ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Alimentacion De Las Gestantes


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2012  •  2.857 Palabras (12 Páginas)  •  565 Visitas

Página 1 de 12

ALIMENTACIÓN DE LAS GESTANTES

Durante el embarazo la mujer debe consumir:

• Alimentos ricos en hierro: el hígado, pescado, todo tipo de carnes. El consumo de estos alimentos es para evitar la anemia y el bajo peso al nacer.

• Alimentos ricos en ácido fólico: carnes rojas, vísceras, pescados y mariscos. El ácido fólico es fundamental para el crecimiento de la placenta y feto.

• Alimentos ricos en calcio: leche, queso, yogurt. Es necesario para evitar la pérdida de este mineral en los huesos de la madre.

• Alimentos ricos en Vitamina A: carnes, aves, pescados, vísceras, huevos y productos lácteos. Esta vitamina es indispensable para el crecimiento del feto y disminuye el riesgo de la mortalidad materna.

Recomendaciones Generales de la Dieta:

• Seleccione los alimentos en función de su calidad y no de la cantidad, consumir alimentos proteicos (carnes, leche, huevos), sobre todo en el primer trimestre. Se deben evitar las situaciones de ayuno, ya que son perjudiciales para el feto

• El consumo de frutas y verduras de la estación son necesarias en la gestación a fin de evitar el estreñimiento.

• La vitamina C favorece la absorción del hierro presente en los vegetales (espinacas, acelgas, berros).

• Fraccione la alimentación en 3 comidas principales (desayuno, almuerzo, cena) y uno adicional (refrigerio) a lo largo del día.

• Beba abundante líquido a lo largo del día, preferentemente fuera de las comidas para evitar molestias estomacales.

• La mujer gestante debe dejar los malos hábitos como el alcohol, el tabaco o las drogas e iniciar una dieta equilibrada que será básico para asegurar el éxito del proceso de crecimiento del embrión.

DÉFICITS NUTRITIVOS

Es prácticamente imposible obtener, sólo a través de la alimentación, las cantidades necesarias de ciertos nutrientes aumentadas en el embarazo, tales como hierro, ácido fólico y calcio, principalmente. No obstante, es fundamental consultar con el médico antes de tomar cualquier vitamina, mineral o hierba, ya que éstas podrían ser perjudiciales.

Ácido fólico. La suplementación de esta vitamina es especialmente necesaria en mujeres que ya han tenido embarazos anteriores o que han tomado recientemente anticonceptivos orales. Su deficiencia está ligada a retraso en el crecimiento, anemia megaloblástica (disminución del número de glóbulos rojos en sangre) y el desarrollo de defectos del tubo neural como espina bífida. Es difícil obtener tan sólo de su dieta todo el ácido fólico que necesita, de modo que se recomienda tomar un suplemento que contenga la dosis debida de esta vitamina (véase: Lectura recomendada: Suplementos nutritivos durante el embarazo)

Calcio y fósforo. La unión de calcio y fósforo (fosfato cálcico) formará los huesos del feto y posteriormente los dientes del recién nacido. El calcio es importante para evitar descalcificaciones de la madre (pérdida del mineral en huesos y dientes). Las mujeres embarazadas con intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche) o alergia a la caseina (proteína de la leche) que no tomen las raciones suficientes de lácteos, deben complementar su dieta con otros alimentos ricos en calcio. Los derivados de soja enriquecidos (batido de soja, tofu...), pescados de los que se come la espina (sardinas en lata, boquerones…), son alimentos ricos en este mineral y también los frutos secos y sus extractos (leche de almendras), aunque la absorción de calcio de estos últimos no es tan efectiva. Si el médico lo cree necesario recomendará una suplementación en este mineral.

Hierro. Es un mineral cuyas necesidades aumentan debido al mayor volumen de sangre, a la síntesis de tejidos fetales y placentarios y a la formación en el feto de reservas de hierro que serán utilizadas en la lactancia. Las mujeres que no disponen de unas reservas de hierro importantes antes del inicio de la gestación tendrán que recurrir a su suplementación para evitar problemas relacionados con la anemia ferropénica; siempre bajo indicación médica. Su déficit se asocia a anemia ferropénica en el bebé durante la infancia y después del parto en la madre.

Yodo. Los requerimientos de yodo no están especialmente elevados con respecto a la mujer no embarazada, sin embargo, es imprescindible para el correcto funcionamiento de las hormonas tiroideas que intervienen en el crecimiento del feto, el desarrollo de su cerebro y en la regulación de otras funciones metabólicas como el mantenimiento de la temperatura corporal. Por tanto, el déficit de yodo conduce a un daño fetal de tal magnitud que el neonato presentará minusvalía física e intelectual. Este mineral se encuentra en pescados y mariscos y en vegetales según el tipo de suelo, el uso de ciertos fertilizantes y el procesado de los alimentos. Los suelos de algunas zonas de Granada (Las Alpujarras), León, Extremadura y Navarra (Baztán, Roncal) son pobres en yodo y por tanto también sus aguas y sus alimentos. En caso necesario de aumentar la dosis, generalmente basta con emplear sal yodada en la cocina en lugar de sal común, un cambio comercialmente asequible, pero lo ha de valorar siempre el médico.

DISTRIBUCIÓN DE COMIDAS A LO LARGO DEL DÍA

• Se recomienda mantener los horarios de comidas de un día para otro y no saltarse ninguna toma.

• Fraccione la dieta en 5 comidas al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).

• El desayuno: Realice un desayuno completo y variado, que incluya lácteo, farináceos (pan o cereales o biscotes o galletas sencillas), fruta y opcionalmente proteína (jamón york, serrano, queso) u otros complementos (mermelada, miel, mantequilla…). Un desayuno con prisas es equivalente a un desayuno pobre; por tanto es necesario dedicarle tiempo suficiente a esta toma. Tenga en cuenta que el desayuno es una de las comidas más importantes del día.

• Almuerzos y meriendas: Limite los productos de repostería industrial, snacks, refrescos… productos que “llenan” pero que no nutren (alimentos supérfluos con un elevado contenido de calorías). Inclínese por los pequeños bocadillos preparados en casa, frutas y productos lácteos, sin abusar de los embutidos, patés y quesos grasos.

• La comida: En nuestra sociedad la comida constituye la principal toma de alimentos del día y es el momento de encuentro que favorece la relación social (familiar o de grupo) y la constitución de unos buenos hábitos de alimentación. Por ello se debe propiciar un clima tranquilo, sosegado, sin interferencias (TV, radio, animales…). Evitaremos en lo posible la anarquía en los horarios, la preparación de alimentos a última hora, las interrupciones

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (18 Kb)
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com