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Teoría del amor


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2013  •  Ensayo  •  1.541 Palabras (7 Páginas)  •  417 Visitas

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Cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría del hombre, de la misma existencia humana. Si podemos encontramos amor, o más bien, algo parecido del amor, por ejemplo los animales realmente operan en la mayoría de los hombres. Lo esencial en la existencia del hombre es el hecho de que ha sucedido del reino animal, de la adaptación aceptable, de que ha trascendido la naturaleza ya que por ello jamás abandona y sigue formando parte de la misma, sin embargo, una vez que se ha arrancado de la naturaleza, ya no puede retornar a ella, una vez arrojado del paraíso un estado de unidad original con la naturaleza querubines con espadas flameantes le impiden el paso si trata de regresar. El hombre solo puede ir para adelante desarrollando más que todo la razón.

De manera similar, la raza humana, en su infancia, se siente una con la naturaleza. El suelo, los animales, las plantas, se refiere a que todo esto es el mundo del hombre, quien se puede identificar con los animales, como lo expresa el uso que hace de máscaras animales, la adoración de un animal. Pero cuanto más se libera la raza humana de tales vínculos primarios, más intensa se torna la necesidad de encontrar nuevas formas de escapar del estado de separación. Una muy buena forma de alcanzar tu objetivo consiste en diversas clases de estados orgiásticos. Exactamente lo contrario ocurre en esa forma de unión que está lejos de ser la solución que con mayor frecuencia eligió el hombre en el pasado y en el presente: la unión basada que se conforma con el grupo, sus costumbres, toda su creencia volvemos a encontrar aquí una evolución considerable. En una sociedad primitiva es un grupo muy pequeño que se conforman por la sangre y los suelos que creciente al desarrollo de la cultura, este mismo grupo se puede llegar a extender.

La persona sádica es tan dependiente de la sumisa como ésta de

aquélla; ninguna de las dos puede vivir sin la otra. La diferencia sólo

radica en que la persona sádica domina, explota, lastima y humilla, y la masoquista es dominada, explotada, lastimada y humillada. En un sentido realista, la diferencia es considerable; en un sentido

emocional profundo, la diferencia no es mayor que lo que ambas

tienen en común: la fusión sin integridad. Desde ese punto de vista,

tampoco es sorprendente encontrar que, por lo general, una persona

reacciona tanto en forma sádica como masoquista, habitualmente con respecto a objetos diferentes. Hitler reaccionaba sádicamente frenteal pueblo, pero con una actitud masoquista hacia el destino, la

historia, el «poder superior» de la naturaleza. Su fin el suicidio en

medio de la destrucción general es tan característico como lo fueron sus sueños de éxito el dominio total. En contraste con la unión simbiótica, el amor maduro significa unión. El amor es una actividad, no un afecto pasivo; es un «estar continuado», no un «súbito arranque». En el sentido más general, puede describirse el carácter activo del amor afirmando que amar es fundamentalmente dar, no recibir.

La persona que ama, responde. La vida de su hermano no es sólo asunto de su hermano, sino. propio. Siéntese tan responsable por sus semejantes como por sí mismo. Tal responsabilidad, en el caso de la madre y su hijo, atañe principalmente al cuidado de las necesidades físicas. En el amor entre adultos, a las necesidades psíquicas de la otra persona. Pero el conocimiento tiene otra relación, más fundamental, con el problema del amor. La necesidad básica de fundirse con otra persona para trascender de ese modo la prisión de la propia separatidad se vincula, de modo íntimo, con otro deseo específicamente humano, el de conocer el «secreto del hombre». Si bien la vida en sus aspectos meramente biológicos es un milagro y un secreto, el hombre, en sus aspectos humanos, es un impenetrable secreto para sí mismo y para sus semejantes. Nos conocemos y, a pesar de todos los esfuerzos.

Es frecuente que los niños tomen abiertamente ese camino hacia el

conocimiento. El niño desarma algo, lo deshace para conocerlo; o

destroza un animal; cruelmente arranca las alas de una mariposa

para conocerla, para obligarla a revelar su secreto. La crueldad

misma está motivada por algo más profundo: el deseo de conocer el

secreto de las cosas y de la vida. El problema de conocer al hombre es paralelo al problema religioso de conocer a Dios. En la teología occidental convencional se intenta conocer a Dios por medio del pensamiento, de afirmaciones acerca de Dios. Se supone que puedo conocer a Dios en mi pensamiento. En el misticismo, que es el resultado del monoteísmo (como trataré de demostrar más adelante), se renuncia al intento de conocer a Dios.

Cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente

interdependientes.

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