Antecedentes historicos del derecho a la Propiedad
Enviado por yolymoreno • 21 de Septiembre de 2012 • 11.074 Palabras (45 Páginas) • 646 Visitas
UNIDAD I: ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO A LA PROPIEDAD:
CAPÍTULO 1
EL DERECHO DE PROPIEDAD
ANTECEDENTES HISTORICO DEL DERECHO A LA PROPIEDAD
1.-ORIGEN DE LA PROPIEDAD “barbarie y civilización”.
Morgan fue el primero que, con conocimiento de causa, trató de introducir un orden preciso en la prehistoria de la humanidad, y sin duda su clasificación permanecerá vigente mientras un aporte de datos mucho más considerable no obligue a modificarla. Naturalmente, de las tres épocas principales (salvajismo, barbarie civilización), subdivide cada una de estas dos etapas en los estadios inferior, medio y superior, según los progresos obtenidos en la producción de los medios de existencia.
SALVAJISMO:
Estadio inferior: Infancia del género humano. Los hombres permanecían aún en los bosques tropicales o subtropicales y vivían, al menos parcialmente, en los árboles.
Estadio medio: los hombres se hicieron independientes del clima y del lugar de asentamiento. Siguiendo el curso de los ríos y las costas de los mares, pudieron, incluso en estado salvaje, extenderse sobre la mayor parte de la Tierra.
Estadio superior: Comienza con la invención del arco y la flecha, gracias a los cuales la caza llega a ser un alimento regular y una actividad habitual.
BARBARIE: Estadio inferior: Empieza con la introducción de la alfarería. Puede demostrarse que en muchos casos, o probablemente en todas partes, nació de la costumbre de recubrir con arcilla las vasijas de cestería o de madera, para hacerlas refractarias al fuego, y pronto se descubrió que la arcilla moldeada servía para el caso sin necesidad de la vasija interior.
Estadio medio: En el hemisferio oriental comienza con la domesticación de animales; en el occidental, con el cultivo de las hortalizas por medio del riego y con el empleo de adobes (ladrillos seca-dos al sol) y de la piedra en la construcción.
EL ORIGEN DE LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL ESTADO.
Gran parte de la historia humana empezó la actividad económica con la cacería y cultivo de las tierras, lo que inició el hecho material de la ocupación que, a través de los tiempos, ha de constituir la posesión y la propiedad. Sin embargo, el acontecimiento más importante en la ocupación de las tierras se origina en el pueblo romano por la transición de la posesión colectiva a la individual, lo que constituye un importante desarrollo de la propiedad inmobiliaria.
Antecedentes Históricos de la Propiedad
Los estudios sobre las culturas primitivas concluyen que los derechos de propiedad han sido una parte central de la existencia de la humanidad y son considerados como una prueba que la sociedad necesita cierto orden para gozar de los beneficios que otorgue la propiedad.
Gran parte de la historia humana empezó la actividad económica con la cacería y cultivo de las tierras, lo que inició el hecho material de la ocupación que, a través de los tiempos, ha de constituir la posesión y la propiedad. Sin embargo, no existían muchos incentivos para desarrollar estas actividades puesto que existían personas ajenas que se apropiaban de los beneficios de las actividades. Por tal razón, los hombres acordaron organizarse en sociedad y Estados con la finalidad de preservar su vida, libertades y propiedades, siendo más adelante, la manera cómo nace el Estado mediante un “contrato social”.
De esta manera, primitivamente la propiedad fue comunal donde el grupo al ocupar durante un período más o menos largo la tierra que cultiva, consolida una situación de hecho denominada “posesión”, en la cual la ocupación permanente y la necesidad de continuar gozando de los frutos provenientes del trabajo del hombre en la tierra determina el derecho del poseedor. Justamente, en este derecho de poseer las tierras es donde se encuentra el germen de la propiedad inmobiliaria.
En un principio, las tierras eran de propiedad de la tribu, donde se dividen entre todas las familias que la integran asignándose lotes todavía en forma transitoria y temporal.
Cuando la división de las tierras en familias adquiere permanencia, surge la propiedad familiar que luego se convierte en hereditaria y autónoma.
Después de un período histórico dilatado, la propiedad familiar se disgrega y adopta la forma individual pero hacia una finalidad social. Entre éstos casos encontramos la civilización de los egipcios donde la tierra constituye la principal fuente de riqueza que se reparte entre los reyes, sacerdotes y la clase alta, como únicos propietarios de todo el territorio; y la masa campesina se dedica a laborar las tierras como arriendo en pequeños lotes o prestando servicios de obreros. Asimismo, en las primeras culturas de los hebreos, la tierra se distribuye entre las tribus repartidas en el país con la finalidad de evitar que el pueblo sufra hambre y miseria.
Sin embargo, el acontecimiento más importante en la ocupación de las tierras se origina en el pueblo romano por la transición de la posesión colectiva a la individual, lo que constituye un importante desarrollo de la propiedad inmobiliaria. En el período arcaico, Roma ve crecer sus dominios a merced de las conquistas, lo cual permitirá confiscar las tierras y dárselas a particulares, contra el pago de una tasa anual.
Esta situación de hecho, se denomina “possesio”, donde, poco a poco, el Estado atribuye un verdadero derecho a quien puede conseguir la ocupación. Asimismo, en este periodo es la familia o “gens” la que tenía la titularidad sobre un primitivo derecho de propiedad sobre el suelo, la cual se trata de una propiedad colectiva, pero dentro de ella, privada y no pública.
Luego, existió el “dominio ex jure quiritum” o propiedad quiritaria que manifestaba la propiedad con carácter de exclusividad, perpetuidad, absolutismo y pleno derecho sobre la cosa, donde los únicos que la ejercían eran los ciudadanos romanos. En segundo lugar, existía un tipo de propiedad inferior a la quiritaria para los extranjeros denominada in bonis o propiedad provincial, pretoriana o peregrina.
Ambas propiedades se distinguen en los modos de adquirirlas. La “mancipatio” fue un acto formal de adquisición de propiedad celebrado en presencia de un mínimo de 5 testigos, que implicaba la presencia de un objeto que represente el bien materia de contrato y un pedazo de cobre, el cual simbolizaba el pago a todo ello y debían pronunciarse fórmulas rituales a fin que se entendiese materializada la adquisición.
Por otro lado, tenemos la “in jure cessio”, un acto formal de adquisición que se celebraba en presencia del pretor (magistrado de Roma) e implicaba una reivindicación simulada, en la que el adquiriente
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