Boliches bajo inspección: entre clausuras y violencia

Boliches bajo inspección: entre clausuras y violencia

Vecinos de distintos barrios porteños sufren cada fin de semana por la música fuerte, chicos alcoholizados en vía la pública y peleas callejeras hasta la madrugada; hay quejas por la poca presencia policial y cuando los clausuran vuelven a abrir.

“Ya en este barrio sufrí varios conflictos, desde la música fuerte hasta las 6 de la mañana que no dejan dormir a los vecinos, vandalismo, peleas, hasta parejas teniendo sexo en la vía pública y a la mañana la zona es tierra de nadie, no hay control” cuenta Alejo que es contador público y vive en el barrio de Palermo en la esquina de Gorriti y la Av. Juan  B. Justo a unos 50 metros del boliche INPUT.

Según el secretario letrado del Ministerio Publico Fiscal;  Francisco Ulloa los barrios más conflictivos son:- “Palermo en primer lugar luego le siguen, Caballito, Balvanera más conocido como Once, San Telmo, Retiro, Flores, Almagro, Núñez, Constitución y van en aumento año por año, pero estamos trabajando en eso con las fuerzas policiales de las distintas comisarías de las zonas”

Son varias las quejas y denuncias de los vecinos que viven en barrios donde hay mucha concentración de boliches, desde música a todo volumen, gritos en las afueras de las puertas de los boliches, corridas, vandalismo, basura, peleas entre alcoholizados, vómitos en las veredas son las postales habituales a la salida de los “locales bailables” como lo llama Horacio Sánchez vocero de la Agencia gubernamental de control (AGC). Los vecinos y comerciantes de las zonas afectadas deben lidiar con estos innumerables problemas, reclaman más control de la policía.

“De la puerta para afuera, todo lo que suceda no es competencia nuestra; es responsabilidad de la policía de la zona”, dijo Sánchez.

Según cuentan en el barrio de Almagro, cientos de adolescentes se agrupan en varios lugares de la cuadra y hacen disturbios en los ingresos de los edificios, de jueves a domingo, desde las 3 o 4 de la mañana ya que a esa hora los boliches se llenan y los patovicas no permiten el ingreso. “Con estos boliches, la cuadra se puso insegura y peligrosa, es angustiante lo que tenemos que pasar por las noches, los chicos orinan y vomitan en cualquier parte, se pelean y además si les decís algo te agreden” cuenta Elvira vecina del barrio; “no puedo bajar a la calle a la noche ni a la mañana temprano, nos tienen acorralados” asegura María Silvia, que vive a metros del local bailable Amérika.

Los locales que están en la zona aledaña deben convivir con la invasión de personas que concurren a los boliches de alrededor ya que la policía de la zona no les da soluciones. “No puedo dormir tranquilo porque imagínate el riesgo que corre mi negocio, que esta alado de una de las salidas del boliche INK, ¿denunciar? ¿Para qué? Nunca te dan respuestas claras”, indico Daniel un comerciante de la zona.

Edgardo vive en un segundo piso en la calle Fitz Roy, a metros de Honduras, en Palermo, una calle llena de bares y boliches y cuenta que : -“ Nací acá y no veo la hora de mudarme ya que los ruidos son insoportables, si no cierro las ventanas y prendo el aire acondicionado, no duermo y siempre es un caos; además de la música la gente habla muy alto y se la pasan gritando, los comerciantes de esos bares tampoco ayudan y no hago la denuncia porque creo que nada va a influir que yo los denuncie”

Helena Gorodiska también es vecina en el barrio de Palermo que es el más conflictivo de la ciudad; vive en un departamento de planta baja a una cuadra de la plaza serrano: -“Los fines de semana se hace muy difícil dormir por el ruido de los bares y boliches se le agrega el de la gente que se reúne en las calles, hace tiempo esto cambio y es cada vez peor”.

Algunos vecinos recurren a la defensoría del pueblo para agarrar más fuerza en conjunto con los vecinos. El secretario General de la Defensoría del pueblo, Marcelo Honores dijo que: - “somos un puente entre los ciudadanos y el estado que debe tomar cartas en el asunto, proponemos soluciones rápidas a través de la mediación y el trabajo en conjunto con los distintos barrios para evitar la instancia judicial que es más engorroso y en estos casos lo terminan desestimando por falta de pruebas concretas”.

Flavio Ponce, integrante de la secretaria de Derechos y Garantías de la Defensoría y responsable de llevar adelante los casos vinculado a la contaminación ambiental y acústica, indicio que:-“todos estos problemas a los vecinos les puede generar hipertensión arterial, problemas cardiacos, estrés, agresividad, falta de atención y sordera en los casos de música muy fuerte”.

Ponce sostuvo que: -“nuestras recomendaciones al estado en las conferencias que hacemos tienen como objetivo persuadir sobre la convivencia de cumplir con las normas vigentes, tratando de evitar la instancia judicial e instando al estado a cumplir con sus responsabilidades”.

En lo que va de 2017, la Defensoría ya tiene 20 locales nocturnos denunciados, y en la lista hay de todo: Discotecas, como Amerika, Terrazas del este, Rosebar, Kika, L´arc, Caix, Pacha, Brook, entre otras y algunos bares de San Telmo como el Seddon y Ziodi; pero asegura Ponce que los reclamos son mayores, lo que sucede que se trata de un tema en el que la gente muchas veces no quiere hacer denuncias ya que sienten que nada va a cambiar.

Laura Alejandra Calógero una de las vocales titulares del Ministerio público fiscal afirma que: -“los problemas de los boliches han aumentado por algunos bares/restaurantes que están habilitados para ese fin pero desde una determinada hora empiezan a funcionar como boliches o salones bailables”

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