Arte Islamico

El arte islámico se desarrolló en un espacio geográfico muy amplio y abarcó muchas naciones, fue esa religión la que unió grandes territorios de Asia y el norte de áfrica, muy diferentes entre ellos, que no estaba unidos desde el periodo helenístico, bajo una misma identidad política, religiosa y cultural. La cultura islámica tuvo una diferencia fundamental con la cultura cristiana del imperio romano, ya que, a diferencia de estos últimos, no destruyó el arte ni se despreció la cultura preexistente, si no que más bien se incluyó y se fusionó, de esta manera dándole forma a la nueva cultura naciente, acerca de esto Grabar nos habla en su libro La formación del arte islámico: "La conquista musulmana se llevó a cabo sin destrucción material y sin masacres... como consecuencia el conjunto local del arte y la cultura material del mundo pre-islámico se mantuvo con las funciones, objetivos y asociaciones que tenía anteriormente". Además, en el arte islámico, a diferencia del arte bizantino, prevaleció durante mucho tiempo la tesis de que el arte debía estar restringido, sobretodo en el ámbito religioso. En la mayoría de los casos se les prohibió representar figuras humanas.

Sin embargo, los artistas de ese periodo desarrollaron una forma de arte distinta, lineal, pero rica en formas y colores. Gombrich en su libro Historia del arte, nos dice "… los artistas dejaron correr su imaginación en formas decorativas y lineales... sus diseños sutiles y la riqueza de sus gamas cromáticas se la debemos, a fin de cuentas, a Mahoma, que alejó el espíritu del artista de los objetos del mundo real para impulsarlo hacia el maravilloso de las líneas y los colores". Como un ejemplo de esto podemos ver las exquisitas formas arquitectónicas del palacio Alhambra en España, construido alrededor del año 1377; en él podemos ver en detalle formas muy elaboradas pintadas con ricos colores. También podemos tomar como ejemplo las alfombras persas, que hasta nuestros días son muy apreciadas por su belleza y exuberantes colores, además de su delicadeza.

La religión islámica al restringir tanto el motivo de las obras terminó por desarrollar una creatividad de los artistas para crear formas abstractas muy coloridas; parte de esto nos lo dice Grabar: "… fue un estímulo político y religioso – y no artístico e incluso material- lo que creó el islam y lo que hizo posible el arte islámico".

No obstante, la restricción sobre el arte no se mantuvo durante todo el periodo, y en algunos lugares menos 'estrictos' del oriente se permitió la representación de seres humanos siempre y cuando no fuera con motivos religiosos. Podemos tomar por ejemplo una miniatura perteneciente a un libro de cuentos del siglo XV, El príncipe persa Humay conoce a la princesa china Humayun en su jardín; en esa obra se puede apreciar el estilo de dibujo, muy similar al bizantino en su calidad de

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