ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO.

ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO

A continuación describiré el lenguaje arquitectónico y las representaciones simbólicas de la Sede de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, ubicada sobre calle Ramos Mejía. Esta estuvo en vigencia como tal hasta fines del año 2010, fecha en la que concluí mi cursada por la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.

La función con la que fue pensada la arquitectura del lugar es la propia de una fábrica, luego adaptada a un edificio civil educativo con un esquema de articulación equilibrada o sin centro de referencia, es decir, con una jerarquía más o menos análoga entre espacios semejantes. Entre estos símiles espaciales o aulas, se destacan las destinadas para clases teóricas, sitios amplios en su ancho, largo y alto, frente a las consignadas para clases prácticas, espacios reducidos con techos bajos. La tipología arquitectónica permite una circulación en forma de H horizontal, cuyos vectores finalizan en puertas principales o escaleras en la planta baja.

El sistema constructivo-decorativo de pesada construcción en acero salta a la vista en los cielorrasos, columnas, ventanas y aberturas desnudas y, en el mejor de los casos, podría vincularse estilísticamente con el constructivismo ruso. La adecuación se rige únicamente por una  funcionalidad vulgar que se presenta a la mirada del transeúnte novicio como un pastiche estético de mixtura imposible, pues las formas se imponen sin ningún miramiento o diálogo entre las mismas.

En las alturas, las fabriles ventanas se encuentran cerradas, con vidrios esmerilados o pintados de colores oscuros. Consecuentemente, la luminosidad natural prácticamente inexistente. Es interesante analizar los usos que se realizan del espacio público, ese espacio de todos y de ninguno. En los pasillos, como topoi de gran relevancia, se alzan las mesas pintadas y caligrafiadas por las numerosas agrupaciones políticas, mientras las pancartas se extienden como sábanas desde las vigas de acero y las impresiones con epítetos partidarios tapizan las paredes de los espacios de mayor circulación cual seriada publicidad capitalista. En los sanitarios, las puertas de cada cubículo están rotas y con escrituras superpuestas a modo de grotescos palimpsestos. Otros semantizadores que organizan unidireccionalmente el espacio son las pizarras dentro de las aulas para clases prácticas, y los proyectores y micrófonos en las aulas para clases teóricas.

En cuanto a los roles actanciales, es de destacar que los espacios para personal No Docente y Docente son reducidos, oscuros y se ubica en la planta baja, mientras que los espacio dispuesto para la dirección de cada carrera se ubica en el tercer piso -el más agradable de los cuatro- resultando amplios, tranquilos y bien iluminados. Dado que los estudiantes no cuentan con un lugar específico propio, no les quedan muchas más opciones que ocupar los espacios públicos tales como los pasillos y un pequeño patio semitechado en el que se ha dispuesto un ecléctico comedor popular. Bautizado “La Barbarie”, en él se puede disfrutar de productos caseros y artesanales tras una breve espera acodado en mesas de irregularidad inestable donadas por estudiantes y afines al lugar.

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