Administracion

Como en todas las grandes ciudades del mundo subdesarrollado, la expansión y dispersión periférica de la población, parecen ser fenómenos aparentemente incontrolables, que son consecuencia de las decisiones personales de miles de familias, definidas en función de sus carencias, aspiraciones, valores económicos y sociales que rebasan las posibilidades de regulación y ordenamiento territorial. Sin embargo, estos hechos han definido, en gran medida, la forma anárquica de extensión de la mancha y han provocado aislamiento, segregación, deterioro y desintegración social. "Se calcula que el 70% del suelo urbano ha ingresado al mercado de manera irregular" (Delgado y Sobrino 2000).

En el caso de la ZMCM, la insuficiente aplicación de los planes así como la falta de coordinación metropolitana, se agudiza con los fenómenos de atonía económica, informalización del empleo y las actividades, y el mayor empobrecimiento de amplios segmentos de la población metropolitana, junto con la persistencia de flujos de pobres rurales hacia las áreas de marginación de la ZMCM, o bien de pobladores pobres del centro de la metrópoli que en busca de opciones más baratas de suelo, donde encuentran opciones __legales o ilegales__ de acceso al suelo, pero en pésimas condiciones ambientales, de salud pública y de articulación con el resto de la ZMCM.

Hay una corriente de estudiosos (Ramírez, 1999) que sostienen que los agentes sociales se convierten en el motor que dinamiza el crecimiento urbano y cambio de usos de suelo, mediante acciones concretas, ya sea como demandantes de tierra, vivienda y servicios inmobiliarios a las instituciones gubernamentales que inciden en la transformación urbana. Dichos agentes sociales detienen y se integran a una urbanización diferenciada, dando así lugar a fenómenos de marginación y exclusión social.

En este sentido, hay especialistas como Connolly (1996) que aseguran que la expansión del suelo urbano en la periferia está determinada por la disponibilidad de suelo a bajo precio.

Por lo menos una tercera parte de la expansión reciente de la mancha urbana, se ha dado a costa de las tierras y los derechos de los antiguos pueblos de la cuenca. De 1940 a 1975, alrededor del 47% del crecimiento urbano se realizó en tierras de origen comunal y ejidal. Esta expansión se debió fundamentalmente a expropiaciones a favor del desarrollo urbano, los servicios públicos y la creación de empresas (Canabal, 1995 Y 1997).

Propiedad Rural

La necesidad de suelo para vivienda encuentra una salida "fácil" en la situación de debilidad que priva en la propiedad rural, ya que la renta agropecuaria está por debajo de la renta urbana; además, sobre todo en el Suelo de Conservación del Distrito Federal, existen conflictos agrarios, dando lugar a una serie de problemas interrelacinados de carácter económico, ambiental, social y urbanos.

En particular tienen peso los siguientes factores:

La Dinámica en el Suelo de Conservación

Desequilibrio económico entre el valor de suelo para usos urbanos y para usos rurales, lo que genera la venta legal o ilegal de tierras. La baja productividad agrícola y las expectativas de obtener mayores ingresos inducen la venta de la tierra ejidal para fines urbanos. Cálculos de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural señalan que la utilidad aparente de una hectárea de cultivo, en el mejor de los casos (frutales) asciende a $28,050 pesos anuales, mientras que el precio de venta por hectárea en el caso más bajo del suelo urbanizado es de $2,500,000.

La particular forma de tenencia social de la tierra _ejidal y comunal_ ha dado lugar históricamente a numerosos conflictos, ya que un alto porcentaje de predios, en particular en la ZMCM no está regularizado.

En síntesis: la baja o nula rentabilidad y la falta de seguridad en la tenencia, aunadas al diferencial entre la renta inmobiliaria y la rural provoca que la población económicamente activa en el sector primario, encamine su esfuerzo a otros sectores de la economía, lo que favorece el avance de la urbanización en favor del capital inmobiliario y de la invasión hormiga en el Suelo de Conservación.

Agentes Sociales

Los agentes sociales que inciden en este proceso tienen intereses y soluciones diferentes, por un lado están los promotores inmobiliarios y por otro los invasores o llamados paracaidistas que dan lugar a los asentamientos irregulares, y los gobiernos que operan bajo diferentes ópticas y en forma sectorizada y fragmentada.

Promotores Inmobiliarios

Estos sectores son responsables en buena medida de la expansión territorial e inciden en la transformación de los usos de suelo mediante la inversión de capital, incidiendo en la segregación social y a la segregación urbana. Haciendo uso de influencias políticas de grupos de poder obtienen los permisos para uso del suelo, aunque técnicamente no se sostengan.

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