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Analisis de dos poemas


Enviado por   •  4 de Mayo de 2017  •  Ensayo  •  1.433 Palabras (6 Páginas)  •  3.793 Visitas

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Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico

y el Caribe

San Juan, Puerto Rico

Comparación del poema A la patria de Salomé Ureña de Henríquez con el poema La vuelta al hogar de José Joaquín Prez

Yolanda Díaz

LITE I

Dr. Acevedo

10 de diciembre de 2016

Salomé Ureña Díaz de Henríquez (21 de octubre de 1850 - 6 de marzo de 1897) fue una poetisa y educadora dominicana, siendo una de las figuras centrales de la poesía lírica del siglo XIX e innovadora de la educación femenina en su país, influenciada por la escuela positivista y la educación normalista de Eugenio María de Hostos, de quién fue alumna aventajada. Sus obras se centraron en el amor a la Patria y en su entorno familiar. Algunas de sus obras: Ofrenda a la PatriaEl Ave y el Nido y Sombras, entre otros.

Los dotes de poeta de Salomé Ureña de Henríquez se perfilaron desde su adolescencia manifestaba su afán por el progreso colectivo, su esperanza en el porvenir y su respeto y admiración por la juventud. El hecho de haber nacido y crecido en un hogar donde la cultura siempre estaba presente, influyó notablemente en el amor de Salomé por las letras y la educación, y sobre todo su entrañable sentir patriótico. Los críticos y biógrafos de Salomé Ureña  de Henríquez han clasificado su poesía en varios tipos, llegando a diferir en algunos aspectos; sin embargo todos coinciden en el tema patriótico.

Según Franklin Gutiérrez en su Diccionario de la Literatura Dominicana afirma que “en su poesía predominan tres temas: a) el patriótico, donde aflora su deseo por el bienestar de la sociedad dominicana. b) el sentimental, caracterizado por su apego a la naturaleza y a la familia, y  c) el indianista, corriente literaria a la cual recurre al momento de exaltar a la raza indígena  quisqueyana exterminada por los conquistadores españoles desde los primeros años de la colonización.

El poema A la patria, se inicia con un llamado a que los dominicanos a no sean indiferentes con la patria que tienen;  “ Desgarra, Patria mía, el manto que vilmente, sobre tus hombros puso la bárbara crueldad; levanta ya del polvo la ensangrentada frente, y entona el himno santo de unión y libertad”. Si algún dejo opresión han puesto por causa del otro, es tiempo de quitarlo; si alguna desesperanza, es hora de quitarla. El himno de los victoriosos se entona aún  desde el suelo de las caídas; sólo se requiere la voluntad de accionar.

Su actitud debe ser la del que haría cualquier cosa por su terruño; no es lo mismo anhelar hacer algo que accionar. Este es un poema de esa naturaleza; la poeta Salomé hace  alusión a...  “Levántate a ceñirte la púrpura de gloria ¡oh tú, la predilecta del mundo de Colón! Tu rango soberano dispútale a la historia, 
demándale a la fama tu lauro y tu blasón”. Ceñir tiene la connotación de ajustar la ropa que está holgada o recoger los extremos de las vestiduras en una faja para caminar libremente y rápido. Representa la actitud de estar listo, preparados para salir o actuar. Es ordenarle a los pensamientos actuar como hijos de la patria… “los predilectos de Colón el colonizador…”. Cuando ajusten el pensamiento, es usar del buen juicio para ejecutar lo que se posee: dones, talentos y las gracias inherentes al cargo que tienen… “rango soberano”,  para sacar la patria hacia adelante. “Ceñirse” es sinónimo de independencia y de libertad. Es también adherirse a unos principios concretos, ejecutarlos y vivirlos en beneficio de la nación: ya no es cuestión de los individuos sino del colectivo, de la patria, de la nación.
Nos damos cuenta que el tema de la Patria está presente, latente, vivo en el fluir de la inspiración de  la ilustre escritora, y  como lo está a lo largo de toda su producción literaria. ¡Qué amor, qué admiración por su terruño!

Cuando leemos los versos de Salomé Ureña de Henríquez, emerge a nuestras vistas, a nuestros cerebros y a nuestras venas la bandera tricolor que por vez primera enhestara Francisco del Rosario Sánchez la memorable noche del 27 de febrero de 1844. Seis años después de aquel magno acontecimiento, y 13 años antes de la segunda independencia, nació en la capital dominicana la insigne poeta y educadora que llevaría siempre prendido en su pecho el fuego del patriotismo que condujo a los trinitarios, y posteriormente a los restauradores a darle al pueblo dominicano una patria libre.

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