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Caso Japon


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  429 Palabras (2 Páginas)  •  389 Visitas

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EL DESARROLLO DE UNA INSTITUCIÓN OCCIDENTAL EN UNA CULTURA ORIENTAL. EL CASO DE JAPÓN.

En Japón se daba atención a los niños de preescolar por dos instituciones las cuales eran la Yõchien que son centros escolares del Ministerio de Educación y han funcionado desde la fundación del primer preescolar, y el Hoikuen que son dependientes del Ministerio de Bienestar, funcionan como centros infantiles de tiempo completo para los hijos de los trabajadores. Ambos utilizan el mismo programa educativo al igual que los enfoques, sin embargo en y el Hoikuen atienden durante más horas a los niños. Se diferencian entre sí por varias características: por los ingresos y profesión de las familias que son atendidas, por las historias y tradiciones escolares y por las instalaciones físicas. La palabra japonesa Yõchien se traduce comúnmente como “Jardín de niños” y Hoikuen como guardería.

Actualmente el preescolar se ha convertido en institución esencial del Japón contemporáneo, por lo que consideran que la mejor forma de lograrlo es sentando las bases de la educación elemental, cuando en sus inicios el preescolar japonés jugó solo un papel marginal en el cuidado de los niños pequeños.

William Cummnings, señala que Japón invierte una parte proporcional mayor que su producto nacional bruto en educación, desde el Jardín de niños hasta la secundaría. Durante más de 100 años los diseñadores de las políticas educativas de Japón han considerado que la educación elemental es crucial para el desarrollo nacional.

Los maestros japoneses dedican mucho esfuerzo a desarrollar el sentido de comunidad dentro del salón, y consideran que el almuerzo, las reuniones diarias del grupo, la música, el arte y otras actividades “no académicas” son valiosas oportunidades para desarrollar este sentido de comunidad. Implementando apoyos en juegos a pequeña escala a empresas de grande escala de diferentes maneras: pidiendo a los niños compartir su actividad con el resto del salón, hablando de los tipos de actividades del juego libre que habían observado y haciendo preguntas para estimular la elaboración e involucramiento de los niños. Todos los centros tenían por lo menos una reunión diaria de grupo que siempre incluía tiempo para reflexionar sobre las actividades realizadas.

Fomentar el afecto, la confianza, la autonomía, la cooperación y la moralidad, además de inculcar el interés y preocupación por la naturaleza y su entorno, hacerlo reflexionar, crear el interés por el lenguaje y cultivar el gozo por el habla, enriquecer sus emociones a través de diversas experiencias a través de la creatividad, el juego libre y motivarlo a poner en práctica nuevas ideas en sus propios proyectos, en eso consiste el papel de la educadora.

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