Antropología Pedagógica

                                                                                                José Clemente Moreno Archundia

                                                                      Lic. en Educación I.

                                                                               Antropología Pedagógica.

COMENTARIO

El hombre es el único animal educable y para que esto sea posible existen tres rasgos que enmarcan su carácter de ser educado; el hombre no es un ser de instintos salvajes (instintos puros) sino de instintos razonados, lo cual alimenta el espíritu que es la que guía su proceder en todo lo que hace, es el motor que anima todo lo que es historia que es lo creado por el hombre y la memoria del hombre.

Otro rasgo es que el hombre no es perfecto biológicamente ni cognoscitivamente (perfectible), para ello debe aprender a ser hombre, también nace en condiciones precarias al llegar al mundo, a comparación de los demás animales; genéticamente no ha evolucionado fisionómicamente como los animales irracionales los cuales si lo han hecho y es en este sentido donde el ser humano pone en práctica la educación para adecuar el medio ambiente a sus condiciones, en otras palabras crea su cultura que es la puesta en práctica de sus conocimientos para desarrollarse, creando hábitos los cuales  sustituyen la carencia de instintos para subsistir en el medio ambiente adecuando su entorno a sus necesidades vitales.

Otro rasgo más que invita al hombre a ser un animal educable es que es un ser de realidades, esto es, que  debe conocer y comprender el mundo que le rodea, así como adueñarse del mismo, es decir hacer realidad lo que ve y siente. Para ello crea una actividad metafísica esencial y base importante en todo aprendizaje, el lenguaje, con el humaniza las cosas con las cuales interactúa y por consiguiente las vuelve reales a sus sentidos. Por consiguiente el hombre se enrique de su entorno se crea a sí mismo y como dice el pensador Fullat “el hombre es un ente que tiene que ser constantemente educado para existir. Únicamente con su muerte se pone punto final a la educación”.

Pero hay otro aspecto que hace del hombre un ser educable por naturaleza, es que aparte de ser un ser de realidades es también un ser de irrealidades, que no es otra cosa, más que los proyectos que se crea el hombre a futuro, pero que tanto pueden ser como no pueden ser realizados, de ahí el termino de irrealidades de una manera subjetiva.  

A todos estos rasgos podemos sintetizar que el hombre es un ser inacabado porque siempre tendera a educarse para desarrollar todas sus facultades humanas, sea socialmente o cognoscitivamente. Para ello se apoyará de sus experiencias las cuales no se anteponen al sujeto sino que se integran para crear un conocimiento más propio de la realidad personal. También la educación produce en el hombre una humanización, tenemos la cultura como ejemplo de la misma la cual no se adquiere genéticamente sino en base a los hábitos que desarrollamos.

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