Caperucita Roja
Enviado por liclegnar • 25 de Noviembre de 2013 • 2.076 Palabras (9 Páginas) • 220 Visitas
CAPERUCITA ROJA
Francisco Javier Bernad Morales
El escenario representa: a la derecha la casa de Caperucita, en la que se ven una mesa y tres sillas, dispuestas de modo que ninguna da la espalda a los espectadores, sobre la mesa, una tarta con velas; en el centro, el bosque, con árboles, pajaritos y conejitos —representados por niños—; a la izquierda, la casa de la abuelita con una cama
ESCENA PRIMERA
Caperucita —que aún no lleva puesta la caperuza— y su madre están sentadas a la mesa. La niña no cesa de relamerse mientras mira la tarta. No puede aguantar más, así que unta el dedo en ella y luego se lo lleva a la boca. Mientras ellas hablan, la abuelita sale de su casa y cruza el bosque. Lleva un paquete en la mano.
Mamá: No me gusta que seas tan golosa. Es de muy mala educación comer con los dedos. Además, tenemos que esperar a la abuelita.
Caperucita: Mamá, es que tarda mucho y tengo hambre. ¿Qué me regalará?
La abuelita llega a la casa de Caperucita.
Abuelita: ¡Hola! ¿Cómo estáis? ¡Qué nieta más guapa tengo! ¡Felicidades!
Caperucita y su madre se levantan para besar y abrazar a la abuela
Mamá: ¡Qué alegría verte!
Caperucita: ¿Ya nos podemos comer la tarta?
Abuelita: Abre primero tu regalo
Caperucita desenvuelve el regalo
Caperucita: ¡Ay! ¡Qué nervios! ¡Qué capa tan bonita! ¡Qué caperuza más roja!
Caperucita besa a la abuela y las tres se sientan a la mesa. Se oye la canción Cumpleaños Feliz y Caperucita sopla como si apagara las velas. Después fingen comer.
Abuelita: Me voy a marchar porque no quiero que se me haga de noche por el camino
Las tres se levantan
Mamá: Ten mucho cuidado con el lobo.
Abuelita: No te preocupes. El lobo se ha marchado a la ciudad porque, como allí vive más gente, cree que va a encontrar más comida
Caperucita: Adiós, abuelita.La abuelita se marcha por el bosque. Baja la intensidad de la luz para indicar que anochece
ESCENA SEGUNDA
Aumenta la luz para señalar el amanecer. Caperucita —ya lleva puesta la capa— y su mamá están en su casa. La abuelita en la suya, metida en la cama. En el bosque, el lobo.
Lobo: ¡Vaya idea mala tuve con irme a la ciudad! ¡Todo está lleno de coches! ¡De milagro no me mató un autobús! La ciudad no es para mí. Menos mal que ya estoy otra vez en el bosque. Voy a descansar un rato y luego buscará a alguien para desayunar.
Se esconde entre los árboles
Mamá: ¡Caperucita! Acaba de llamar la abuelita. Está un poco enferma y se ha quedado en la cama, así que acércate a su casa y llévale esta cestita con un pastel y un tarrito de miel.
Caperucita: Pero mamá,. Si lo que tendrá será una indigestión por la tarta. ¿No será mejor que le prepares una manzanilla?
Mamá: No me gusta que seas tan sabihonda y tan repipi. Harás lo que te digo.
Caperucita: Bueno. Tampoco es para que me regañes.
Mamá: ¡Ah! Aunque se ha ido el lobo, ten mucho cuidado y no te entretengas. Yo, mientras, voy un rato a charlar con las vecinas.
La mamá se marcha por la derecha. Caperucita sale al bosque. Da vueltas por el escenario. Se agacha como si cogiera flores. Se sienta a escuchar el canto de los pájaros. Se tumba en el suelo. Se levanta. Salta. Todo al ritmo de la música
Conejitos: ¿Dónde vas Caperucita, tan de mañana con una capita de lana?
Caperucita: A casa de mi abuelita, a llevarle
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