ARTE E IDEOLOGÍA
Enviado por 729cid • 4 de Agosto de 2017 • Ensayo • 3.608 Palabras (15 Páginas) • 172 Visitas
ARTE E IDEOLOGÍA
Por: Fabián Núñez Baquero
2/23/041
En el manantial siempre fluyente de la materia y la naturaleza el hombre es objeto y sujeto de la historia. Como objeto material toda la interinfluencia de factores cósmicos y sociales le modelan su fisonomía, le esculpen el rostro, le modifican su ser biológico y su estructura social. Como sujeto él se autoconstruye a sí mismo mediante el trabajo sobre su cuerpo y a la vez modifica la realidad material con su labor sobre ella, con el vencimiento objetivo y subjetivo de todas las dificultades que la naturaleza opone a su existir. El hombre es un ser social e histórico por excelencia. Es la culminación más compleja de la materia en su auto-organización, en el camino que ella ha recorrido para dotarse de una imagen consciente de sí misma. Él es materia y la conciencia de ella tanto en sí mismo como en el correlato exterior.
Pero si bien el hombre es y ha sido imagen, consciencia de lo material que es él y el universo, en cambio no siempre ha tenido consciencia de ser imagen. Y esta es- como diría Marx- la prehistoria humana, la misma que se extenderá hasta cuando todo el planeta no sea racionalizado por un gobierno global de las masas de productores que han recuperado sus medios de producción.
Entonces, conforme a lo dicho, si el hombre es materia e imagen, todo lo que hace y ejecuta es también material e imaginativo. Al descubrir el fuego el Prometeo milenario antes y después de quemarse los dedos con el frotamiento del pedernal, imaginó en su cuerpo y en sus retinas el calor del sol, el chizpazo del relámpago. Las hordas homínidas primitivas, en sus oscuras celdillas cerebrales relacionaron lo que sucedía diariamente en los bosques incendiados por los rayos con el sueño de domesticar a este elemento portentoso y tenerlo en sus manos para cuando sea necesario utilizarlo en las gélidas cavernas primitivas. Y al mismo tiempo que soñaban con domar el fuego, lo cantaban y pintaban. Y de esa necesidad de juntar el sueño, la imagen , a la realidad, de esa sed de convertir el sueño en un proyecto de la realidad al mismo tiempo que se la reproducía, nace el arte, Y éste es, por antonomasia, práctica social concreta e imagen de esa práctica, es simultáneamente producción material e ideología.
QUÈ ES LA PRODUCCIÓN Y QUÉ ES LA IDEOLOGIA
En un principio el reflejo de la materia-que es el hombre-no estaba muy separado de su base corpórea, material. Por ello, si se estudia con atención determinadas etapas o culturas humanas se verá que lo que producen los hombres se confunden con los ritos, el juego, la poesía, el canto, la religión , los mitos, el sueño, la imagen. La unidad hombre-naturaleza es todavía demasiado tajante como para separar la producción material de la imagen que de ella se hacen las grandes comunidades. Y todo esto tiene mucho que ver con la apropiación social de los medios materiales de trabajo y de subsistencia. Existe una línea de estricta coherencia entre el trabajo, la apropiaición de los medios de producción, el reparto equitativo de los bienes sociales y la imagen, el arte incipiente que se da en ellos. Como todos ellos son colectivos, la vision del mundo que se forjan todos y cada uno también es colectiva. La escenas de caza pintada en las cavernas de Altamira y de Francia representan grupos de hombres cazando búfalos y renos. Pero estas pinturas ya no son una simple imagen de la realidad social, sino también un proyecto, una esperanza de que lo que pintan los artistas se transforme en realidad concreta. Esas desventuradas criaturas sufridas y hambrientas que deambulaban en los rudos parajes del inicio del pleistoceno y que son nuestros antepasados, necesitaban imágenes mágicas, rituales, artísticas para ayudarse en sus proyectos de supervivencia en la lucha diaria o para soportar las horrorosas y gélidas glaciaciones. Pero no sólo hay esto, los aborígenes de la Chorrera o de la Tolita acaso no presentaban sus esculturas de mujeres y diosas, mujeres-diosas con caderas amplias, desproporcionadas para exorcizar- si cabe el término- a una naturaleza que les podría ser magra, miserable y adversa?
Entonces, desde el principio, vemos que el arte es una práctica social que representa a la naturaleza, a la lucha del hombre contra ella o, lo que se podria decir, la naturaleza de la lucha del hombre como ser histórico que tiene una visión del mundo y de acuerdo a esta perspectiva trabaja y crea. Por lo que no podemos pensar jamás que el arte es una copia rutinaria y servil de lo real. La imaginación se adelanta a los acontecimientos, los sueña conforme a su perspectiva para el presente y el futuro. Los reelabora con intenciones no sólo estéticas.
Pero si bien en las etapas comunistas primitivas los hombres eran una totalidad indisoluble de materia e imagen todo ello en correspondencia directa y sobre la base de la apropiación social de los productos y el trabajo colectivo , a medida que pasan los tiempos empiezan a surgir clases sociales que se apropian del excedente agrícola e inician la acumulación de privilegios y, por consiguiente, dividen a la sociedad en clases y, al mismo tiempo, dan inicio a la división del trabajo. Entonces asistimos a un nuevo tipo de sociedad y de visión del mundo. Vemos sociedades sacerdotales teocráticas ( egipcios, mayas,incas ) o patriarcales ( israelitas e ismaelitas), cuyo sostén básico es el modo de producción asiatico ( la agricultura masiva para ser repartida en partes desproporcionadas, con mínimo pero relativamente importante excedente para la cúpula privilegiada). Nos parece que este tipo de sociedades presentan imágenes arquitectónicas, sobre todo, monumentales:
Las pirámides egipcias tienen su correspondencia en América Latina en los observatorios astronómicos –atalayas maya-quichés y aztecas; en los templos incas del Tiahuanaco o aymarás; en los gigantescos Mohairs de la Isla de Pascua; en las colosales cabezas olmecas; en las ciudades-terrazas como Macchu Picchu o en las cinco veces milenaria Chanchán, ciudad de barro; en las fortalezas de Vilcashuamán y Sacsahuamán o en el esplendoroso palacio de Pachuzala en Latacunga donde habitaba Hualcopo Duchicela. Pero el modo de producción asiático no sólo emerge su imaginación hacia arriba y al exterior, sino que crea adoratorios subterráneos con sus correspondientes cultos mistéricos o de iniciación como el Laberitno de Minos en Grecia o las cuevas-adoratorios de Umiña en Manta. Los tan comentados ritos iniciáticos de Eleusis también tienen sus homólogos en América, como por ejemplo, el de los indios yaquis de Sonora según lo describe e historia Alfonso Fabila.2
Casi me atrevería a designar a la época del modo de producción asiático como grandiosa,desmedida, ( al igual que gran
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