CAZADORES DE MAMUTS

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Ensayo del Libro

CAZADORES DE MAMUTS

Autor: Jean M. Auel

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Alumno: Carlos Eduardo Pacheco Torres

Grupo: G39 D.F.

Taller: Integrador /Noviembre  2015

Coordinador: Mtra. Alejandra Martín del Campo / Profr. Max Jiménez Rojas

En Los Cazadores de Mamuts, la protagonista Ayla y Jondalar, su fiel compañero, con el que ha descubierto el amor, dejan detrás su hogar y son recibidos por los cazadores de mamuts, donde descubrirán nuevas experiencias.

Esta obra, publicada en 1985 en inglés, es el tercer libro de una serie de seis “Los Hijos de la Tierra” de la escritora Jean M. Auel. El éxito de esta saga es indiscutible, ya que ha vendido más de 45 millones de copias en todo el mundo. En marzo del 2011, finalizó esta sexalogía con el último libro: La tierra de las cuevas pintadas.

La escritora estadounidense empezó una extensa investigación sobre la Edad de Hielo para poder escribir su primer libro: estudió escritos científicos y se apuntó a clases de supervivencia. Después del éxito del su primera novela, ha viajado en varias ocasiones a través de Europa para poder hablar con distintos expertos en el origen de los humanos modernos y ver en persona los paisajes que ambientarían sus escritos, con una excelente recreación de la época de la prehistoria e innumerables personajes que dan vida a esta obra.

Ensayo del libro

Ayla y Jondalar, que ya han pasado demasiado tiempo viviendo solos, deciden ir a vivir con los miembros del campamento del León de los Mamutoi cuando se los encuentran y convivir con ellos durante varias estaciones.

Aunque seguro e idílico, Ayla tuvo que despedirse del valle que durante tantos años la había acogido para volver al hogar de Jondalar.

Los mamutoi son un pueblo cuya subsistencia se basa especialmente en la caza del gran mamut una vez al año.

La sorpresa de este campamento es enorme cuando ven a una yegua y un potro acompañando a los dos extraños forasteros. Pero esa sorpresa se convierte casi en reverencia cuando Ayla les hace una demostración de cómo es capaz de hacer que la yegua la lleve sobre su lomo. El domesticar animales era algo totalmente desconocido y que no se concebía siquiera y los asombrados mamutois pensaron que la mujer era capaz de hacer magia y controlar a las bestias.

Tras este encuentro tan inesperado el Campamento del León invita a los forasteros a compartir su hogar con ellos. Ayla no sabía hasta qué punto aquella gente marcaría su vida.

La pareja se habrá de adaptar a un campamento que les es totalmente desconocido, con un nuevo idioma (el mamutoi) que se deberá esforzar por aprender, otras costumbres, pero lo más importante es que se trata de personas como ella. Hasta entonces Ayla había vivido con el Clan, un pueblo muy distinto en todos los aspectos, y posteriormente conoció a Jondalar. Pero jamás se había visto inmersa entre tanta gente de su misma "especie", sobre todo después del aislamiento al que se había llegado a acostumbrar en su valle. No es hasta que comienza a convivir con los mamutoi que se da cuenta de hasta qué punto había echado de menos la compañía humana. Hasta qué punto necesitaba del calor de otras personas. Ella que pensaba que los Otros, al igual que la gente del Clan, no la dejarían reír se encuentra con que eso es algo natural y además, bien recibido. Por primera vez Ayla siente que encaja, que ese es su verdadero lugar.

Con ello, Ayla conocerá las costumbres de los Otros (los Cromañones) y lo que es de nuevo tener una familia, ya que ella y sus animales son aceptados sin reservas por la mayoría de los cazadores de mamuts. Jondalar empieza a tener dudas en cuanto a su amor por Ayla, debido a que no sabe si llevársela a su pueblo ya que le avergüenza que haya sido criada por gente del Clan (Neandertales) y que haya tenido un hijo mestizo, lo cual es visto como una abominación entre los Zelandonii.

Todo ello ocasiona que se vayan distanciando y que Ayla conozca a Ranec, un exótico hombre que sí parece aceptarla totalmente.

De hecho la relación entre la pareja protagonista parece complicarse bastante. No hay clásicas escenas romanticonas y pasionales.

Por el contrario parece prevalecer cierta tensión creada por las relaciones entre los personajes, ante la incapacidad de Ayla para mentir, causada por haber sido criada entre personas esencialmente honestas, en contraste con Jondalar, alguien más complicado, obstinado, pasional y con muchos prejuicios contra el Clan, pero en sí se denota la falta de seguridad en sí mismos.

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