CRIMINOLOGIA
Enviado por nadu2 • 2 de Septiembre de 2014 • 450 Palabras (2 Páginas) • 142 Visitas
LA CRISIS DE LA CRIMINOLOGÍA TRADICIONAL
Hasta los años sesenta del siglo anterior, la pobreza y sus secuelas eran consideradas por la Criminología, las causas principales de la desviación. Consecuentemente, para combatir la delincuencia era menester erradicar la miseria y disminuir la brecha social.
James Q. Wilson (ex-asesor del Presidente Reagan y autor del best-seller “Thinking About Crimen”) expuso sugestivamente la cuestión:
Si en 1960, se nos hubiera preguntado cuáles medidas deberían aplicarse para evitar el incremento drástico de la tasa de criminalidad, habríamos respondido que reduciendo el nivel de la pobreza, elevando la calidad de la educación, demoliendo las construcciones ruinosas, promoviendo la organización comunitaria y orientado a la juventud descarriada.
Como por aquellos años, los Estados Unidos disfrutaban de un período de inusitada prosperidad económica, considerables recursos fueron destinados a la aplicación de aquella política criminal. Así, se demolieron barrios bajos, se mejoró la educación, se alcanzó el pleno empleo, etc. y, sin embargo la curva de la delincuencia aumentó en lugar de decrecer.
II NACIMIENTO DE LA NUEVA CRIMINOLOGÍA
El ascenso incontenible de los índices delictivos, a pesar de que los factores “desencadenantes” habían sido sistemáticamente combatidos, revelaba inequívocamente que la teoría y la praxis criminológica estaban erradas, imponiéndose la revisión total de sus postulados, máxime que los delitos no los perpetraban ya emigrantes desesperados, ni los hijos de los obreros imposibilitados de conquistar el sueño americano, ni jóvenes pandilleros salidos de la misma capa social, etc. como lo sostenían la escuela de Chicago, la anomia de Merton y la teoría de las subculturas, en su orden. Las nuevas generaciones de antisociales pertenecían a las clases media, media alta y económicamente poderosas, a quienes se les imputaba la comisión de delitos de nuevo cuño como oponerse a la segregación racial, a la guerra de Vietnam, a la invasión a Cuba, a la impunidad del Presidente Nixon en el caso Watergate, mientras quienes ejecutaron sus órdenes se encontraban tras las rejas o perseguidos, etc.
Ante tales acontecimientos, los criminólogos de entonces no pudieron por menos que empezar a dudar y preguntarse:
¿Las leyes penales en realidad obedecían a consensos? ¿Representaban, en puridad el sentir de las mayorías? La justicia, actuaba al margen de la posición social, económica, color de piel, o creencias de los acusados? ¿El sistema penal cumplía los propósitos que la doctrina le asignaba?
A lo anterior se agregó que la post-modernidad (inteligencia artificial, robótica, informática, genética, clonación, fecundación, satélites y globalización de la economía) que empezaba
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