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BG MADERAS y CIA.


Enviado por   •  5 de Abril de 2018  •  Ensayo  •  2.267 Palabras (10 Páginas)  •  590 Visitas

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BG MADERAS y CIA. 


(Parte 1)


Autor: Alberto Armstrong V.



Don Benito García partió de cero como muchos. Su padre había llegado a ser jefe de obras en una importante constructora y Benito había tenido la oportunidad de ganarse algunos pesos trabajando como jornalero y luego como ayudante de carpintero durante los veranos, en obras que dirigía su padre. AI egresar del colegio, terminada su educación media tuvo que salir a trabajar y, por supuesto, lo hizo en lo que había aprendido en sus trabajos de verano. Fue así como ingresó de carpintero de segunda a una obra que consistía en un edificio de 16 pisos y seis departamentos por piso, a cargo del constructor civil Vicente Cantero. AI poco andar se dio cuenta de que los marcos de las ventanas, algunas puertas y ciertos moldajes de madera se confeccionaban una a una en la misma faena, con malos equipos y muy lentamente y se le ocurrió ofrecer a Vicente Cantero hacerse cargo de la confección de los marcos, las puertas y los moldajes en su casa, a un precio menor al costo que le estaba significando a la constructora hacerlo en la misma faena. A Cantero le gustó Ia idea y aceptó hacer la prueba, porque él tenía convenido como premio, un porcentaje importante de la diferencia que se produjera entre el presupuesto y el costo real de los insumos en particular y de la obra en general. Así, con la ayuda de un compadre y dos amigos, comenzó a elaborar molduras, marcos, puertas y algunas ventanas, tras haber conseguido que un amigo le prestara una sierra circular y que los dueños de una pequeña barraca y de una ferretería, respectivamente, le fiaran la madera y los insumos necesarios para partir. La calidad de los productos y la puntualidad en las entregas hicieron que Vicente Cantero continuara pidiéndole las molduras, marcos, puertas y ventanas a Benito García.

Para hacer esta parte del cuento corto, Benito García no sólo fabricó todas las restantes molduras, marcos, puertas y ventanas del edificio, sino que además todos los muebles de cocina y closets. Pero la historia no termina aquí, pues Benito García continuó siendo el proveedor de Vicente Cantero en varios otros edificios que le tocó construir y de una veintena de empresas constructoras. Así nació B.G. Maderas y Cía. Hoy, Benito García tiene 4o años y una empresa que ocupa a 1.260 trabajadores, en la que no sólo fabrica molduras, marcos, puertas y ventanas sino muebles de cocina, closets y pisos. Hace tres años incorporó a su negocio l la elaboración e instalación de casas prefabricadas de madera de distintos tamaños. ‘

Volviendo a los orígenes de la empresa, aparte de su compadre y de sus dos amigos con los cuales inició su negocio, Benito García tuvo que contratar personalmente a nuevos trabajadores para que lo ayudaran a capacitarlos él mismo. Sin duda, una de las contrataciones más importantes que llevó a cabo en esa época fue la de Raúl Cifuentes, un contador auditor bastante experimentado, para que realizara fundamentalmente dos labores: enseñarle contabilidad y finanzas en las noches y llevarle la contabilidad de la empresa. Cifuentes es todavía el Contador General de B.G. Maderas y Cía. García, sacrificando su tiempo libre, leyó cuanto libro le recomendó Cifuentes sobre finanzas, marketing, personal y administración general. Además de seminarios de economía, se inscribió en todos los seminarios que pudo en temas relacionados con administración. A raíz del rápido crecimiento que experimentó la empresa, Benito García no pudo seguir contratando, capacitando y dirigiendo el mismo al personal, como tampoco visitar a diario a sus clientes y reunirse semanalmente con los bancos y proveedores. En otras palabras, tuvo que comenzar a organizar y estructurar su empresa, contratar profesionales y delegarles autoridad decisional. Aparte de la contratación de Raúl Cifuentes, la segunda contratación clave fue el arquitecto Sigfrid Rerhem, intelectualmente brillante y habitante usual de la estratosfera, quien además había estudiado filosofía en Francia y obtenido un MBA en la Universidad de Edimburgo. Sigfrid, junto con ser inmensamente creativo, se ha convertido en un implacable contralor de cualquier idea o decisión que se tome, incluso aquellas ideas de Benito García se evalúan técnicamente y se basan en informaciones y estudios serios. Se preocupa, por lo tanto, de que no se tomen decisiones por "tincadas," o porque a alguien "le parece".


Aparte de las típicas gerencias de Producción, Comercial y de Administración y Finanzas, la empresa cuenta con una Subgerencia de Abastecimiento, que depende directamente de Benito García. También existe un departamento de personal que depende de la Gerencia de Administración y Finanzas, cuyas funciones son básicamente operativas, es decir, contribuyen en el proceso de contratación de gente, realizan algunos cursos de capacitación y manejan el bienestar. El 80% de la actividad del departamento de personal está concentrada en esta última actividad, que no es otra cosa que administrar los beneficios acordados en un contrato colectivo de trabajo con el único sindicato que se ha organizado en la empresa, al cual pertenece el 75% de los trabajadores del área de producción. El personal dependiente de las gerencias de Finanzas y Comercial y de la Subgerencia de Adquisiciones no se ha organizado sindicalmente. Se dice que los dirigentes del sindicato tendrían fuertes contactos con la Federación de Trabajadores de la Madera.


Dado el crecimiento que ha tenido la empresa, Benito García no tiene ni siquiera tiempo para darse una vuelta por la fábrica como solía hacerlo, ni menos intercambiar algunas palabras con sus trabajadores, especialmente con aquellos a los cuales él contrató y entrenó personalmente. El futuro se le presenta aún más complicado, pues Sigfrid, su mano derecha en estudios y control, le ha estado insistiendo que deben instalarse con una fábrica en Concepción y estudiar la factibilidad de hacer lo mismo en Lima y La Paz.


Un día cualquiera, cuando llegó Benito García a su oficina a las 07:30 de la mañana, lo estaba esperando Ernesto Machuca, uno de los dos amigos con los cuales, además de su compadre, había iniciado la empresa hacía 20 años.


Me vengo a despedir, le dijo, y no sé por qué me he demorado tanto tiempo en tomar esta Debí haberme ido cuando se fue su compadre y Juan Maceas (el otro amigo con el que habían comenzado a trabajar).


Benito García no podía creer lo que estaba escuchando, porque Ernesto Machuca había recibido al igual que su compadre y Juan Maceas, un trato muy especial de su parte. Los tres eran dueños de excelentes casas, habían mandado a sus hijos a los mejores colegios privados, tenían automóvil y eran dueños de casas en la playa. Ernesto Machuca, que había sido el más inteligente de los tres —y que incluso se había titulado Ingeniero de Ejecución en Procesos Industriales; Mención Maderas- era actualmente el Subgerente de Producción del área muebles.

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