ANTECEDENTES EN RELACIÓN A LA GESTIÓN PÚBLICA MODERNA..

ANTECEDENTES EN RELACIÓN A LA GESTIÓN PÚBLICA MODERNA

Las reformas y los procesos que se han desarrollado, orientados a la  modernización del Estado es tema de actualidad  en la sociedad política y materia de interés y preocupación por parte de la  sociedad civil.

Numerosos procesos de reforma y modernización, han llegado a ser la causa central de la aparición de modelos de gestión pública, que incluso, en ocasiones han sido fuente de conflictividad entre ambas sociedades y en particular entre el Poder Ejecutivo como principal ejecutor del proceso reformador y diversos sectores de la sociedad civil.

Las concepciones y metodologías de Reforma del Estado, tienen precisos contextos nacionales e internacionales, a las cuales estas metodologías no pueden sustraerse. Es así, que tanto los temas de la discusión actual, como el carácter de las soluciones propuestas se insertan y tienen un contexto fuertemente configurador de las mismas. Resulta imposible hablar de reforma del Estado, sin referirse a la naturaleza del estado a reformar y las relaciones directas que existen entre proyectos sociales, configuración estatal y la selección y adopción de enfoques y metodologías de reforma por parte de los actores de la Sociedad Política impulsores de estos procesos.

Es necesario hacer énfasis en lo anteriormente señalado debido a que los cambios que se den en la gestión publica, cualesquiera sea la región y aspectos socioeconómicos del país en que se implementen, afectaran indudablemente  el entorno, porque involucran directamente los proyectos políticos, económicos y sociales de la sociedad que le es propia.   Este aspecto merece ser señalado porque toda estrategia y metodología de reforma y modernización del estado a ser utilizada, está muy signada por las “practicas políticas” históricas que los actores políticos y sociales han tenido y tienen en relación al Estado, tanto en lo referente a sus fines y funciones, como al uso que de este puede hacerse en función a su gestión.

Si realizamos un breve repaso histórico  del rol y transformaciones del ente estatal, el PNUD, manifiesta que en un principio el:

 “…Estado, cuyas funciones básicas son relativamente simples y clásicas ya que están en relación directa a la relativa “simpleza” de las actividades económicas y naturaleza de los asuntos sociales característicos de fines del Siglo XIX, e inicios del XX y con la tarea central del Estado, que es “ construirse a si mismo”, es decir darse marcos jurídicos e instituciones básicas      (administraciones centrales, y provinciales, infraestructura para los servicios básicos de educación, salud, transporte, etc.)

Por tanto, según manifiesta el documento en referencia, se desarrolla el Estado-Nación, donde los gobernantes se preocupan por desplegar la plataforma jurídica que permitiera estructurar el ente estatal y la sociedad nacional.

No obstante,  el devenir histórico de toda sociedad, supone  transformaciones en todos los ámbitos, lo cual origina diversidad de intereses en el orden económico y cultural, generando conflictos entre diferentes sectores, traducidos en demandas orientadas a satisfacer sus necesidades. Se originan entonces tensiones  entre sectores económicos, religiosos, relaciones obrero-patronales y  entidades educativas, que no tardan en trasladarse al Estado dado su carácter corporativo, lo cual origina nuevas ideologías políticas y en consecuencia partidos políticos, que toman como bandera “la toma y mantenimiento del poder”;  prevalece más una lucha  por el empoderamiento que por optimizar la gestión pública.

El PNUD,  señala:

“En esta fase los esfuerzos estaban puestos en defender o atacar el Estado de derecho. Poco se pensaba en cambiar su lógica organizativa ni en la transformación de su capacidad operacional. El Estado  se transformó en el centro del conflicto      y el “botín” político. El eje central de la preocupación no era económico ni          de funcionamiento o ineficacias operacionales”. 

Se aboca la gestión estatal a consolidar un sistema político que beneficiara a los grupos en el poder, lo cual desencadenó en luchas sociales ejemplarizadas por golpes de estado, alianzas cívico-militares y alzamiento de masas.

A partir de la década de los años 50, irrumpe en algunos países, una corriente que evoluciona el rol del Estado, lo cual conlleva la transformación de algunos elementos del Estado tradicional, oligárquico y populista es un modelo  que le provee al poder ejecutivo de nuevas capacidades de acción,  por lo tanto, a un rediseño institucional que le permite asumir funciones relacionadas con: la planificación del desarrollo de la sociedad, regulación del régimen impositivo y las tarifas de servicios públicos, políticas salariales, inversiones sociales.

 La década del sesenta y  gran parte de la década de los ochenta  son testigo de transformaciones en la gestión gubernamental. Se instauran y consolidan regímenes dictatoriales en diversas regiones, lo cual provoca conflictos entre sectores de la sociedad. La gestión estatal  se concentra principalmente en  como consolidarse en el poder y se asume un rol de estado productor, participando activamente en actividades económicas empresariales e industriales. Así mismo, otros países, aunque no presentan gobiernos dictatoriales, centralizan y expanden igualmente sus funciones, derivando en un abanico de funciones, como Estado empleador y productor, lo cual amplió estructuralmente la gestión estatal,  pero ello no significó de forma alguna una eficiente administración pública, ya que estas transformaciones se orientaban más que todo responder a intereses políticos y económicos  particulares.

La década de los noventa, marca el inicio de grandes transformaciones a nivel del estado y de gran significancia para todas las regiones del mundo. Lo que es digno de resaltar, tal como lo manifiesta el PNUD:

“…lo paradojal y significativo es que en la región, la incorporación del tema de la reforma del Estado, no llega explícitamente desde la clase política o del discurso político mismo, sino como una necesidad de naturaleza explícitamente económica…”

En efecto, el desarrollo y progreso de los países dependen de su  estabilidad financiera, condicionada en gran medida al sistema económico mundial que predomina; en consecuencia, la apertura de mercados, la competitividad  de cada país, en función a la calidad de sus productos, costes, importaciones y exportaciones, entre otros puntos, han originado reformas estatales que involucran principalmente la caída de regímenes  autoritarios y la redimensión de las funciones del estado, dejando al sector privado las funciones empresariales, circunscribiendo la administración pública, a la función sustantiva de establecer, regular y supervisar el correcto desenvolvimiento de  la actividades socioeconómicas del país, además de brindar o concesionar la prestación de servicios públicos a la población.

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