX, en Estados Unidos, y se le da el
nombre de Business Ethics.
En español la traducción que se le ha dado es Ética de la Empresa, porque
nos parece que eso de ética de los negocios no es suficiente; una empresa no
es nada más un negocio, no se trata de hacer únicamente un negocio y
olvidarse de lo demás, sino que la palabra empresa es mucho más
hermosa.
Al ser uno empresario o emprendedor, se está llamado a grandes
empresas o tan siquiera a empresas de la vida cotidiana. El empresario tiene
que ser alguien que tenga imaginación, capacidad de liderazgo, que quiera
llevar detrás a un grupo que crea en su proyecto y que juntos quieran
perseguir una meta; entonces, ya en la expresión nos pareció importante, a la
hora de traducir, no hablar puramente de negocio sino hablar de empresa y
de ética de la empresa.
En Estados Unidos nació en los años 70 y después paulatinamente fue
entrando en Europa y América Latina. Hoy en día hay una gran cantidad de
cátedras y publicaciones de ética de la empresa y una gran cantidad de grupos
del mundo empresarial que están trabajando desde perspectivas éticas.
Yo insisto en ética y no tanto en responsabilidad. Creo que el tema
de responsabilidad social es central y que hoy día está tomando un auge
enorme y que hay que aprovecharlo, ya que es algo que puede transformar las
empresas desde dentro, tal como lo que ustedes hacen.
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Me gusta recordar que la responsabilidad social de la que luego hablaré, el
triple balance económico y ambiental, tiene su entronque no en el simple
balance sino en una auténtica ética, y ética quiere decir carácter; la palabra
viene de ethos. Todas las personas nacimos con un temperamento que no
elegimos. A lo largo de la vida vamos tomando distintas decisiones, y con
ellas, vamos forjando distintas predisposiciones.
Si nos acostumbramos a tomar decisiones justas, adquirimos la
predisposición a actuar con justicia, si nos acostumbramos a tomar
decisiones prudentes, adquirimos la predisposición de actuar prudentemente,
de tal manera que cuando uno ya ha adquirido una predisposición en un
sentido determinado, es muy difícil actuar en el sentido contrario. Cuando
uno ya está acostumbrado a fumar es muy difícil dejar de fumar, cuando uno
está acostumbrado a salir a la calle con un pie es muy difícil tomarla con el
otro, cuando uno está acostumbrado a ser justo las injusticias le duelen,
cuando está acostumbrado a corromperse ya no lo nota, la verdad es que
nacer con un determinado temperamento y tener que ir forjando esas
predisposiciones es inevitable, lo hacemos todos, todos nos vamos forjando
unas predisposiciones u otras, no tenemos más remedio que ir forjando esas
predisposiciones.
A las predisposiciones para actuar bien se les llama virtudes y a las
predisposiciones para actuar mal se les llama vicios.
Pero en general ¿qué son las virtudes? Son las predisposiciones para
actuar con justicia, prudencia, honestidad, etc., y ¿qué son los vicios? Pues
lo contrario, la predisposición para actuar con injusticia, imprudencia,
opacidad, deshonestidad, etc.
La palabra virtud no está muy bien vista en los últimos tiempos, parece
que en algún tiempo decir que alguien era un dotado de virtudes era un
piropo y ahora más bien es un insulto, el símbolo de las virtudes no se lleva
mucho, incluso en España se acostumbraba nombrar a las hijas virtudes pero
ahora a nadie se le ocurre porque parece ser contracorriente.
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La palabra virtud, si ustedes lo recuerdan, en griego se decía arethe y quiere
decir excelencia; las virtudes son excelencias, el virtuoso es el excelente, en
justicia, en prudencia, el que trabaja en este sentido y hasta tal punto que es
excelente en eso.
Durante mucho tiempo se discutió sobre si las organizaciones empresariales o
si sólo las personas tienen o no carácter. Todas las personas ser forjan un
carácter de uno u otro tipo, pero las organizaciones tienen también un
carácter: se lo forjan, se puede decir que tienen una identidad, conciencia,
toman decisiones desde unos valores.
Hay empresas que son más virtuosas que otras, más excelentes que
otras, yo creo que las organizaciones se forjan un carácter. Las personas que
nos acercamos a una empresa percibimos cuál es el carácter de sus productos,
cuál el de sus trabajadores, cuál el de sus líderes, así que percibimos desde
donde se están tomando las decisiones y desde qué sentido.
Realmente entiendo que la ética de la empresa trata del carácter de las
empresas, de cómo las empresas se tienen que forjar un carácter y en que
sentido se lo tienen que forjar.
Naturalmente el carácter es un trabajo de medio y largo plazo, por eso
la empresa no es un negocio de un día. El carácter de la empresa se forja en el
medio y largo plazo, es necesario repetir actos, ser creativos, forjar esa solidez
de la identidad de los valores de la empresa que inspira confianza en la gente
que la conoce.
Para forjarse el carácter se necesita compenetración entre la gente de la
empresa, conocimiento de los valores que nos interesan, hacia donde vamos a
ir... ¿y si nos interesa un código?, ¿por qué nos damos ese código?, ¿por qué
queremos ese código?
En tiempos como los nuestros el cortoplacismo es una característica, el
tener que tomar decisiones a corto plazo, cuando la solidez y el carácter se
forjan en el medio y largo plazo que es en tiempo humano.
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Los clásicos decían, que como nos tenemos que forjar un carácter, pues lo
inteligente es forjarnos un buen carácter, es de estúpidos forjarse un mal
carácter, porque si de cualquier forma nos lo hemos de forjar, más vale que
sea un buen carácter.
Un buen carácter sería fundamentalmente forjado en la prudencia y la
justicia. La prudencia, como saben, es una excelente virtud para tratar de
captar cuál es le termino medio, cuál es la jugada oportuna, pero por sí sola
no es suficiente si no es en el marco de la justicia, porque
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