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Enviado por bryan316 • 16 de Agosto de 2011 • 1.632 Palabras (7 Páginas) • 1.020 Visitas
ACTIVIDAD
1. Selección de un poema en la fonoteca y audición del mismo.
2. Hallazgo del poema escuchado (fotocopia, buscarla en la biblioteca)
3. Interpretación comparativa del poema teniendo en cuenta lo escuchado y lo leído (comparación entre lo escuchado y lo leído)
4. Resumen de la reseña histórica de la casa de poesía silva
5. Biografía de uno de los autores que se encuentren expuestos en la casa
6. Análisis interpretativo del poema
DESARROLLO
1. El poema que elegí Fue ‘’RITORNELO’’ de León de Greiff.
2. RITORNELO
"Esta rosa fue testigo"
de ése, que si amor no fue;
ninguno otro amor sería.
¡Esta rosa fue testigo
de cuando te diste mía¡
El día, ya no lo sé
-sí lo sé, mas no lo digo-
Esta rosa fue testigo.
De tus labios escuché
la más dulce melodía.
¡Esta rosa fue testigo:
todo en tu ser sonreía!
Todo cuanto yo soñé
de ti, lo tuve conmigo...
Esta rosa fue testigo.
¡En tus ojos naufragué
donde la noche cabía!
Esta rosa fue testigo.
En mis brazos te oprimía,
entre tus brazos me hallé,
luego hallé más tibio abrigo...
Esta rosa fue testigo.
¡Tu fresca boca besé
donde triscó la alegría!
Esta rosa fue testigo
de tu amorosa agonía
cuando del amor gocé
la vez primera contigo!
Esta rosa fue testigo .
"Esta rosa fue testigo"
de ése, que si amor no fue,
ninguno otro amor sería.
Esta rosa fue testigo
de cuando te diste mía!
El día, ya no lo sé
-sí lo sé, mas no lo digo-
Esta rosa fue testigo.
3.
Pienso que hay una gran diferencia entre leer y escuchar un poema, porque al leerlo el sentimiento, la idea o lo que el poeta quiere transmitir, no se capta al instante, en mi caso tuve que releer el poema varias veces, porque cada vez que lo volvía a leer me daba cuenta que cada parte del poema es esencial porque es una gran demostración de un sentimiento, ya sea una metáfora, o cualquier otro tipo de poesía me di cuenta de que en unas cuantas palabras se puede expresar muchos sentimientos, por otro lado al escuchar el poema se sentía la pasión que trataba de dar el autor con su obra y era casi como si estuviera narrando una historia, las dos formas de disfrutar la poesia son validas; pero en lo personal me quedo con leer un poema.
4.
Como un buen albergue de leyenda que es, nadie sabe la fecha exacta en que fue construida esta casa. Los arquitectos que la restauraron establecieron, por las huellas técnicas que el tiempo dejo en sus muros, que fue levantada en la epoca de la colonia, aproximadamente hacia 1715. Como buen albergue de leyenda que es, nadie sabe la fecha exacta en que fue construida esta casa. Los arquitectos que la restauraron establecieron, por las huellas técnicas que el tiempo dejó en sus muros, que fue levantada en la época de la colonia, aproximadamente hacia 1715.
En sus salones centenarios tuvieron sede la asociación de farmaceutas, cuando las droguerías se llamaban boticas, y las de meseros y camareros. Hubo también aquí un almacén de calzado fino. Fue también pensión e inquilinato. Pero ha sido la poesía la principal habitante de esta casa. En ella vivió sus últimos años José Asunción Silva y murió, a los 31 años de edad de un tiro en el corazón en el cuarto del corredor de la entrada.
La casa marcada con el número 13 en la época de Silva, era el escenario de tertulia, una de las escasas formas de difusión de la producción literaria, en momentos en que el periodismo parecía más un bando de las campañas políticas justificatorias de las guerras civiles y el libro de autor nacional carecía de circulación.
Uno de los contertulios, Emilio Cuervo Márquez, relató detalladamente la atmósfera del sitio y de la ocasión, en palabras que parecen reanimar a los fantasmas de esta casa: "Aún veo el amplio cuarto de estudio. Discreta luz, anaqueles con libros. Al frente una reproducción de arte de "La Primavera" de Boticelli. En el centro, el amplio escritorio, sobre el cual se veían algunos bronces, el bade de tafilete rojo con el monograma en oro del poeta, revistas extranjeras. Diseminados aquí y allá, sillones en cuero, y gueridones con imponente cantidad de ceniceros, pues quienes allí nos reuníamos, a comenzar por el dueño de la casa, éramos fumadores empedernidos. Después de media hora de charla Silva daba comienzo a la lectura.
Previamente se había graduado la luz de la lámpara y se había puesto a nuestro
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