Ambientes De Aprendizaje
Enviado por luivilsa • 24 de Julio de 2013 • 1.604 Palabras (7 Páginas) • 233 Visitas
Saber ver, saber escuchar, saber actuar
Lic. Manuel de Jesús Gómez Candiani
Catedrático de Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
Campus Preparatoria Cumbres
Antecedentes
He sido profesor de ética por casi diez años y he utilizado el método de casos durante cinco años. Como maestro puedo decir que he utilizado diferentes técnicas didácticas en mis clases con el fin de que mis alumnos conozcan los conceptos básicos de la ética y los puedan aplicar en su vida diaria. He diseñado actividades, tareas o algunos casos en los que se promueve la participación activa y la responsabilidad en el aprendizaje; he tratado de incorporar diferentes estrategias para que el aprendizaje de los muchachos que pasan por el aula, sea más atractivo y enriquecedor. Me he preocupado mucho de que los procesos de evaluación sean cada vez más claros y transparentes; y, entre muchas otras cosas, me he dado cuenta que estar frente al grupo va mucho más allá que enseñar el aprecio por una clase o su aplicación fuera de ella. Ahora, que hablamos de maestros que en lugar de educar, forman; que más que transmitir conocimientos, los facilitan; o que antes que ofrecer una cátedra, promueven el trabajo activo y la participación continua; puedo afirmar categóricamente que como profesor he tenido que aprender a ver, a escuchar y a hacer.
Saber ver
Aunque considero imposible pensar que haya una técnica mejor que otras o que haya alguna que sea definitivamente la más apropiada para formar alumnos, quisiera decir que el método de casos me ha ofrecido una gran oportunidad para enseñar, pero sobre todo para aprender. De ahí se desprenden estas pequeñas líneas que no buscan más que compartir una experiencia personal. Pues aunque durante algún tiempo mi atención se centró en los aspectos operativos (si así se les puede llamar) del uso de la técnica didáctica, no me percaté sino hasta poco tiempo, que además de aprender cómo motivar la participación, hacer las preguntas correctas en el momento adecuado, evaluar "objetivamente" o hacer un plan de enseñanza, tenía que saber ver. Tenía que mirar a mi alrededor y darme cuenta cuál era la dinámica de mi grupo, qué reacciones tenían ante mi intervención o la de sus compañeros, cómo y dónde se sentaban, o simplemente, qué muecas mostraba su rostro a lo largo de la clase.
Hace tiempo supe que con el método de casos tenía que aprender a ver más allá de los contenidos de mi clase, que cuando utilizamos estrategias que promueven el aprendizaje a partir de la experiencia, podemos tocar la sensibilidad de cada unos de los que está frente a nosotros. Entendí que aunque no seamos concientes, poco a poco cada uno de los que estamos en ese espacio de trabajo nos mostramos y nos dejamos ver. Por esta razón, considero que tenemos que educarnos como maestros para aprender a ver. No para saber quién participa o quién ha leído mejor el material, sino para poder mirar mejor a las personas con quienes trabajamos, para reconocer en ellas a la persona sensible que nos muestra una parte de sí misma. Tenemos que aprender a ver para permitirnos estar más cerca de los estudiantes aunque la distancia física nos lo impida. Miremos a nuestros alumnos, pero además de observar su rostro, veamos su personalidad llena de gustos, intereses o actitudes ante la clase o, inclusive ante la vida. No solamente nos permitirán aprender algo sobre ellos, seguramente nos dejarán reconocernos y aprender algo sobre nosotros mismos. No tenemos que ser psicólogos, sociólogos o algo que se parezca, basta con estar conciente de que el aula es un espacio donde suceden más cosas que la simple y llana transmisión de conocimientos. Pero, no basta saber ver. Por mucho que dibujemos lo que nos acontece, o le pongamos color a la obra que se va construyendo cuando impartimos un curso, no es suficiente con reconocer qué es lo que está pasando con nuestra mirada. También, me he dado cuenta que si quiero ser formador en el sentido más amplio de la palabra, debo aprender a escuchar.
Saber escuchar
En las clases, nuestros alumnos se la pasan hablando, o al menos así debería ser cuando utilizamos técnicas didácticas como el método de casos. Nosotros nos dedicamos a hacer preguntas y a anotar el resultado de los comentarios donde todos los puedan observar. Por ahí se escucha la voz de alguien que dice: "eso es a, b o c." Y, si el concepto es importante para el propósito de la clase, no dudaremos en anotarlo o inclusive resaltarlo. Pero, al menos en mi experiencia pocas veces prestamos atención cuando alguien continúa diciendo: "yo lo sé porque en mi familia.", "porque lo he vivido.", etc. y, aunque nos apoyemos en esa otra parte del argumento, generalmente oímos sólo aquello que sirve para nuestra clase. Formar
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