Carta a Freire

                                                                                                       Tafi Viejo, 14 de Julio de 2015

 Estimado Profesor Paulo Freire:

                 Le escribo estas líneas, principalmente para hacerle conocer la profunda admiración que tengo hacia su persona y sus ideas. No puedo de dejar de emocionarme, hasta las lágrimas cada vez que veo las entrevistas que se le hicieron, descubriendo cada vez algo nuevo para aprender, para reflexionar.

               Quisiera contarle que actualmente estoy realizando un Postitulo en Políticas Socioeducativas y en uno de los Módulos: “Pensamiento pedagógico Latinoamericano” realizamos un viaje  por parte de su rica y extensa obra,  y pude conocer a través de un video:” Paulo Freire contemporáneo”  mas sobre su” pedagogía”  y me sentí tocada muy de cerca por “ el silo de la cultura “ y su concepción de la alfabetización, pero sobre todo por las vivencias que muestran de la  Escuela de Jaguaquara del Estado de Bahía. Trabajo en una escuela rural de nivel secundario, en un pueblo tucumano, Los Quemados. Los alumnos llegan muchas veces cansados, con hambre y luego de cumplir diferentes tareas colaborando en el trabajo familiar y llegan a una escuela, donde se encuentran prácticamente hacinados, sin las comodidades necesarias, pasando frio o calor extremos, recorriendo kilómetros muchas veces  a pie. .Y uno se pregunta al igual que en el video” ¿cómo podemos dialogar?” ¿y generar ese deseo, esa curiosidad por aprender?. Y tomo las palabras  de alguien que vivió su experiencia alfabetizadora en Angico y dice: “todo se hacia con corazón” y creo que está  en lo cierto, esa es la única forma que se puede llegar al otro, partir de su realidad, de su cultura pero con “amorosidad”,  para  que se de un vinculo dialógico, que propicie la enseñanza y cree las condiciones para el aprendizaje, de modo de no caer  en un mero acto de  transmisión bancaria de conocimientos.

         Creo que nos falta  y me falta mucho por aprender, pero estamos en camino, somos muchos los que creemos en la  Educación desde  la Esperanza  y su poder creador y transformador, y resuenan en mi mente estas palabras suyas que me parecen tan ricas y cargadas de significado para mis prácticas como docente:” El papel del educador o de la educadora progresista que no puede , ni debe omitirse al proponer  su lectura del mundo, es señalar que existen otras lecturas del mundo diferentes de la suya y hasta antagónicas” (que tome de su libro “Pedagogía de la Esperanza”).Ojalá pueda lograr que mis alumnos puedan llegar a hacer esta lectura problematizadora del mundo, de la realidad, para poder desde esto buscar  su transformación. Allí podré  sentir que cumplí con mi objetivo como docente.

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