ADMINISTRACIOS EN EL MUNDO DE HOY

LA GERENCIA INTEGRAL

Debido a los cambios que se han dado en la economía, en las empresas, en los mercados y en la tecnología, la dirección ha ido cambiando poco a poco, la gerencia ya no es tan sólo ubicarse en un escritorio a dar órdenes, o movilizar la energía de los trabajadores para el logro de los objetivos de las organizaciones, es convertirse en un líder estratégico que tome decisiones que le permitan a la empresa o a la organización generar ventajas competitivas sostenibles sobre la base del capital humano, contemplado con el principal elementos dentro de la organización, a través del cual, se materializan todas las políticas ,estrategias y objetivos corporativos.

"La Gerencia Integral definida como el arte de relacionar todas las facetas del manejo de una organización en busca de una mayor competitividad" se convierte en la forma de gestión imprescindible de las empresas ganadoras." (Sallenave, 2004)

A primera vista la gerencia de hoy requiere de numerosas capacidades y habilidades, puesto que en ella descansa todos los conocimientos organizacionales, las empresas en la actualidad, requieren personas y gerentes innovadores, que posibiliten el cambio, activos, participativos, unidos en una estrategia corporativa, que permita a las organizaciones perdurar en el tiempo a pesar de los cambios globales, de la competencia y de los grandes mercados.

Desde esta misma perspectiva, en el texto Hacia Una nueva Gerencia (Villegas) se expresan la habilidades que un gerente integral debe incluir dentro de su praxis profesional, “El gerente debe combinar el saber, el saber hacer y el hacer, donde las destrezas técnicas y sus conocimientos, se materialicen en acciones, apoyadas en habilidades tales como la inteligencia emocional, liderazgo y capacidades comunicativas”; desde esta propuesta, queda en evidencia la importancia superar la escisión establecida entre teoría y practica, pues estas, al ser integradas dentro del ejercicio profesional, dotan de significado cada decisión tomada y las acciones emprendidas en función del cumplimiento de los objetivos organizacionales.

El contexto actual, inmerso en su complejidad, demanda profesionales capaces de atender a las demandas de la sociedad y del mercado, razón por la cual, el comprender y asimilar el concepto de integralidad que convierte en un imperativo para las organizaciones, “el estratega y líder siglo XXI debe saber hacer para ser competitivo, ser coherente en lo que dice y aplica, partir siempre para sus decisiones del hecho que el cliente es el centro de la organización y establecerá acciones locales con pensamiento global buscando la excelencia y el posicionamiento que lleven a los mejores resultados y a la búsqueda de la mejor forma de hacer las cosas sin creer que el entorno es inmóvil e inerte” (Rodriguez).

Desde este punto de vista, el papel de un administrador trasciende el simple hecho de dirigir su organización y se establece en un plano más amplio que implica repensar el concepto de empresa, diseñar estrategias que viabilicen los procesos de la organización dentro de un mundo complejo, un mercado dinámico y demandante y una sociedad constituida por diversas formas de pensamiento, en la que el establecimiento de prioridades juega un papel determinante dentro de las necesidades establecidas y los satisfactores requeridos, lo que implica para las empresas, comprender la forma en la que la sociedad se construye a diario y la manera más pertinente de atender las expectativas generadas con relación a los servicios y productos que se encuentran dentro del mercado en el que se compite.

En esta línea, es necesario analizar los requerimientos de los clientes, internos y externos de la organización, en tanto, son estos los que posibilitan la consolidación de las organizaciones en el mercado; desde sus aportes, los colaboradores de las empresas, como el principal insumo de la organización, son los que permiten alcanzar sus objetivos, en este sentido, un administrador integral, involucra dentro de sus planes de acción la comprensión de las dinámica laboral de su organización, con el fin de iniciar procesos de cambio que partan de su estructura interna, para ser proyectados al contexto y generar el impacto deseado relacionado con el incremento en los niveles de producción y calidad de los bienes y servicios ofrecidos al mercado. Con base en esto, se establece que la función de la dirección ya no descansa básicamente en preparar el trabajo, distribuir los cometidos y coordinar la actividad diaria sino “en crear las condiciones macro que faciliten a los colaboradores de inteligencia normal la realización de sus cometidos de forma independiente y eficiente” (klaus & christoph).

El actual concepto de empresa, requiere gerentes que puedan articular dentro de su pensamiento la complejidad de la dinámica global, allí, el comprender los desafíos de la gerencia trasciende el campo de la práctica e incursiona en un ámbito más subjetivo pero igualmente valioso dentro de las habilidades y funciones de un líder, en el que la realidad asume diferentes matices y dentro de ella, el hombre manifiesta múltiples expectativas y formas de asumir su propia realidad; según el texto de Gerencia Integral Creativa “El gerente integral, debe ser gestor, organizador y estratega; conocedor impregnado del medio y granjero de futuros, dinamizador de procesos interactivos al interior y exterior de su núcleo, promotor creativo en la gestación y desarrollo de ideas nuevas y valiosas, que le permiten así mismo y al grupo humano que lo rodea la trascendencia y el logro eficiente a través de la acción”; es allí, donde cobra importancia la

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