Capítulo Primero: La Niña de sus ojos

LA NIÑA DE SUS OJOS

1.- RESUMEN

Capítulo Primero: 

Inicia describiendo un medio día en la feria dominical en el Mercado Central de La Paz, donde concurre interminable caravana de gentes de todas las clases sociales. Para atender a esta inmensa clientela las vendedoras del mercado se esmeran en exponer en sus respectivos puestos lo más selecto y variado de su mercancía.

Una de estas fruteras, la de más prestigio por la calidad de su fruta, y, también por ello, la que tiene más clientela, y ésta entre la gente de mayor calidad social y económica, es Doña Saturnina de Perales. Su puesto es el más surtido y el de mayor actividad, de ahí que engreída y despótica, impone los precios y elige a sus clientes.

Doña Saturnina junto a su esposo se sacrificaban para la formación de su hija Domy, la que estaba estudiando en un colegio de prestigio de la ciudad porque bastaba un antojo caprichoso de la ella para que sus padres se lo cumplieran.

Capitulo Segundo:

Día del último examen de curso en un colegio secundario, en el colegio de las "Monjas de la Inmaculada". Unas alegres, otras amargadas, algunas festejando su astucia.

En el examen de las del sexto curso cuando Domy dio su examen lo hizo muy bien, fue muy elogiada, desarrolló su examen sin titubeos y con seguridad, recibiendo aplausos y felicitaciones.

Domy acepta la invitación de su amiga Rosario de pasar unos días en su casa, sin embargo las Primas de Rosario: Hercilia  y Celia le hablan mal de Domy por ser plebeya y ser hija de una chola frutera

Capítulo Tercero:

Por varios días estuvo clausurado el asiento de Doña Saturnina, se notaba la ausencia, todos se preguntaban dónde estaba. Pues febrilmente consagrada junto a su marido Ciriaco, a preparar un digno alojamiento para su hija en su casa, compraron muebles y otros para adornar el living y el dormitorio de los cuartos superiores. Tristemente se olvidaron de hacer un cuarto de baño, por lo cual se sintieron muy deprimidos, pero decidieron comprar una radio muy bonita.

Capítulo Cuarto:

Domy fue a refugiarse un su dormitorio y se puso a pensar en Ramiro con quien hace un año tubo el embrujo delicioso y romántico de toda adolecente.

En la noche reunidas todas las alumnas en el comedor en la última cena al terminar Domy y Rosario se encontraron en el patio donde la larga conversación llegó a una confesión de sincera y patética de su origen, de sus padres, de su calidad social, de su género de vida, en fin, todo.

Las revelaciones fueron tan categóricas que Rosarito se separó.  Domy se fue a la cama, quedo desolada.

Capitulo Quinto:

En el último día después de alistar sus cosas salen a la capilla a escuchar por última vez esa misa. La misa del padre hizo, reflexiono a Rosario lo de Domy así que al finalizar la misa Rosario se fue donde Domy. Rosario recordó a Domy que tenían que ir a casa de Rosario a pasar unos días pero, Domy no quiso por miedo de Ramiro y otros mas a la insistencia de Rosario Domy acepto.

Una de las que sintió con mayor emoción las palabras del sacerdote fue Rosario. Su alma noble escuchó la voz de su conciencia y se dispuso a cumplir su deber con toda la sinceridad de su corazón bien nacido. Terminada la misa, salió y pidió disculpas a Domy por su actitud

Rosario convenció a Domy de ir a su casa, pero esto fue objeto de burla de sus primas Celia y Hercilia Alcazaba

Capitulo Sexto:

Como se lo había dicho Rosario a su amiga, el más interesado en que Domy fuera a la casa era Ramiro. Domy cambiada estaba muy bonita. Todo el día se la paso muy bien con atenciones de su amiga y Ramiro. Estaba abrumada por la generosidad de su amiga y sobre todo por el amor de Ramiro, quiso decirle la verdad, pero no fue entendida. Se fueron a comer al lado de un rio y todo estaba muy bonito.

Capitulo Séptimo:

Rosario, Domy y Ramiro se hallaban, discutiendo acerca de la película que irían a ver a la hora de la tanda vespertina, cuando s hicieron anunciar  las hermanas Hercilia y Celia Alcazaba, quienes se ocuparon de hacer sentir mal a Domy con sus indirectas respecto a su círculo social. Domy no pudo más. Se puso de pie y llorando a mares se fue hacia el dormitorio y tomó la decisión de irse. Ramiro fue a su alcance y allí le confesó la verdad de su origen, que su padre es un carpintero y su madre una frutera. Domy se fue y Ramiro se quedó quieto.

Capitulo Octavo: 

En la casita plebeya, doña Saturnina y Don Ciriaco se hallaban afanadísimos en los preparativos del "alferado", ambos sentían melancolía por la ausencia y el despego de la hija. La llegada de Domy les hizo saltar, una ola de emocionada ternura inundó torrencialmente sus corazones. A Domy le gustó la recepción, pero hallaba un contraste entre sus orígenes y la educación que recibió. Al servirse su cena pudo darse cuenta de que no armonizaba con su propia persona.

Capitulo Noveno:

Doña Saturnina insistía a Domy que le acompañara a las "vísperas", pero ella se negó, diciendo que estaba con dolor de cabeza. Se quedó sola y se embargó en sus serias preocupaciones.

Entretanto, allá, junto al pórtico de la iglesia, llegaba la comitiva presidida por Doña Saturnina y su esposo para dar comienzo a la típica celebración de las "vísperas", que es la fiesta de homenaje a un santo patrono. En un lugar preparado para estas reuniones genéricas, se hallaban Doña Saturnina y Don Ciriaco y su numeroso círculo de amistades e invitados y dieron comienzo a las "vísperas" del día de la Virgen de los Remedios.

Después de los últimos disparos del buque vencedor, la multitud comenzó a disgregarse, tomando diferentes direcciones, camino a sus hogares. Al mediar la noche, Doña Saturnina y Don Ciriaco, se recogieron a su casa.

Capitulo Décimo: 

Llegó el día de la misa de los prestes. Desde la casa de los Perales partió la comitiva, para el desarrollo de la gran festividad religiosa.

La presencia de Domy en la iglesia donde fue llamada con mucho orgullo por Doña Saturnina, causó miradas extrañas, murmuro y comentarios contradictorios por su presencia elegante.

Terminada la misa, los concurrentes retornaron a la casa de los prestes.

Domy, se quedó en el templo reflexionando en la imposibilidad de sentirse bien en ese medio. En el fondo de su espíritu comenzó a sentir una leve voz de protesta contra la providencia porque su pobre alma quedó suspendida entre dos mundos, que la rechazaban inexorablemente. Salió llevándose en el alma soledad y penumbra.

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