Análisis Sobre El Monopolio De La Violencia

ANÁLISIS SOBRE ELMONOPOLIO DE LA VIOLENCIA

Como bien sabemos, la violencia es una conducta social compleja, que en el marco del sistema democrático, regido por el imperio de la leyes, esta rigurosamente limitada a la estructuctura normativa.

No conocemos un solo sistema político ajeno a la violencia, donde su presencia es tan amplia y profunda por ser base y fundamento de la política, que las confusiones con otras instancias políticas como el poder la autoridad el gobierno y el Estado son permanentes.

En cualquier sistema social democrático, donde existen poblaciones que conviven en comunidades regidas por normas universales y no discriminativas promulgadas y aplicadas por poderes independientes que emanan de la soberanía popular, únicamente la practica de la violencia que se ajusta a la presión dispuestas por las leyes se considera licita y legitima, de esta forma es que el MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA, ejerce su poder coactivo, reservado a los poderes públicos que lo deben administrar de forma responsable, en su precisa oportunidad necesidad y proporcionalidad.

La desobediencia civil, la destrucción de la propiedad ajena, la resistencia a la autoridad, la ocupación por la fuerza, son formas ilegitimas de la violencia, aunque tengan una explicación histórica y psicológicas.

De triunfar acciones como estas, la violencia directa abandona cualquier principio de legalidad racional para imponer un sistema totalitario o autoritario, donde las limitaciones legales a la utilización de la fuerza directa son eliminadas.

En el mismo sentido garantista, se puede entender la violencia desencadenada en el marco de la legitima defensa, que se sustenta en la legitimidad que respalda al ciudadano, que realiza un comportamiento de agresión defensiva, contra otro u otros, basándose en una amenaza grave y latente que atente contra su vida o de terceros, teniendo presente que esa respuesta tan igual que la que ocurre con la violencia del Estado, debe ser necesaria y proporcional.

En ambas violencias legitimas tanto del ciudadano con la del Estado, parece regir idénticas condicionantes, estribando en la diferencia, si cabe en la licitud añadida que se le otorga a los poderes del Estado para instrumentar violencia necesaria oportuna y proporcional, a fin de imponer la autoridad concedida para restaurar el orden publico.

Así, la violencia democrática queda salvaguardada por estrictas garantías que conceden al Estado un MONOPOLIO DE VIOLENCIA, QUE SIEMPRE ESTARA RODEADO DE CONDICIONES DE EXCEPCIONALIDAD.

Un régimen de convivencia es excepcional o así debería ser, que la policía recurra a la fuerza, de igual forma el ejército y así mismo que un ciudadano se vea obligado a defenderse.

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