Analisis de la Pelicula Feos Sucios y Malo
Enviado por EugeniAz • 22 de Diciembre de 2017 • Monografía • 3.511 Palabras (15 Páginas) • 1.356 Visitas
Introducción
En el presente trabajo me propongo indagar las relaciones entre sufrimiento social, violencia asociada a las nociones de trauma y vulnerabilidad social, y la institución familiar en contextos de exclusión social e intentare ver cómo dentro de un contexto que abarca diferentes manifestaciones de violencia se lleva adelante la identidad de género atravesada por representaciones sociales discriminatorias. Tomare como eje la película Feos, Sucios y Malos (1976) de Ettore Scola, recurriendo a diferentes perspectivas.
De acuerdo con Epele M (2001) “Violencias y traumas. Políticas del sufrimiento social entre usuarios de drogas” las experiencias traumáticas y sus consecuencias en los cuerpos sociales e individuales no son solo provocados por la violencia física y/o sexual sino también por aquellas formas más invisibles y silenciosas, las violencias políticas, estructurales y simbólicas, las cuales se reproducen bajo condiciones de extrema marginación socio-económica, lo cual conlleva a una cronificación del trauma (Epele, 2001).
El planteo en Butler J.(2006) Deshacer el Genero, parece pertinente ya que postula que la construcción del genero es necesariamente una tarea relacional en la que la socialidad y sus normas están constantemente en tensión con los deseos del sujeto, ya que a la vez que esa socilidad los permite, por situarlo en un contexto relacional con un Otro, los intenta normalizar y excluye cuando no se adaptan a lo socialmente esperable, produciendo mundos inhabitables para cuerpos que – como describió en su texto del año 2002, Cuerpos que importan – para dicha sociedad normalizadora, “no importan” . La autora coloca su planteo sobre un eje que aborda las cuestiones de genero y la constitución de las identidades sexuales, es pertinente tomarla en cuenta ya que al abordar dichas cuestiones resalta que toda norma social se encuentra ligada a una cuestión de poder, y a un poder de definición de lo que se incluye y excluye , de lo que se considera humano y lo que no (Butler 2006:15) lo cual tiene relación, por operar con la misma lógica, con las violencias sociales de los mundos invisibles que trata Epele y se ven , según entiendo reflejados en el film. Desde otro punto de vista también resulta aplicable su planteo en relación a las cuestiones de género y sexualidad que se ven retratadas en el film por el devenir del joven travesti.
En atención a las relaciones que se dan en los ámbitos de dominación patriarcales, puede rescatarse lo planteado en Jelin E. (2010) Pan y Afectos.La transformación de la Familia, en el apartado sobre la violencia doméstica (Jelin, 2010:169): que la familia es el ámbito privilegiado de la violencia , que la violencia física (incluso sexual) se vive como practica normal en las relaciones de genero y que la violencia sexual (violación y acoso) tiende a ser más frecuente entre parientes (incluso convivientes) (Jelin, 2010) todo lo cual se verifica de manera continua en el film. .
No incluí el planteo presentado por Foucault (1989) en el capítulo Los Cuerpos Dóciles ya que si bien el análisis de la concepción de sociedades disciplinadas, en la que se controlan y hacen dóciles los cuerpos muestra cómo, en el pasaje a la modernidad la performatividad sobre los cuerpos se realiza por parte de las instituciones es de forma coactiva, son otras las formas de violencias sociales en el capitalismo tardío y las misma no genran cuerpos “útiles” sino que conllevan a la cronificación de los traumas. Tampoco incluí el planteo de Mauss M(1971) en el capitulo Las técnicas corporales ya que el autor, postula la forma en que los hombres, sociedad por sociedad, hacen uso de su cuerpo en una forma tradicional, (Mauss, 1971) y no contribuye al presente análisis.
Antecedentes del Tema
Trauma y Violencias
En Epele M. (2001) Violencias y Traumas. Politicas del Sufrimiento social entre usuarios de drogas, se explica que el término trauma, originalmente, hacia referencia a heridas registradas en el cuerpo individual; el concepto se extendió, a fines del siglo XIX, al dominio de la psiquis, al considerar las secuelas que un a accidente de tren dejaba en la persona aún si ésta no había sido lastimada físicamente. En el siglo XX, los estudios de neurosis de guerra y neurosis obsesiva en veteranos de la guerra de Vietnam derivaron en la definición del Trastorno de estrés postraumático, concepto que afronta la noción de sufrimiento social desde una perspectiva individualista, culpabilizando a la víctima, ya que se basa en una estrategia explicativa de causación unilineal donde se vinculan síntomas individuales con formas visibles de violencia que se abstraen de un complejo conjunto de violencias invisibles (criminalidad, marginalidad socio-económica, etc.). Como contraposición a esta perspectiva surge un abordaje macrosocial que entiende al sufrimiento como causa de procesos que definen un maltrato social, vinculando los traumas crónicos a procesos tales como el racismo y el clasismo. Así, el abordaje del tema de la violencia se amplia hasta la noción de violencia cotidiana, la cual alude, no solo a aquellas condiciones estructurales de sufrimiento vinculadas a la pobreza sino también a la coerción y a la opresión ligadas a la desigualdad de poder y de género, las que en conjunto se imponen en la vida diaria de determinados conjunto sociales, promoviendo la corporización de sus efectos. (Epele, 120: 2001)
Como un complemento necesario de esas formas de violencia no visibilizadas a las que alude Epele, es necesario rescatar el planteo presente en Bourdieu P. (2000)La dominación masculina, sobre la violencia simbólica; el autor plantea que la misma se instituye a partir de estructuras que funcionan de forma que el dominado se siente obligado a conceder al dominador cuando no dispone, para imaginarla o para imaginarse a si mismo o para imaginar la relación que tiene con el, de otro instrumento de conocimiento que aquel que comparte con el dominador y que no es mas que la forma asimilada de la relación de dominación, haciendo que esa relación parezca natural.
Género y sexo
En Butler J. (2002) Cuerpos que importan, se afirma que el sexo además de funcionar como norma, es parte de una práctica reguladora que produce los cuerpos que gobierna. De esta manera el sexo es un ideal regulatorio cuya materialización se impone y se logra mediante prácticas reguladas y es una construcción ideal que se logra materializar a través de la reiteración de normas. Esta necesidad de reiterar implica que la materialización nunca es completa. La autora hace referencia a la performatividad y lo define como una práctica reiterativa y referencial mediante la cual el discurso produce los efectos que nombra. Por otro lado la autora dice que los sujetos se forman mediante una matriz excluyente la cual simultáneamente necesita la producción de una esfera de seres abyectos, aquellos que no son sujetos, que están por fuera del campo constitutivo de los sujetos. Asimismo Butler menciona que la discusión sobre los conceptos sexo y género fue abordada por los estructuralistas, constructivistas y movimientos feministas. La autora critica al constructivismo diciendo que se reduce a una posición de monismo lingüístico según la cual la construcción lingüística se considera generativa y determinante: “si todo es discurso, ¿qué pasa con el cuerpo?”. En este caso la construcción compone todo lo que es su objeto, es lo performativo divino que da vida constituyendo lo que nombra, un tipo de referencia transitiva que nombra e inaugura a la vez. En este caso para que algo sea construido debe ser creado y determinado a través de este proceso, en consecuencia la autora considera que el constructivismo lingüístico es determinista.
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