Accidentes en la mineria.
Enviado por talutaba • 18 de Junio de 2016 • Trabajo • 6.136 Palabras (25 Páginas) • 334 Visitas
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ACCIDENTES EN LA MINERIA
Alumnos:
Carrera:
Técnico en Prevención de Riesgos
Asignatura:
Primeros Auxilios
18 de Agosto de 2013
INTRODUCCION
Las condiciones muy especiales en las que se desarrolla el trabajo de minería hace que los riesgos habituales a toda empresa se vean considerablemente incrementados. Desde hace mucho tiempo se ha reconocido a las faenas mineras como especialmente peligrosas y capaces de producir numerosos accidentes y enfermedades típicas de esta ocupación. Lamentablemente este reconocimiento no ha significado una corrección oportuna. La minería continúa siendo una fuente importante de problemas y contribuye con gran cantidad de incapacidades a las estadísticas de accidentabilidad de las empresas de este rubro.
En la minería se distinguen dos tipos de faenas. Labores subterráneas y a rajo abierto, gran parte de los riesgos son comunes en ambas. Sin embargo es fácilmente comprensible, las condiciones en que se desarrollan las labores subterráneas incrementan considerablemente su peligrosidad.
En el presente trabajo se ha tenido especialmente presente esta forma de trabajo, las consideraciones que se hacen puede aplicarse también, previas correcciones obvias, a las labores a tajo abierto.
No obstante la minería es la industria que menos accidentes tiene al terminar cada año, en comparación con las demás industrias nacionales, pero debemos destacar que cada uno de ellos siempre es con gran compromiso de la vida de cada lesionado.
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PRINCIPALES ACCIDENTES LABORALES EN LA MINERIA
Las estadísticas de accidentes muestran que uno de los tipos más habituales se produce por caída e materiales. En el interior de la galería de una mina se debe estar preparado en todo momento contra el desprendimiento de roca, si este cae sobre alguno de los trabajadores, puede producir un accidente serio o peor aun la muerte.
La fuerza de gravedad está trabajando permanentemente en nuestra contra y debe considerarse como parte integrante de las labores. El uso del casco protector resulta por lo tanto absolutamente indispensable y así se ha hecho desde hace tiempo. Es igual de necesario el uso de otros elementos de protección personal como zapatos de seguridad, lentes o antiparras, guantes, etc.
Entre los accidentes habituales se pueden encontrar los correspondientes a las caídas a mismo nivel y a diferentes niveles, los golpes contra vigas, rocas sobresalientes, barandas, explosiones, atropellos, etc., los producidos por elementos de transporte. Debemos tener presente que gran parte de las labores se desarrollan a menudo en espacios estrechos. Cuando las vetas son de poca potencia resulta antieconómico desprender gran cantidad de material estéril, lo que obligaría además a mayores gastos en elementos de soporte y revestimiento. Por esto es que en ocasiones las galerías son muy estrechas dejando apenas el espacio para el tránsito de maquinarias y trabajadores lo que se ve considerablemente empeorado por las malas condiciones de iluminación.
La luz natural no existe y las instalaciones eléctricas solo se encuentran en las rampas y en los accesos principales, la fuente de iluminación es la clásica lámpara de minero, la que en ocasiones por su baja intensidad y mala distribución de la luz suele dejar numerosos puntos oscuros.
Los métodos de prevención contra los accidentes en la minería son el uso de los elementos de protección personal, acuñadura constante de todas las labores y túneles de acceso, una buena señalización es muy importante además de un reglamento interno de higiene y seguridad claro y que sea conocidos por todos los trabajadores, el cual debe ser reiterativo para lograr el total conocimiento de este y debe ser combinado con un buen programa de seguridad.
La disciplina en las labores mineras es absolutamente indispensable, esta sin embargo no debe ser del tipo impositivo, por el contrario debe buscarse la colaboración del personal la que se obtiene mediante un programa de educación e inducción desde el primer día que el trabajador ingrese a la faena.
En el caso de la minería el rol fiscalizador está en manos, principalmente, del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomín). Sin embargo, también tienen facultades reguladoras la Dirección del Trabajo y el Servicio Nacional de Salud. En este rubro, todas estas entidades se mueven según el Reglamento de Seguridad Minera consagrado en el Decreto Supremo n° 72 y que fue modificado por el decreto 132.
Dentro de sus objetivos fundamentales se incluyen “proteger la vida e integridad física de las personas que se desempeñan en dicha Industria y de aquellas que bajo circunstancias especificas y definidas están ligadas a ella” y segundo “proteger las instalaciones e infraestructuras que hacen posible las operaciones mineras, y por ende, la continuidad de sus procesos”.
De estos planteamientos se desprende que las compañías no sólo son responsables de sus trabajadores de planta, sino también de los contratistas, quienes históricamente han resultado desprotegidos frente a las diversas eventualidades. En el sgte grafico de muestra la tendencia sobre los sectores más afectados por accidentes en la minería.
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Pero aunque existen reglamentos y exigencias claras en este sentido, los accidentes son una realidad bastante común en las faenas mineras. De acuerdo a las estadísticas de los últimos quince años, un 33.8 por ciento de los accidentes que tienen resultados fatales se producen por caídas de planchón, roca y saca. Aspectos que, precisamente, se producen en situaciones de derrumbe como en la mina San José de Copiapó o el accidente ocurrido en minera Can can.
Más abajo y con un 21.7 por ciento se ubican los incidentes que se relacionan con deficiencias en la superficie de trabajo, un 15.4 por mala manipulación de vehículos, un 7,5 por agentes químicos, un 8.8 por explosivos y un 12.8 por fallas en las instalaciones de la mina, todos con resultado de muerte.
Tasa de accidentabilidad
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Según explica Sernageomín, el 80 por ciento de los accidentes se producirían por incumplimiento de las normas, en los llamados “actos estándares”. Éstos sostienen que el 24 por ciento de las eventualidades se originan por colocarse en posición o posturas peligrosas, un 19,7 por no respetar los procedimientos de trabajo, un 12,7 por no usar equipos de protección personal, un 9,3 por no asegurar los equipos o lugares de trabajos, un 5,7 por el uso inadecuado de instrumentos o herramientas e, incluso, un 0,6 por ciento de los accidentes ocurren por bromas.
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