Practica 5 Word
Enviado por naila10 • 12 de Marzo de 2014 • 460 Palabras (2 Páginas) • 286 Visitas
1.- Ortografía y Gramática.
• Homófonos.
Las palabras homófonas son todas aquellas que se pronuncian de la misma manera aunque su ortografía y significado sean diferentes. Por lo tanto, son palabras que acústicamente suenan igual. Sin embargo, se escriben de otra forma además de que su significado varía totalmente. Generalmente son consideradas como una subclase de las llamadas palabras homónimas.
• Sinónimos. Isla de los Sentimientos.
Érase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos:
La alegría, la tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Un día les fue avisado a los moradores que la isla se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla,
Se metieron en sus barcos y se prepararon a partir,
Pero el Amor se quedó,
Porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba antes de que se hundiese.
Cuando por fin ya estaba casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el Amor le dijo: Riqueza llévame contigo.
No puedo – le contestó – hay mucho oro y plata en mi barco,
Reporte: En este apartado utilice el corrector ortográfico, y aplique uno de los estilos que aparecen en Word.
2.- Edición Inteligente.
Te adoro nube porque eres
símbolo mío en la tarde,
púrpura que acaba en nieve,
nieve que acaba en el aire...
¡nada entre tanto combate!
Sangre que afluye a las sienes,
sienes que en sueño se abaten...
-¿Quién te venció sin rehenes?
I adore cloud because you are
Purple ending in snow,
snow ending in the air...
Nothing in the meantime fights!
Blood flowing to the temples,
temples that fold in dream...
-Who you beat without hostages?
Reporte: En este punto, copie un poema y después utilice el traductor de Word para cambiar de idioma, el traductor me manda a una página de internet para traducir y me da la opción de traducir todo el texto o solo el seleccionado.
3.- Insertar.
El fantasma de canterville (fragmento)
-El fantasma existe, me lo temo -dijo lord Canterville, sonriendo-, aunque quizá se resiste a las ofertas de los intrépidos empresarios de ustedes. Hace más de tres siglos que se le conoce. Data, con precisión, de mil quinientos setenta y cuatro, y no deja de mostrarse nunca cuando está a punto de ocurrir alguna defunción en la familia.
-¡Bah! Los médicos de cabecera hacen lo mismo, lord Canterville. Amigo mío, un fantasma no puede existir, y no creo que las leyes de la Naturaleza admitan excepciones en favor de la aristocracia inglesa.
-Realmente son ustedes muy naturales en Estados Unidos -dijo lord Canterville, que no acababa de comprender la
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