COMO SE DA EL DERECHO NATURAL Y DERECHO POSITIVO

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Introducción

La comprensión del derecho natural y su puesta en práctica son recursos realmente importantes en el desarrollo de una sociedad y sus integrantes. La justicia natural, que no es lo que los escépticos llaman la ley de la naturaleza, es el instrumento que hace posible que los integrantes de una comunidad puedan ayudarse y cooperar entre sí con la confianza de que su solidaridad traerá frutos que podrán ser compartidos tanto como sus esfuerzos.

Desde sus células básicas que son las familias, las sociedades pueden fortalecerse, con padres y madres que se apoyan y se ayudan en lugar de competir unos contra otras, pues familias en donde no hay igualdad de oportunidades y apoyo, son familias que se debilitan a sí mismas y debilitan a la sociedad a la que pertenecen. El tiempo y los recursos que deberían emplear en progresar los tienen que emplear en atacarse y defenderse. Sus hijos no pueden crecer tanto ni desarrollar tanto potencial como les permitiría una familia adecuada, por lo tanto se verá restringida su aportación a la sociedad a la que pertenecen. Una sociedad que no recibe lo que necesita de sus integrantes será, a su vez, una sociedad disminuida.

Si las personas en sus empleos se preocupan por cooperar con sus colegas para hacer crecer a la empresa para la cual trabajan, sabiendo que ésta los recompensará como es debido, harán progresar no sólo a su empresa y a sus familias, sino también a su comunidad y a su país. Si esta empresa, esta comunidad y este país favorecen el perfeccionamiento y el progreso de estas personas, los beneficios para todos se verán multiplicados. De tal manera que la aplicación de principios de derecho natural hará posible un mayor y mejor desarrollo para todos en una sociedad.

Puede haber una visión, un poco diferente, que proponga simplemente reglamentar y obligar al cumplimiento, para lograr crecimiento económico, tecnológico, industrial, etc., y castigar a quien falte a las reglas acordadas por quienes tienen la autoridad exclusiva de reglamentar. Pero aun en una situación de este tipo, el derecho, positivo, tendrá que apegarse al principio de que sus reglas deben garantizar justicia para todos, la cual no siempre existe en un estado de derecho.

La explotación laboral, la esclavitud, la xenofobia, la justicia tarifada y el extenso comercio de armas y drogas, nos indican que nuestro planeta tiene todavía muchas sociedades, en una gran variedad de regiones, que están desarrollándose mucho menos de lo que podrían si el derecho natural se aplicara en sus relaciones laborales, si sus integrantes vivieran libres y quienes dirigen a tales sociedades respetaran la libertad de los demás, si respetaran y dieran un trato justo a quienes provienen de otras sociedades.

Podemos considerar que el derecho positivo es el que está escrito y vigente en una sociedad, lo cual hace más seguras su aplicación y obligatoriedad. El derecho natural no está escrito, pero hace posible que se hagan las comparaciones necesarias para modificar el derecho positivo para hacerlo más justo, complementando ambos derechos.

Derecho Natural

Es verdad que desde siempre se ha hablado del derecho, por ejemplo en cada ocasión y en cada lugar en que se habla de derechos y obligaciones, se está hablando de derecho y de las leyes. También cuando se habla de normatividad, es decir de las reglas generales o particulares que han llegado a ser reconocidas al grado de tener cierta jerarquía en las reflexiones de cada persona a cerca de las cosas que se deben hacer y aquellas que no. En vista de esto, al aplicar las diversas acepciones de la palabra “derecho”, ésta puede usarse para referirse a cada criterio de juicio justo en cuanto a las acciones o a la conducta de las personas en general, a cualquier pauta para considerar las alternativas que se presentan a la conducta como buenas o malas, correctas o incorrectas, deseables o indeseables, decentes o no tolerables. Al deliberar sobre estos significados de las leyes, estamos considerando lo que se conoce como “derecho natural”.

Al hablar de derecho natural podemos referirnos a criterios y pautas que de alguna manera rigen anticipándose a cualquier elección humana, por lo que no están sujetas a ninguna preferencia o selección de individuos o grupos. Sin embargo muchos de estos criterios y pautas pueden ser bastante ignorados, contravenidos o desafiados.

En Natural Law: The Classical Tradition, John Finnis escribe que reconocer estas pautas en nuestras reflexiones personales forma parte de lo que llama ser racional, así como gran parte de la racionalidad puede ser el reconocimiento de las realidades naturales básicas, (tales como la longevidad del mundo, o el flujo unidireccional del tiempo, etc.), o de los requerimientos de la lógica, o de la aptitud o ineptitud de los medios para lograr fines bien definidos (recetas para pasteles, remedios para la deflación, estrategias para batallas, circuitería de chips, etc.). Bajo este criterio, las personas o culturas que fracasan en el reconocimiento de estas pautas, se consideran irracionales, aun cuando haya otros aspectos en los que puedan ser consideradas racionales.

La irracionalidad de este tipo es, como dice el adagio, ‘humana, demasiado humana’. Pero, para hablar con más precisión es una forma de ser menos de lo que lo que puede ser un ser humano completo. Y esta no es una razón única para llamarla innatural. La pobreza en el pensamiento y en las elecciones no solamente lleva al fracaso en la realización de la plenitud de una persona en sus capacidades para ser racional e inteligente, sino que también resulta en acciones y omisiones que faltan al respeto y niegan el reconocimiento a la  humanidad y naturaleza de todos aquellos que resultan afectados. Una comunidad en la que son quebrantadas las pautas de derecho natural no florece como su potencial puede hacer suponer. Sus miembros, sean aquellos que se las ingenien para verse beneficiados o sean quienes resulten dañados, no logran desarrollar todas sus capacidades. Aunque es típica en las relaciones humanas, tal situación es innatural puesto que es irrespetuosa de los seres humanos. Es innatural porque es irracional, y es irracional porque carece de una vocación hacia el bien de las personas, el bien que es la materia y el tema principal de las pautas de la razón práctica.

Podemos decir que la teoría clásica del derecho natural emergió en la antigua Grecia, pero también se denomina así a una versión o subcategoría de la teoría del derecho natural. La teoría del derecho natural se define a sí misma como la jurisprudencia o filosofía del derecho adecuada o válida, competente, y la ética y teoría política válidas. Podríamos preguntarnos qué diría la teoría del derecho natural con respecto al positivismo, al formalismo, etc.

Platón fue quien articuló filosóficamente (reflexivamente y críticamente) la tesis de que, a pesar de la variedad de opiniones y prácticas, hay realmente unas pautas de conducta correcta verdaderas y válidas. En su dialéctica con los escépticos, consideró apropiado recapturar las palabras ‘naturaleza’ y ‘natural’. Los escépticos refutaron que por naturaleza, naturalmente, los fuertes y los egoístas triunfan sobre aquellos que son débiles o que se debilitan ellos mismos al cuidar a otras personas o por tener otras responsabilidades.

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