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Mitos e Ilusiones en la Ciencia.


Enviado por   •  26 de Enero de 2017  •  Tarea  •  2.109 Palabras (9 Páginas)  •  329 Visitas

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Universidad Nacional Experimental

De las fuerzas Armadas Bolivariana

Núcleo Táchira

Doctorado Innovaciones Educativas

Mitos e Ilusiones en la Ciencia

Integrantes:   Bazó P.  Alida

Rodríguez Gelvez Rosa C

Torres Ángela

San Cristóbal, Noviembre 2010

Mitos e Ilusiones en la Ciencia

Siempre se ha visto a la ciencia como algo muy rigurosos en su procedimiento, sin embargo se le  han detectados ciertas debilidades que no la hacen tan certera como parece. A continuación se presentan algunas de estas debilidades:

No tenemos evidencia de relaciones causales

Partiendo de la postura de Heisenberg, respecto a que toda descripción de la naturaleza contiene una incertidumbre esencial e inamovible, es fácil adentrarse en el campo de la complejidad como visión de la realidad. Perspectiva según la cual afloran los límites, las insuficiencias y las carencias del pensamiento simplificante.

Si bien el conocimiento científico fue concebido durante mucho tiempo, y aún lo es a menudo, como teniendo por misión la de disipar la aparente complejidad de los fenómenos, a fin de revelar el orden simple al que obedecen, hoy surge una nueva óptica en la que los modos simplificadores del conocimiento se aprecian como elementos que mutilan, mas de lo que expresan, aquellas realidades de lo que intentan dar cuenta. De manera que producen más ceguera que elucidación, y cubre de brumas e imprecisiones las apreciaciones que puedan tenerse sobre los fenómenos, mas aún cuando se intenta abordar el área de lo social o antropológico.

Surge entonces como necesario ver si hay un modo de pensar, o un método, capaz de estar a la altura  del desafío de la complejidad. Procurando, como bien lo expresa Morin, dialogar con lo real, dejando de lado la previa concepción de dominio de lo real, que se presentó como la clara ambición del pensamiento simple.

Debe reconocerse, sin embargo, que la complejidad no conduce a la total eliminación de la simplicidad, y, de igual modo, que complejidad no implica completud. Por el contrario, el pensamiento complejo aspira al conocimiento multidimensional, reconociendo las interacciones y causalidades inherentes a cada fenómeno.

Implica el reconocimiento de los lazos entre las entidades que nuestro pensamiento debe distinguir, pero no aislar entre sí. Aspecto que ya Pascal había planteado correctamente al afirmar que todas las cosas son “causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y que todas subsisten por un lazo natural e insensible que liga a las mas alejadas y a las mas diferentes”.

De esta manera si las “conexiones causales” no se consideran al evaluar un fenómeno, parte de la esencia misma del objeto o fenómeno a estudiar se diluye en la incertidumbre, y las aproximaciones a su entendimiento serán imprecisas, como consecuencia directa de la simplificación.

Ya Bachelard, había descubierto que lo simple no existe; sólo existe lo simplificado. La ciencia construye su objeto extrayéndolo de su ambiente complejo para ponerlo en situaciones experimentales no complejas. Esto lo complementa Morin al afirmar que la ciencia no es  el estudio del universo simple, es una “simplificación heurística necesaria para extraer ciertas propiedades, ver ciertas leyes”.

Las leyes de probabilidad son leyes a medias

Ahora bien, la complejidad nos abre las puertas para apreciar de un modo diferente la realidad, y ver a cada individuo, a cada fenómeno, como parte de un todo con el que comparte sus similitudes y antagonismos. No es una receta para conocer lo inesperado, al contrario nos vuelve prudentes ante la trivialidad aparente de los determinismos.

En el  contexto complejo en el que nos desenvolvemos tiene cabida la frase de Pascal: “comprobamos como nosotros mismos podemos ser múltiples siendo únicos como somos”, por lo tanto, la certidumbre matemática se aleja de la posibilidad de conocer el sentido propio de los individuos y de definir claramente su rol bajo parámetros determinísticos.

Precisamente, dado que todas las cosas son causadas y causantes, se considera imposible conocer las partes sin conocer el todo, y de igual modo conocer el todo sin conocer las partes.

Por otra parte, en el campo de los estudios sociales y antropológicos, la certidumbre se pierde y deja de tener valor práctico, pues los elementos que subyacen alrededor del individuo y que pueden ser acumulados  en una “variable no mensurable” pueden sufrir variaciones que influenciarán de manera decisiva sobre el comportamiento del individuo, de manera que lo que es válido a nivel grupal puede dejar de serlo a nivel individual.

En este plano de confusión tiene validez la postura de Morin: La aceptación de la confusión puede convertirse en un medio para resistir a la simplificación mutiladora. Desde esta perspectiva la ignorancia, la incertidumbre y la confusión se convierten en virtudes.

Dada la imposibilidad de considerar la totalidad de elementos que influyen en la actuación de un individuo en su contexto social e histórico, solo cabe la certeza de aceptación de la incertidumbre que envuelve la búsqueda del conocimiento, así como el reconocimiento de que el conocimiento es inacabado y lleva siempre algo de inacabable.

De manera que en el campo social y humano surge como requerimiento establecer y aplicar un principio organizador del conocimiento, que nos conlleve a reorganizar nuestro sistema mental para reaprender a aprender.

La plena objetividad es una ilusión

En la filosofía del conocimiento, para analizar “la plena objetividad es una ilusión”, debemos considerar sus características; primero a) un punto arquimedico, entendiendo por éste a un punto de partida claro, que evite  la relatividad de las opiniones de esta forma poder crear un conocimiento totalmente cierto, aseveración que se desprende de los aportes de Descartes, y b) no existe cero absoluto, se considera así un acuerdo intersujetivo basado en una discusión critica, en la cual existen puntos coincidente bien sea en lo conceptual, en los valores, antecedentes entre otros.

La posición de Descarte es que el hombre no puede alcanzar un conocimiento cierto, pero si puede hacerlo, formuló  “las cosas que comprendemos de manera totalmente clara y distinta son todas verdaderas”.  Esto significa que el criterio último de la verdad reside en la evidencia, y la evidencia del punto de partida es la premisa de todo  conocimiento ulterior.

Por otra parte, al considerar la intersujetividad se considera la sujetividad por naturaleza del ser humano sobre las cosas, encontrando así puntos de vista distintos que dan paso a la crítica, a la discusión que permita generar nuevas ideas, hipótesis, iniciar estudios, sin que ello representa una verdad absoluta ya que tiene como base un punto subjetivo aun cuando se refiera a un grupo de personas.

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