Caso saludcoop y desarrollo
Enviado por Taomi Y Yam Lee Payares • 24 de Octubre de 2015 • Trabajo • 1.440 Palabras (6 Páginas) • 246 Visitas
- ¿Qué exigencias de las FARC sobre el latifundio son nuevas en estos diálogos?
Dentro de los puntos de las FARC, se encuentra el acabar o liquidar con el latifundio improductivo, con la ley 200 del año 1986, terminar con la extranjerización de la tierra, la inversión de capital extranjero para compra de capital, definir los límites, reforma agraria dentro de una mirada territorial, se habla de una reorganización territorial, de carácter social, ambiental y político.
La distribución del territorio es básicamente electoral, las farc exige reordenamiento territorial, marco general de las exigencias de las farc de las reservas campesinas.
Colombia continúa siendo uno de los países más desiguales de todo el planeta en lo que a la tenencia de la tierra se refiere, pues según un reciente informe de Naciones Unidas el 52% de la gran propiedad está en manos de apenas el 1,15% de sus habitantes.
Aunque ese es un problema ya ha sido reconocido por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos.
Hay un acuerdo en Colombia, entre muchos sectores con excepción del latifundio tradicional de que hay que cambiar el modelo
Así las cosas, la paz en Colombia requerirá de políticas de desarrollo rural que puedan potenciar la agroindustria sin sacrificar la economía campesina y los proyectos de desarrollo alternativos de las comunidades que a menudo se sienten amenazas por las "locomotoras del desarrollo" impulsadas por el gobierno de Juan Manuel Santos.
- ¿Qué elementos son nuevos en la forma como la FARC perciben el desarrollo rural con enfoque territorial?, ¿Qué significa esto?
Algunos de los elementos más sobresalientes en esta propuesta son el concepto de desarrollo rural con enfoque territorial, y la apuesta del gobierno por la recuperación de los baldíos. Estos dos elementos permiten demostrar la voluntad del gobierno de abordar temas de fondo en el sector y su necesidad de reestructurarlos.
Lo más esencial, es el reconocimiento social y político de los campesinos como actores sociales con plenos derechos como ciudadanos con capacidad de representarse políticamente y de participar en los proyectos nacionales de desarrollo.
En el país hay territorios muy grandes que enfrentan conflictos agrarios con notorias diferencias por sus características sociales y culturales. No basta con crear instituciones regionales que atiendan este tipo de situaciones, sino que además hay que garantizar que su intervención reconozca estas profundas diferencias.
La formalización de la propiedad de la tierra permite que los pobladores rurales puedan ser los legítimos y reconocidos dueños de los predios. Les da la posibilidad, como a cualquier otro, de reclamar sus derechos y responder a sus responsabilidades ciudadanas. Esto es indiscutible. Pero la sola formalización de la propiedad si bien es un elemento central para los pobladores del campo, necesita de otras garantías y reconocimientos de derechos sociales, económicos, políticos y culturales, para que el título de propiedad tenga efectos suficientes y consistentes.
- ¿Qué criticas hace la insurgencia a las actuales decisiones del gobierno que según ellos va en contra de la negociación en la Habana?
La decisión de negociar en medio del conflicto entraña un elemento preocupante. Así como el gobierno y el Ejército piensan pelear sin cuartel, las Farc piensan hacer lo mismo. Esto significa que de lado y lado va a haber bajas. El problema es que si se pasa de las bajas militares al magnicidio o atentados de gran valor simbólico, Santos estaría frente a una presión muy fuerte para pararse de la mesa.
"Con todo ese discurso solo deja clara una cosa: su evidente intención de tranquilizar al gran capital, a los poderosos propietarios de tierras, a los inversionistas, a las Fuerzas Armadas, a la ultraderecha que lo ataca. ¿Y para el pobre pueblo qué? ¿De veras cree Santos que con esas concepciones alcanzará la paz para Colombia?", escribió Timochenko.
"Las instituciones nacionales, las relaciones internacionales de cualquier tipo, el modelo neoliberal de economía, (...) la doctrina de seguridad del Estado, las Fuerzas Militares y de Policía, el régimen político y electoral, el latifundio o las relaciones de trabajo entre productores y propietarios, nada, nada de eso hace parte de la discusión en la mesa de La Habana", escribió, irónico.
- Por qué razones FEDEGAN se opone a participar en los foros sobre tierras en Colombia?
El líder de las FARC, Timoleón Jiménez, acusó a la Federación de Ganaderos de ese país (FEDEGAN), de difamar a la guerrilla “para tapar con un dedo sus propias atrocidades”. Con el argumento de que las FARC han destruido el campo durante más de medio siglo, FEDEGAN rechaza que asuntos como el desarrollo rural y la tierra sean negociados en los diálogos de paz. “No sólo los grandes ganaderos promovieron y financiaron el paramilitarismo para persistir con su vieja tarea expropiadora”. También lo hicieron grandes compañías agrícolas y mineras en vergonzoso contubernio con la fuerza pública y buena parte de la clase política. La negativa del Presidente de FEDEGAN de asistir al foro, nada tenía que ver con que los acusaran allí de paramilitares y asesinos. “Se relacionaba más bien con su desacuerdo en celebrar un evento, capaz de despertar un sinnúmero de reclamaciones y aspiraciones sobre el destino del campo, completamente distintas a lo ya definido por el gobierno”. La carta de FEDEGAN en la que explica su ausencia, “deja al descubierto que el gremio está pensando seriamente en reconvertir su actividad tradicional, amenazada por la lógica neoliberal de los tratados de libre comercio”. Todo esto, a fin de ponerse a tono con las posibilidades de la creciente demanda mundial de alimentos y biocombustibles. Sus nuevas banderas son la gran agricultura empresarial de exportación y la ganadería moderna y sostenible, coincidiendo con el inocuo estribillo oficial de generar de este modo empleo y bienestar general. Para ellos el desarrollo rural, no puede significar reparto de tierras destinadas a la proliferación de nuevos minifundios. Se trata de crear condiciones para que los campesinos que tercamente aún sobreviven, puedan asociarse libremente con la gran empresa y obtener conexión con los mercados. En la mesa de conversaciones con los delegados del Presidente Santos, no les interesa negociar nada. Nunca hemos entendido la paz como el producto de un acuerdo de intereses entre el Gobierno y los guerrilleros, sino como el resultado del diálogo abierto con todos los sectores de la realidad nacional. La democracia y la paz significan eso, un foro permanente de discusión sobre el destino del país y la sociedad 100.
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