Sociedad De Infromacion
audazmen27 de Febrero de 2014
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Introducción
Este libro es producto de una serie de reflexiones y estudios que he venido realizando en
el campo de las aplicaciones de la informática y la telemática a la educación superior,
desde el año 1989. Previamente a él, que es la primera síntesis de ese proceso, he
publicado un conjunto de artículos presentados en seminarios, talleres de formación,
congresos y otros eventos de concertación, realizados en América Latina, América del
Norte y Europa.
La primera pregunta que me formulé al comenzar estas reflexiones y estos estudios
coincidió con los inicios del desarrollo de INTERNET en el mundo, como red de redes
telemáticas: ¿cómo utilizar INTERNET para mejorar la calidad de mi trabajo ?. La
búsqueda de respuestas a esta pregunta me condujo a un intenso proceso de formación
para comprender la estructura y el funcionamiento de este nuevo medio de información y
comunicación y cómo usarlo provechosamente. Para ello, recurrí a la ayuda de personas
más experimentadas pero la mayor parte se realizó mediante auto-formación y poco a
poco me fui convirtiendo en un usuario experto. Después, comencé a plantearme con un
grupo de colegas que se interesaban al igual que yo en el desarrollo de INTERNET,
¿cómo lograr que las otras personas menos expertas que nosotros se beneficien de
INTERNET?. Esta segunda interrogante me condujo a participar, en calidad de instructor,
en varios cursos sobre uso de INTERNET para principiantes y usuarios intermedios,
junto con otros colegas. En esa época, INTERNET ni siquiera soñaba en ser lo que es
ahora, con toda su panoplia de recursos de información multimedios y se limitaba a una
información textual que desfilaba por las pantallas, en ese momento poco amigables de
las computadoras. Este proceso lo comparaba frecuentemente con una especie de
"evangelización" predicada por todos los que conformábamos ese grupo de formadores e
investigadores en diversas actividades para promover el uso de INTERNET en América
Latina y la región del Caribe.
Posteriormente y atendiendo a mi especialidad profesional y mi vinculación institucional
con el entonces Centro Regional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (CRESALC), ahora convertido en Instituto Internacional para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), comencé a plantearme otras
interrogantes que giraban alrededor de una central: ¿cómo utilizar la informática y la
telemática para mejorar la calidad y la pertinencia del trabajo académico en la educación
superior y transformarla?. La educación superior está confrontando la crisis más profunda
de toda su historia y se desenvuelve en una sociedad muy dinámica cuyo énfasis principal
es en la información y el conocimiento como factores de producción y fuentes de riqueza.
La educación superior es precisamente una institución cuyo fin principal es crear y
transmitir conocimientos en la sociedad y formar personal calificado para ello. Entonces,
me pareció lógico pensar que unas tecnologías especialmente destinadas a prolongar,
ampliar y potenciar las facultades intelectuales del ser humano, deberían jugar un papel
muy importante en la educación superior, en su organización y funcionamiento y en sus
paradigmas de trabajo académico. Sin embargo, mi experiencia en el campo de la
educación superior me confrontó con una paradoja muy importante: la educación superior
y la educación en general es el área institucional donde menos se han utilizado esas
tecnologías. En cambio en el mundo empresarial se han desarrollado muy rápidamente.
De esta constatación, la percepción de la crisis profunda de la educación superior, la
marcha irreversible de nuevas paradigmas de pensamiento, sentimiento y acción en la
educación superior, apoyados en nuevas tecnologías y la necesidad imperiosa de
transformarla, me interesé en explorar en profundidad este problema y de allí salió este
libro.
Por otra parte, en el transcurso de mis investigaciones me llamaron la atención las
palabras “virtual” y “virtualización”, que si bien son palabras muy viejas, ahora que
existe la posibilidad de representar numéricamente objetos y procesos en una
computadora y luego darles vida en un espacio llamado “ciberespacio”, han adquirido
mayor vigencia y relevancia y se han hecho muy comunes. La virtualización es un
proceso y un producto al mismo tiempo de esa representación numérica digital de objetos
y procesos, que es la base de la informática y la telemática. Entonces reformulé mi
pregunta anterior y la convertí en la siguiente: ¿cómo puede la virtualización ayudar a
mejorar la calidad y pertinencia de la educación superior y a transforma sus paradigmas de trabajo académico?. Con esta interrogante quedaba mejor expresada mi preocupación
y ello me llevó a realizar una intensa investigación, “navegando” profusamente por
INTERNET. La información principal que se presenta en este libro y que sirvió de base a
su realización proviene en su mayor parte de INTERNET. Es un libro sobre la
virtualización de las universidades escrito sobre la base de informaciones virtualizadas,
provenientes de un espacio virtual: el ciberespacio. Además, al basar mi investigación en
informaciones provenientes en su casi totalidad del ciberespacio, quise responder otra
interrogante: ¿hasta qué punto INTERNET puede ser un recurso efectivo de
investigación?. Este libro es la respuesta afirmativa a esa pregunta.
Mi búsqueda se inició con una preocupación lógica por saber cuál es el ambiente en el
cual se desenvolverá en el fututo la educación superior, lo cual es el tema del primer
Capítulo del libro. En él se presentan los pensadores y constructores de esa sociedad y sus
actores principales, haciendo un breve recuento histórico sobre el papel de cada pensador
y constructor en cada momento de la evolución de la sociedad. Luego se discute el
paradigma básico de organización y funcionamiento de la nueva sociedad y su tecnología
típica, o los artificios y artefactos utilizados en ella. Finalmente, el Capítulo concluye
con una descripción de las características distintivas principales de la sociedad del
conocimiento y las necesidades principales a las cuales responde.
En el segundo Capítulo, doy respuesta a otra preocupación. Toda sociedad tiene una
infraestructura que sirve de base a su organización y funcionamiento y sobre todo al
proceso de producción de bienes y servicios. La sociedad de la información y el
conocimiento también tiene su infraestructura. En este caso en vez de carreteras, vías
férreas, marítimas, fluviales y aéreas son vías virtuales en el ciberespacio, interconectadas
por computadoras en una gigantesca red de redes. Dicen que INTERNET no es la
superautorpista de la información, sino que ella derivará de la integración tecnológica
entre INTERNET, la red de televisión, la red telefónica y las redes satelitales, formando
así una enorme red de redes, de mayor potencial que la sola INTERNET. Sin embargo, de
acuerdo a las tendencias de evolución del ciberespacio, todo parece indicar hasta el
presente que esa integración se va a producir alrededor de INTERNET como eje central. Así, en este capítulo presento y analizo una serie de datos sobre la evolución de
INTERNET, sus usuarios, sus características, patrones de utilización, origen social,
preferencias y los tipos de contenidos que circulan por ella.
Después de describir la sociedad del conocimiento, su infraestructura, sus usuarios y
contenidos me pregunté: ¿qué requerimientos plantea esa nueva sociedad a la educación
superior? y su respuesta fue el origen del Capítulo 3, en el cual discuto viejos y nuevos
requerimientos a la educación superior, derivados de la evolución hacia la sociedad del
conocimiento. Parto de la hipótesis según la cual las llamadas nuevas tecnologías de
información y comunicación pueden utilizarse para resolver viejos o nuevos problemas
en la educación superior. Pero, para responder de manera más realista a esta interrogante,
busqué la respuesta en los propios actores de la educación superior: profesores,
estudiantes, investigadores y directivos. Preferí que fueran ellos mismos en sus propias
palabras que formularan esos requerimientos y expresaran sus necesidades y
aspiraciones. Con esa idea en mente, investigué los contenidos, las conclusiones y
recomendaciones de un conjunto de conferencias, seminarios y reuniones sobre la
situación pasada, presente y futura de la educación superior, organizadas por la UNESCO
y otras organizaciones que trabajan en el campo de la educación superior y descubrí que
la década de los años noventa fue lo que he llamado, “década de la educación superior”,
pues en ninguna otra época de la historia de la educación superior se habían producido
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