CARTA A UN JOVEN PROFESOR

CARTA A UN JOVEN PROFESOR

En el centro de nuestra profesión: la exigencia.

1 los profesores enseñan lo mejor posible, es decir, nos esforzamos por transmitir a los alumnos los conocimientos definidos por los programas.

No por ello perderás la esperanza de hacer a nuestros estudiantes mejores, más atentos, más rigurosos, más comprometidos con su aprendizaje.

2 formula- el alumno en el centro del sistema- es un principio que demuestra sentido común en una sociedad laica y democrática que desea transmitir a todos sus hijos los fundamentos de la ciudadanía. Principio que recordaba en 1938 Jean Zay.

3siempre quedan algunos ignorantes que piensan que esta fórmula es un sustitutivo de mayo del 68, que ratifica el abandono de toda exigencia, que instaura la adoración beata por el alumno y la obediencia a todos sus caprichos.

4en definitiva, olvidan que nuestra generación – la de los profesores que hace ya unos cuantos años que han asumido sus funciones o que pronto van hacerlo – no vivió mayo del 68y no tiene ningún problema por resolver con la autoridad.

5para entrar en el - ¿cómo hacer?- primero hay que librarse de las falsas preguntas que nos estorban, de los dilemas que absorben toda nuestra energía y paralizan nuestra iniciativa.

Esto es lo que sucede, por ejemplo, con la oposición entre la –motivación- y el –trabajo-.

6cualquier profesor sabe que debe conjugar al mismo tiempo la motivación y el trabajo, sin que uno anteceda al otro, y sin convertir uno de los dos elementos en condición para acontezca el otro.

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