Arquitecto
Enviado por elborre22 • 10 de Diciembre de 2014 • 430 Palabras (2 Páginas) • 167 Visitas
El Partenón es un templo dórico, de 69,50 por 30,88 metros. Es un templo períptero octástilo, es decir, esta rodeado por todas sus caras ce columnas formando un bloque pensado con sentido escultórico y capaz de puntos de vista diagonales y homogénea majestad. El numero de columnas laterales es de 17, el doble mas una de las columnas de los frontis. El Partenón es anfipróstilo, es decir, tiene un pórtico anterior interno, el pronaos y un pórtico posterior interno, el opistodomos. Estos dos pórticos son hexástilos, y sus columnas son ligeramente menores en diámetro a las exteriores.
En el interior del templo, Ictino rompió con la distribución espacial canónica haciendo frente a las exigencias cultuales y a los imperativos derivados del volumen de la colosal estatua de Atenea.
El interior de la cella está dividido en dos grandes estancias: la naos o hekatompedos, donde estaba situada, cerca del fondo, la estatua de Pallas Atenea, y la cámara de las vírgenes o vestales.
La amplia y muy ancha naos, recorrida por tres filas de columnas dispuestas en forma de pi griega ("), determino también el aspecto exterior del templo, con la adopción de las ocho columnas frontales en lugar de las seis canónicas.
También razones cultuales imponían la presencia de una sala contigua, aunque incomunicada con la naos, que tampoco constituía un elemento canónico. Esta sala estaba destinada a las actividades de las jóvenes atenienses relativas a la preparación del peplo de Atenea para las fiestas y, l parecer, fue precisamente por estas vírgenes (parthénoi) por las que la sala fue denominada Partenón, vocablo que mas tarde se extendió a todo el edificio.
El frente del Partenón, o, mejor dicho, los frentes, han alcanzado el punto culminante de serenidad y de belleza. El frontis lo define un triangulo isósceles de base seis y altura cuatro. Sus lados iguales miden cinco. Pueden descomponerse en dos triángulos rectángulos de proporción 3-4-5.
Las ocho columnas del frente dan lugar a catorce metopas (dos por cada uno de los siete intervalos) y, en consecuencia, a quince triglifos. Los triglifos coinciden con los ejes de las columnas, mientras que los extremos se desplazan al filo del entablamento. Al tener que ser las metopas iguales y cuadradas, el intervalo entre las columnas extremas es menor, lo que favorece el aplomo del templo, fortaleciendo los ángulos. En este caso la disposición de metopas y triglifos ayuda a prever una corrección óptica de la que tan sutiles testimonios nos dieron los griegos. En general, también las columnas de los ángulos se hacían mas gruesas, pues al destacarse en el cielo se las “come” la luz.
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