L A MINERÍA PERUANA : LO QUE SABEMOS Y LO QUE AÚN NOS FALTA POR SABER
Enviado por seannn • 27 de Julio de 2013 • 1.130 Palabras (5 Páginas) • 229 Visitas
NTRODUCCIÓN
Los peruanos tenemos una relación de amor-odio con la minería. La larga tradi-
ción minera del país y su contribución a la generación de divisas necesarias para
mantener el equilibrio macroeconómico hacen que este sector sea apreciado y
considerado por varios grupos de la sociedad como el motor del crecimiento de
la economía peruana. Los cambios en la legislación minera durante la década
de 1990 refl
ejan, por ejemplo, esta visión, que suelen compartir los ciudadanos
de las urbes —principalmente de Lima y de otras de la costa—; después de
todo, son los principales benefi
ciarios de los ingresos mineros vía la provisión
de servicios. En este contexto, el creciente descontento de las poblaciones ubi-
cadas cerca de los centros de operaciones mineras resulta poco entendible: si
la minería signifi
ca tantos benefi
cios, ¿cómo pueden estar contra una actividad
económica que trae crecimiento económico?; ¿por qué sus habitantes no aprecian
los avances que las empresas mineras presentan en sus balances sociales? Quizá
la respuesta radique simplemente en que —aun con minería— siguen siendo tan
pobres; en que el Estado los sigue excluyendo de su condición de ciudadanos;
en que sus capacidades no han aumentado; y en que, como comunidades, se
ven obligadas a competir con las empresas mineras para usar recursos como el
agua y la tierra o para conservarlos.
La situación actual, en la cual el odio está inclinando la balanza a su favor,
se relaciona también con una visión simplista de la minería peruana: la vemos
* Los autores agradecen la asistencia de investigación de Cristina Rosemberg y Juan Manuel
Briceño, y los comentarios de Manuel Pulgar Vidal a una versión preliminar.
MANUEL GLAVE, JUANA KURAMOTO
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como fuente de desarrollo, pero olvidamos que ningún desarrollo es automáti-
co. Es preciso diseñar e implementar políticas que promuevan la diversifi
cación
económica y que generen incentivos para la inversión en actividades económicas
en las zonas mineras. Asimismo, es preciso que el Estado haga inversiones com-
plementarias que incrementen el impacto del canon y las regalías, entre otras
medidas. Pero también olvidamos que para diseñar e implementar políticas se
debe tener un sólido conocimiento sobre el tema. Sabemos lo más evidente de
la minería, pero todavía tenemos grandes vacíos sobre su funcionamiento y sus
impactos. Como ejemplo, un cambio como la imposición de regalías tiene efectos
en la rentabilidad del sector y, por lo tanto, en su productividad a nivel global.
Pero ¿acaso las regalías son las únicas variables que afectan la rentabilidad y la
competitividad? ¿No importa la innovación tecnológica, que de hecho revitalizó
a la industria del cobre estadounidense durante las décadas de 1970 y 1980?
Respecto al desarrollo, seguimos manejando esquemas de teorías surgidas
en la primera mitad del siglo pasado. Esperamos que los encadenamientos pro-
puestos por Hirschman (1958) se generen automáticamente, o que el
big push
propuesto por Rosenstein-Rodan (1961) se presente con una inversión minera
masiva. Sin embargo ¿no sería necesario actualizar esas estrategias de desarrollo?
Por otro lado, pensamos que el desarrollo nacional deviene inmediatamente en
un desarrollo regional y local. Pero ¿acaso en el Perú alguna vez se han dise-
ñado políticas de atracción de inversión local que promuevan la generación de
empleo?
En cuanto a los confl
ictos, continuamos esperando a que surjan para solo
entonces actuar sobre ellos. Todavía no generamos herramientas que permitan
intervenir en sus causas más visibles, como la valoración de la tierra en los pro-
cesos de venta o la valoración de los impactos ambientales, lo que permitiría
llegar a acuerdos de compensación más adecuados.
Este ensayo pretende echar luces sobre lo que sabemos y lo que no sabemos
de la minería, para identifi
car una agenda de investigación
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