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Calendario Ejipcio


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  2.346 Palabras (10 Páginas)  •  315 Visitas

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El calendario egipcio surge a principios del tercer milenio antes de Cristo y es el primer calendario solar conocido de la Historia. Estaba en pleno uso en tiempos de Shepseskaf, el faraón de la dinastía IV.

En los Textos de las Pirámides ya se menciona la existencia de los días epagómenos. El papiro Rhind es el primer texto egipcio que menciona los 365 días del año civil egipcio. Estaba dividido en 12 meses de 30 días cada uno, organizados en tres semanas de 10 días. Al final del último mes de cada año se añadían los cinco días sueltos (los epagómenos) que faltaban para completar el año solar, dedicados al panteón de dioses egipcios.

Los egipcios fueron los primeros de todos los hombres que descubrieron el año, y decían que esto lo hallaron a partir de los astros.

Heródoto Historias II-4

Como el calendario civil egipcio no contó con el cuarto de día que tiene en exceso el año solar astronómico, cada cuatro años perdía un día, por lo que se convirtió en un "calendario errante", donde los acontecimientos "periódicos astronómicamente fijos" vagaban por los meses del calendario.

Desde los albores del Imperio los sacerdotes egipcios registraban cuidadosamente el nivel de las aguas, que medían con los nilómetros. El momento de la siembra o de la cosecha dependían de ello, y tras años de observaciones descubrieron que cada 365 días el ciclo se repetía.

En palabras de Heródoto: Egipto era un don del Nilo. Este comentario no es una imagen literaria, sino una realidad. Las crecidas anuales del río causadas por el monzón africano inundaban los campos, cubriendo las arenas del desierto de limo fértil. Las ingentes cantidades de agua descargada en la meseta de Etiopía en primavera son llevadas por el Nilo Azul hacia el norte hasta desembocar en el Mediterráneo. Y esto año tras año. Las variaciones periódicas del caudal del Nilo eran el determinantes en la vida de Egipto y posibilitaron la existencia de esta deslumbrante civilización.

En Egipto se utilizaron varios calendarios: el lunar, el solar (civil) y, posiblemente, un tercer calendario lunar secundario, para calcular con precisión efemérides.

Los sacerdotes astrónomos egipcios descubrieron que los calendarios lunares no era prácticos para predecir el inicio de las crecidas del Nilo, calcular las estaciones o contar amplios periodos de tiempo, y comparándolos con una medición referida al movimiento aparente del Sol y los astros, prefirieron utilizar el calendario solar para usos civiles, por primera vez en la historia.

Los egipcios pueden haber usado un calendario lunar con anterioridad, pero cuando descubrieron la discrepancia entre el calendario lunar y el paso regular de las estaciones, probablemente cambiaron a un calendario estacional, basando su inicio regular en cada inundación anual del Nilo. La primera inundación según el calendario fue observada en la primera capital de Egipto, Memphis, al mismo tiempo que el orto helíaco de la estrella Sotis, para nosotros, Sirio. El año egipcio fue dividido en las tres estaciones de carácter agrícola:

Ajet (Inundación - fin de verano y otoño en Egipto)

Peret (Crecimiento - invierno y principio de primavera) y

Shemu (Cosecha - fin de primavera y principio de verano)

El orto helíaco de Sotis sucedía en el mismo día en el calendario civil egipcio una vez cada 1460 años (el período de esta duración se llamó ciclo sótico). La diferencia entre un año estacional (año solar) y el año civil era por lo tanto de 365 días cada 1460 años, o lo que es lo mismo 1 día cada 4 años. Del mismo modo, los egipcios pudieron calcular que 309 meses lunares (lunaciones) casi igualaban a 9125 días, equivalentes a 25 años egipcios. Estos cálculos fueron probablemente usados en la construcción del calendario lunar secundario.

Durante la mayor parte de la historia egipcia, los meses no tuvieron nombres individuales, sino que numerados dentro de cada una de las tres estaciones agrícolas. A partir del Imperio Medio, sin embargo, cada mes tenía su propio nombre. Estos nombres finalmente evolucionaron en los nombres de los meses en el Imperio Nuevos, que por su parte dieron ocasión a los nombres helenizados que fueron usados en la cronología de Claudio Ptolomeo en su Almagesto y por otros astrónomos de la antigüedad. Los astrónomos en la Edad Media usaron el calendario egipcio debido a su regularidad matemática y a la autoridad científica de Ptolomeo. Copérnico, por ejemplo, construyó sus tablas para el movimiento de los planetas basándose en la medición del tiempo con el año egipcio.

La convención entre Egiptólogos modernos es numerar los meses consecutivamente usando números romanos.

El río Nilo a su paso por Luxor. Poco más allá de sus orillas, el desierto. Ese contraste tan radical en apenas distancia marcó la civilización egipcia, y la estacionalidad del caudal del río nos legó el calendario solar.

El calendario egipcio surge a principios del tercer milenio antes de Cristo y es el primer calendario solar conocido de la Historia. Estaba en pleno uso en tiempos de Shepseskaf, el faraón de la dinastía IV. En los Textos de las Pirámides ya se menciona la existencia de los días epagómenos. El papiro Rhind es el primer texto egipcio que menciona los 365 días del año civil egipcio. Estaba dividido en 12 meses de 30 días cada uno, organizados en tres semanas de 10 días. Al final del último mes de cada año se añadían los cinco días sueltos (los epagómenos) que faltaban para completar el año solar, dedicados al panteón de dioses egipcios.

Como el calendario civil egipcio no contó con el cuarto de día que tiene en exceso el año solar astronómico, cada cuatro años perdía un día, por lo que se convirtió en un "calendario errante", donde los acontecimientos "periódicos astronómicamente fijos" vagaban por los meses del calendario.

Introducción

Desde los albores del Imperio los sacerdotes egipcios registraban cuidadosamente el nivel de las aguas, que medían con los nilómetros. El momento de la siembra o de la cosecha dependían de ello, y tras años de observaciones descubrieron que cada 365 días el ciclo se repetía.

En palabras de Heródoto: Egipto era un don del Nilo. Este comentario no es una imagen literaria, sino una realidad. Las crecidas anuales del río causadas por el monzón africano inundaban los campos, cubriendo las arenas del desierto de limo fértil. Las ingentes cantidades de agua descargada en la meseta de Etiopía en primavera son llevadas por el Nilo Azul hacia el norte hasta desembocar en el Mediterráneo. Y esto año tras año. Las variaciones periódicas del caudal del Nilo eran el determinantes en la vida de Egipto y posibilitaron la existencia

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