Proyecto De Viaje
Enviado por danieltolacalle • 12 de Julio de 2013 • 1.279 Palabras (6 Páginas) • 377 Visitas
Otfried Höffe. Breve Historia Ilustrada De La Filosofía El Mundo De Las Ideas A Través De 18o Imágenes Traducción De José Luis Gil Aristu Ediciones Península Barcelona 2001
La nueva época se puede dividir en el periodo de los Padres de la Iglesia, cuyos comienzos se hallan ya en la Antigüedad Tardía (la Patrística, hasta el siglo VIII), y la Escolástica (hasta 1500 aproximadamente), subdividida a su vez en preescolástica o Renacimiento carolingio (siglos VIII-X), escolástica temprana (siglos XI y XII), escolástica clásica (1200 a 1350) y escolástica tardía (1350-1500). En el curso de este periodo, calificado injustamente de «oscuro» por el humanista Petrarca, el centro de gravedad de la filosofía se desplaza del ámbito del Mediterráneo hacia el Este—la cultura árabe y persa—y el Norte—Francia y las Islas Británicas.
Pág. 103-105
ESCOLÁSTICA
El Imperio ostrogodo conoció ya la fundación de escuelas monacales bajo el rey Teodorico (471-526). Sin embargo, su institución sistemática no se produjo hasta Carlomagno, en Francia. Más tarde, a partir del siglo x, surgieron las grandes escuelas catedralicias en las sedes episcopales.
En ellas, así como en las universidades de Bolonia, París, Oxford o Colonia, se practicará la filosofía de forma escolar a partir del siglo XII. Esa filosofía se denomina «escolástica» (del griego, schol: 'ocio', 'discurso científico', 'escuela') por ese motivo, pero también por la posibilidad de desplegar una curiosidad intelectual ajena a la utilidad práctica. En el marco del programa formativo de las siete artes liberales, la filosofía, con el nombre de dialéctica, se convierte en una ciencia fundamental de alcance universal que, en cuanto metodología general del pensamiento científico, afecta a todo el saber, incluida la teología. A la filosofía escolástica se le asignan, pues, dos funciones: un cometido instrumental, como auxiliar de la fe y la teología ligada a la revelación, y otro autónomo, para tratar sus propios asuntos.
El pensamiento escolástico reposa sobre dos pilares: la razón (ratio), que procede metódicamente, y la autoridad (auctoritas), pues, en general, ni siquiera el filósofo se fía exclusivamente de la fuerza concluyente de su argumentación, sino que se cerciora, además, de coincidir con autoridades reconocidas, sobre todo del Antiguo y el Nuevo Testamento y de los Padres de la Iglesia, así como de los filósofos antiguos, autoridades transmitidas principalmente a través de Boecio. En caso de contradicción entre ambos pilares, Juan Escoto, de sobrenombre Erígena, nacido en Irlanda (c. 810-c. 877), concede ya la primacía a la razón sobre la autoridad, pero espera que no haya contradicciones en cuestiones de principio. Las tensiones que, no obstante, surgen entre la razón natural y la autoridad sobrenatural liberan fuerzas intelectuales que producen una sorprendente multiplicidad de opiniones. Dichas opiniones mantienen a menudo enfrentamientos enconados y recurren, incluso, a la condena eclesiástica del adversario.
El popular reproche de demorarse en sutilezas superfluas, dirigido más tarde contra la escolástica, no es aplicable a los grandes pensadores, pero sí al periodo de su decadencia. La supuesta pregunta «escolástica típica», « ¿cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler? », no se plantea hasta la Edad Moderna. De los tres pensadores destacados de la escolástica temprana, Abelardo fue más bien un lógico perspicaz («primero el entendimiento; luego, la fe»), y su adversario, Bernardo, un teólogo místico, mientras que antes, en Anselmo, el intelecto domina en la metodología, pero mantiene un equilibrio con la fe (credo ut intelligam, 'creo para entender').
Pág. 105-109
ANSELMO DE CANTERBURY
La biografía de san Anselmo (1033-1109) refleja el internacionalismo de aquella época. Anselmo, monje benedictino, era originario de Italia. Como profesor y abad, hizo de la escuela monacal de Le Bec, en Normandía, un centro de estudios teológicos y filosóficos,
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