Asperguer
Enviado por karito82 • 5 de Noviembre de 2013 • 2.118 Palabras (9 Páginas) • 279 Visitas
Integración escolar de niños con Asperger
El síndrome de Asperger (SA) es un trastorno generalizado del desarrollo (Zúñiga, 2009). Las personas que lo presentan tienen un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia y en algunos casos habilidades especiales en ciertas áreas (Aguilera, 2006). Sin embargo, enfrentan dificultades (que oscilan de leves a graves) originadas durante su desarrollo, como problemas en la interacción social y en la comunicación verbal y no verbal (entendiendo como comunicación a las relaciones entre las personas), comportamientos inadecuados, rutinas repetitivas, poca flexibilidad de pensamiento, entre otros. No obstante, cada persona expresa de distinta forma dichas características.
Esta condición se presenta de 3 a 7 menores por cada 1000 habitantes entre 7 y 16 años (Aguilera, 2006). Presentándose con mayor incidencia en niños que en niñas. Según la DSM-IV (1994), al igual que el espectro autista, se incluye en los trastornos generalizados del desarrollo. La diferencia radica en que la persona con Asperger no presenta retraso en el desarrollo del lenguaje, pero si limitaciones pragmáticas en el uso de la comunicación (Aguilera, 2006).
Tomando en cuenta los problemas de interacción social antes mencionados, es que hace ya varias décadas se comenzó a incluir a personas con necesidades educativas especiales (NEE) a escuelas tradicionales. Sin embargo, fenómenos como la discriminación escolar impiden su inclusión real en ellas (Norwich & Kelly en Granizo, Naylor & Barrio, 2006). Hans Asperger (1941 en Attwood, 2007), quien caracterizó a las personas que presentan el trastorno que posteriormente llevaría su apellido; dice que la naturaleza de estos niños se manifiesta claramente en su conducta hacia los demás y que en realidad su comportamiento en la sociedad es el signo más evidente de su condición. Algunas características que los hacen víctimas de exclusión por parte de sus pares, tal como lo señala Frith (Frith en Granizo, Naylor & Barrio, 2006) son su falta de reciprocidad, poca empatía y dificultades para compartir intereses. Según Attwood (2000) también utilizan un lenguaje adulto no acorde con su edad y presentan problemas para interpretar el lenguaje no verbal, lo que se pone en evidencia cuando un joven con Asperger señala “las personas se envían mensajes con los ojos, pero yo no puedo comprenderlos” (Newson en Rivierè & Martos,. 2000).
La ausencia de destrezas para hacer amigos puede conducirlos a la frustración y producir problemas de comportamiento; tales como agresión, daños a objetos, conducta confrontacional, etc., (Calle de Medinaceli & Utria, 2004). Existe una alta incidencia a sufrir desórdenes afectivos durante la adolescencia, dentro de los que sobresale la depresión, teniendo una probabilidad del 15% más alta que la población normal (Tantam en Attwood, 2002).
A pesar de las discapacidades sociales indicadas anteriormente, cuando el niño con Asperger entra en la adolescencia nota su aislamiento y siente motivación por relacionarse con sus pares, pero como sus habilidades para el juego y las relaciones sociales son rígidas e inmaduras muchas veces es rechazado por los demás (Attwood en Medinaceli & Utria, 2004). Desean ser incluidos, tener amigos (Bauminger & Shulman, 2003) y “mantienen las esperanza de poder comprender el complejo mundo de la sociedad y lograr ser aceptados tal como son” (Aguilera, 2006). Las personas con este trastorno necesitan desde el inicio de su escolaridad y muy especialmente en su adolescencia, un acompañamiento por parte de un profesional especializado en el tema, incluyendo además orientación a la familia, capacitación y asesoría al equipo de profesores, compañeros y todos los estamentos del colegio. Es importante el compromiso real del grupo de docentes que están en contacto con el joven con Asperger y deben existir recursos que complementen, como psicólogos y otros terapeutas que los orienten (Calle de Medinaceli & Utria., 2004).
Aunque existe una mayor aprobación en que niños con necesidades educativas especiales sean incluidos en los planes de escuelas ordinarias, el reto es educar con éxito a todos los niños por igual y sobre todo, intentar cambiar las actitudes de discriminación, creando una sociedad integradora (UNESCO, 1994). Aguilera (2006) postula que uno de los factores claves para la integración escolar es que exista una consideración por las necesidades particulares de cada persona, para lo cual es necesario que la inclusión sea mutua, trabajando con el niño de desarrollo típico y con el niño con trastorno Asperger. Por un lado es importante que se enseñen técnicas de inserción social a estos alumnos y se fomente la relación con compañeros; por lo que los sujetos con el síndrome deben aprender empatía y reciprocidad. Por otro lado los alumnos ordinarios deben comprender las causas del comportamiento de sus compañeros (Attwood, 2000).
Como intermediario se encuentra el profesor, quien tiene un papel sumamente importante en la inclusión de alumnos con Asperger. Debe crear un ambiente social decodificable y estructurar la clase de manera que los alumnos interactúen y ha de ser él quien elija los grupos, tomando en cuenta las cualidades de sus alumnos y organizándolos de tal forma que se cree un ambiente agradable (Granizo, Naylor & Barrio, 2006). También es el responsable de organizar la secuencia de hechos venideros para evitar el impacto que les producen los cambios repentinos. Los estudiantes con Asperger necesitan una figura que les de contención afectiva y efectiva, por un lado los padres en el hogar y por otro los profesores en el colegio, de tal manera de sentir que cuentan con el respaldo y la ayuda en todo momento, considerándose incluidos y más seguros de sí mismos (Aguilera, 2006).
Una integración de éste tipo requiere un cambio de pensamiento universal, en el que todos tenemos el derecho de ser aceptados tal como somos, y al mismo tiempo el deber de tolerar las diferentes formas de ser de todos y cada uno de nosotros. Es importante alejarnos de los prejuicios, entendiendo que “tener el síndrome de Asperger no significa que eres extraño, significa que eres diferente. Y no significa que la demás gente esté bien y que tu estés equivocado” (Gerland en Aguilera, 2006).
Referencias
Aguilera Pérez, M. (2006). Asperger, un pensar diferente. Guía para padres y profesionales. Chile: APROC.
Asociación Estadounidense de Psiquiatría. (2000). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (4 ª ed., Texto rev.). Washington, DC: Autor.
Attwood, T. (2000). Strategies for improving the social integration of children with Asperger autism. En Granizo, L.; Naylor, P. & Barrio, C. Análisis de las relaciones sociales
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