Calidad De Vida

“Quien no está naciendo, está muriendo”

Bob Dylan

Cada ser vivo tiene necesidades básicas que permiten su existencia (comida, agua, aire), pero la simple supervivencia no implica una filosofía de trasfondo que abarca la compleja relación entre la vida y la muerte. El ser humano desde sus orígenes ha buscado su salud y bienestar (conceptos abordados en trabajos anteriores), pero con la pregunta constante de cómo su bienestar puede mejorar cada vez más. Este contexto nos plantea la pregunta por el mejoramiento continuo de las condiciones que mantienen al hombre vivo, y podríamos afirmar luego de este ensayo, también feliz. De esta manera, el bienestar, felicidad, salud, autodeterminación, libertad y seguridad; son conceptos que dan cuenta de esta búsqueda humana. El trabajo de revisión bibliográfica presentado a continuación pretende desarrollar el concepto de Calidad de Vida, algunas teorías existentes sobre el concepto, los indicadores que de alguna forma controlan o “miden” los niveles de calidad de vida y la pregunta de cómo puede mejorar esa condición desde tres perspectivas: La de la persona misma, del profesional de la salud y del sistema.

Para comenzar cualquier desarrollo o teorización sobre un concepto es de suma importancia definirlo. Algunos dicen que la calidad de vida es la captación de la posición de vida que tiene el individuo referente al ambiente en el que se encuentre (cultural, económico, moral y espiritual) enlazado con las expectativas que éste tiene acerca de la vida; aunque este factor puede variar dependiendo de la comunidad, la historia y las tradiciones con las que cuente la misma. Cuando hablamos de una buena calidad de vida se hace referencia a que todas las necesidades del individuo se encuentran satisfechas. Dentro de los componentes para determinar esto se encuentran el “confort material, relaciones familiares y personales, aprendizaje, autoconocimiento, trabajo, participación en asunto públicos, socialización y actividades de reposo y creatividad” (universidad de chile, 2000).

Para calificar las necesidades de cada individuo y determinar si están satisfechas existen teorías como la escrito por Maslow que trata de una pirámide jerarca en la que de acuerdo al puesto de trabajo que tenga el sujeto son sus necesidades, sin embargo, el gran inconveniente con este tipo de teorías recae en que la satisfacción de una necesidad raramente es obtenida a través de una secuencia de acciones, dado a que si se habla de trabajo estamos hablando de incidentes insatisfactorios donde son tenidos en cuenta principalmente los conceptos de aspecto laboral; sin embargo hay quienes apoyan esta teoría argumentando que es buena, siempre y cuando se le agreguen algunos factores que son de gran importancia para lograr el objetivo de satisfacer necesidades, Herzberg, un reconocido psicólogo fue uno de los primeros en apoyar este punto de vista afirmando que deberían ser tenidos en cuenta los factores de higiene que constan de la manipulación adecuada de los alimentos, prevención de dolor y el dinero. (P.I.R( psicologos internos residentes))

“Calidad de vida es una abstracción que introduce un sin número de factores relativos, la mayor parte de ellos conceptualmente identificables, que contribuyen a la satisfacción de un organismo vivo (…) cada ser humano tiene necesidades o requerimientos de muy diversa índole que debe cubrir para poder alcanzar un cierto grado de bienestar (otro término de difícil definición) que podemos entender como la satisfacción de sus demandas en función del ambiente donde vive. Es pues, la relación hombre-ambiente la que determina el bienestar” (León, 1985). Ambas definiciones anteriores nos han planteado la importancia de la relación del hombre con el medio donde vive como factor determinante para definir el concepto de calidad de vida. Para ampliar estas necesidades de las que habla León, se pueden clasificar demandas de tipo endosomáticas – agua, aire, alimento, calor, etc- y las de tipo exosomáticas – sentido comunal y social, acceso a la salud, vivienda, seguridad social, educación, trabajo, libertad, etc- Estas variables deben ser consideradas como un todo, y el hombre necesita de ambas para aproximarse al concepto de calidad de vida.

En la vida endosomática podemos incluir todos los elementos de tipo físico-biótico que necesitan las personas para vivir. Pero es importante resaltar que estos elementos no solo deben ser satisfechos cuantitativamente sino cualitativamente: El hombre no necesita solo agua, sino agua potable; no necesita solo aire, sino aire limpio. Así pues, “la calidad de vida endosomática será el producto de sus relaciones con el medio físico, pero también deberá establecer interacciones ecológicas con el medio biótico”. (León, 1985) El problema que afrontan muchos proyectos que pretenden otorgar calidad de vida solo cumpliendo con este tipo de necesidades, es que el ser humano tiene demandas de tipo externo, en su relación con aquel medio en que habita. A este nuevo nivel le llamaremos vida exosomática que “se caracteriza por una especie de necesidades generadas por la actividad sociocultural del individuo humano (…) La comunicación y la organización constituyen los dos elementos fundamentales de la complejización del hecho social”. (León, 1985) Todos los elementos que tienen relación con la cultura se encuentran en esta vida que debe ser igualmente satisfecha: La seguridad social y personal, justicia, educación, el ocio y la recreación, el arte en todas sus manifestaciones, la libertad del hombre.

Si ambos tipos de necesidades, endosomáticas y exosomáticas, están resueltas, podemos decir que existe la anhelada sinergia ambiental. A partir de esto, se entiende la noción más básica de calidad de vida: la satisfacción de las necesidades del hombre, que produce bienestar. Sin embargo, este ha sido un concepto trabajado desde muchos ámbitos y la filosofía y antropología han prestado especial atención a otras cualidades de la teoría como son la felicidad, autodeterminación o libertad; alejándose del argumento biológico y por lo tanto médico. “La calidad de vida es un concepto multidimensional con origen principalmente en dos vertientes: por un lado la filosófica, en la cual se entiende el concepto como la evaluación del bienestar o felicidad efectuada por las personas; sobre este aspecto se mencionan principalmente tres teorías: La hedonista, la de satisfacción de preferencias y la de una buena vida; en donde lo común entre ellas es que el valor subjetivo es criterio fundamental para su evaluación. La otra vertiente es de tipo económico, la cual enfatiza en que los grupos, las comunidades y los países alcanzan un buen nivel de calidad de vida en la medida en que tengan sus necesidades básicas – tales como alimentación,

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