Alta velocidad en Francia.

Las infraestructuras de alta velocidad en Europa. Francia

A partir de este número, se inicia en Líneas del tren una serie en la que se describirán y analizarán las infraestructuras europeas de alta velocidad. Al emprender un estudio de estas características es preciso, en primer lugar, acotar la materia objeto de análisis. En este caso se refiere a las infraestructuras ferroviarias diseñadas para su uso por trenes de alta velocidad. Aunque no hay un acuerdo generalizado en la definición de alta velocidad y las definiciones de la Unión Europea resultan notablemente amplias, en este estudio se ha optado por tratar aquellas infraestructuras que por sus características constructivas y de explotación permiten la circulación de trenes que alcanzan velocidades iguales o superiores a los 250 km/h. Todas las infraestructuras ferroviarias europeas que admiten estas velocidades cuentan con varias características comunes: líneas cerradas, electrificadas, equipadas con vías dobles banalizadas y sistemas de señalización en cabina; radios de curva mínimos de 3.200 metros y, en general, un trazado y unas elevadas exigencias cualitativas de las vías y sus equipamientos, adecuados para proporcionar la estabilidad necesaria y una óptima captación de la energía para soportar las velocidades referidas.

Aunque existen varias líneas en Europa aptas para velocidades máximas de 250 km/h, en los últimos años se han generalizado las infraestructuras con características y equipamientos que las hacen aptas para alcanzar sobre ellas los 300 km/h. Es más, varias de las líneas en construcción o construidas más recientemente permiten velocidades de en torno a los 350 km/h. En el estado actual de la tecnología ferroviaria el techo de las infraestructuras parece más lejano que el del material rodante, aunque a las velocidades desarrolladas, los costes de mantenimiento y construcción suponen un aumentan equivalente al cuadrado de la velocidad incrementada, aproximadamente.

En este trabajo se considerarán, además de las líneas de alta velocidad existentes y en construcción, los proyectos sólidos que podrían llevarse a cabo en un futuro no lejano, con un horizonte aproximado de 10-15 años. En general, pues, las velocidades inferiores a 250 km/h no se tratarán con extensión, sólo se referirán sumariamente las líneas convencionales que permiten velocidades de entre 200 y 250 km/h.

En este primer capítulo se tratará de Francia, el país pionero y en vanguardia de la alta velocidad, el país que en buena medida ha servido de modelo a los demás. Su red de alta velocidad ha permitido desde 1981 calibrar los costes y beneficios de la alta velocidad y constatar su rotundo éxito. El resurgir que el ferrocarril ha experimentado gracias a la alta velocidad ha hecho que este modo de transporte resulte más necesario y útil que nunca, con un horizonte sumamente prometedor que le augura una presencia permanente y en aumento en el transporte europeo.

Francia, a comienzos de 2006 cuenta con 1.482,7 kilómetros de líneas de alta velocidad, además de 301,5 de la línea 6 Este a inaugurar en 2007 y en torno a 1.500 en proyectos para el futuro. Hacia 2020 podría llegar a contar con más de 4.000 kilómetros de esta clase de infraestructuras ferroviarias. Un dato elocuente acerca del éxito de la alta velocidad en nuestro país hermano es el haber conseguido alcanzar la cifra de mil millones de viajeros el 28 de noviembre de 2003

Fuente: www.trainweb.org/tgvpages/ y Chemins de Fer nº 456. La apertura del túnel de Perthus está prevista para 2009, no para 2006

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