El equilibrio ecológico
Enviado por luchosoft • 28 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 1.828 Palabras (8 Páginas) • 242 Visitas
1.- Introducción.-
Conquistar espacios para engrandecer y encumbrar nuestra humanidad propició a
lo largo de un sinnúmero de siglos someter a la indómita e impredecible naturaleza. Sin embargo, una vez casi logrado ese propósito, con el acrecentado
auxilio de la ciencia y la tecnología, la naturaleza paulatinamente ha dejado se ser el lugar de amigable encuentro para convertirla, por la conducta humana hipertrofiada, en un objeto de devastación. Es un hecho que la humanidad de este
tiempo se encuentra empeñada en quebrar el equilibrio ecológico, como si en esa
desbocada trayectoria no comprometiera el futuro de su vida y la de sus propios congéneres. ¿Cuáles son las razones de este proceder? Sin duda son múltiplespero entre ellas despunta su codicia desaforada, su avidez de lucro, su rapacería dispuesta a todo; actitudes denotativas del insufrible padecimiento de conductas patológicas. Efectivamente, desde que hemos existido como humanidad, se ha venido alterando los ecosistemas pero desde que se inició la era industrial, la escala de esas alteraciones ha sido cada vez mayor debido, en particular, al crecimiento demográfico, al creciente consumo de energía, la intensidad del uso del suelo, y al desempeño de otras actividades humanas que han ido lacerando al planeta cuyo resultado es la acumulación de calor que viene contrarrestando la evaporación terrestre, comportándose como techos de invernadero.
Es por esa razón que, los gases que generan el acumulamiento de calor, se les ha
denominado de efecto invernadero; y lo que desconcierta aún más, es que la producción de esos gases se halla en las industrias y corporaciones que se encuentran situadas en las naciones más desarrolladas y prósperas del mundo.
Aquellos letales gases, estiman los especialistas, son fundamentalmente cuatro: el
dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el sulfopentafluoruro de trifluorometilo. Entre estos cuatro gases este último es motivo de especial inquietud, porque se desconoce su procedencia (se ha afirmado que provendría de experiencias militares secretas) y porque una molécula de este gas tiene un potencial de retención del calor 18.000 veces mayor que una molécula de CO2.
Adviértase que como consecuencia de estas perversas actividades, los pronósticos de los científicos más optimistas auguran un escenario dantesco de aquí a 25 años: Aproximadamente 200 millones de desplazados y la extinción del 40% de las especies actuales, como secuela de las sequías e inundaciones que envolverán irremediablemente al planeta. Mientras algunos e interesados “científicos” siguen discutiendo sobre la influencia de la acción humana en el cambio climático y los gobernantes dudan si tomar medidas drásticas para atajarlo, sus efectos ya se están empezando a notar en diferentes ámbitos de nuestras vidas. Uno de los campos en que el cambio climático está teniendo una repercusión real es en la salud, con ejemplos como las enfermedades derivadas de la alteración de los ecosistemas y las carencias nutricionales que presentan las poblaciones desplazadas a causa de fenómenos climáticos extremos que arruinan sus cosechas y desertizan el suelo; así como el surgimiento de nuevos eventos patógenos que se están dejando ver, coincide con un informe de alerta que hace pocos meses la OMS emitió ante la comunidad internacional, respecto al incremento de la malnutrición, las infecciones y los problemas cardiorrespiratorios en todo el mundo, relacionándolos directamente con el cambio climático. “No estamos preocupados por las muertes y las enfermedades a consecuencia del cambio en el clima, sino que ya estamos siendo testigos de sus efectos y experimentando hoy a pequeña escala lo que pasará mañana”, afirma la OMS en un lacónico comunicado en el que vaticina un cambio en la distribución de algunas cepas víricas.
En apenas 15 años, continúan advirtiendo los expertos, entre 75 y 250 millones de
personas podrían enfrentarse a la escasez de agua y a descender la producción de las cosechas en torno a un 30%. Según los mismos informes científicos, las regiones más afectadas serán los polos, el África subsahariana, las islas de menor
relieve, los grandes deltas fluviales, el sur de Europa y la cuenca mediterránea. Respecto a Latinoamérica, diversos documentos la sitúan entre las más perjudicadas, pues, puntualizan textualmente, “en áreas que ya eran vulnerables a
la variabilidad climática, se darán peores condiciones, con altas temperaturas y sequías, reducción de los recursos hídricos, del potencial hidroeléctrico y de la productividad de las cosechas”. Uno de los aspectos centrales en las que recaerá esta crisis planetaria está en que la economía de nuestro país que, no lo olvidemos, es una economía que sustancialmente depende de sus recursos naturales, recibirá uno de los peores impactos. Desafortunadamente los gobiernos no se dan cuenta de la gravedad de esta sobrecogedora situación. Deseo, en esta parte introductoria, proporcionarles un dato histórico: Durante el siglo XX, la temperatura media de la superficie terrestre aumentó en 0,6 ºC aproximadamente, pero es de destacar que el 66% de ese calentamiento se había producido desde 1975. Según cálculos fidedignos de los climatólogos, esa elevación de la temperatura va a acelerarse durante los próximos quince años. El Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, integrado por especialistas de todo el mundo y creado en 1988, estima que el incremento de la temperatura registrado desde el decenio de 1970 excede el límite superior de la variabilidad natural histórica
RESUMEN
La preocupación de los últimos años por el medio ambiente no es sino una manifestación actual de un tema de todos los tiempos: la relación del hombre con su medio ambiente aparece hoy teñida de una gran complejidad debido al impacto generado sobre la naturaleza por el progreso científico y tecnológico, el crecimiento demográfico y la utilización intensiva de los recursos naturales, aspecto que además de crear una gama de problemas globales, amenazan no sólo la supervivencia de la especie humana sino toda la vida terrestre. Se ha dicho, con razón, que en determinadas circunstancias dramáticas en las que la Comunidad Internacional
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