Castigo Y Recompensa
Enviado por abramrosax • 23 de Junio de 2013 • 590 Palabras (3 Páginas) • 8.205 Visitas
“Castigo y recompensa”
Andrés Pérez Asenjo
PERSONAJES:
NARRADOR: Una historia antigua cuenta que una hormiga vivía aburrida y triste porque estaba sola. Como no tenía hijos y quería tener compañía cogió a un erizo, a una araña, a una tortuga y a una abeja recién nacidos. Se los llevó a su casa y los crió como hijos. Pero ya grandecitos, cada uno se fue a vivir por su cuenta y abandonaron a la hormiga. Con el tiempo, la hormiga se hizo vieja y cayó enferma.
Llamó a su vecina, una liebre muy corredora, y le dijo:
HORMIGA: Por favor, vecina ¿quieres llamar a mis hijos? Estoy muy enferma. Cuando los veas, diles que vengan a cuidarme. Quiero despedirme de ellos antes de morir.
LIEBRE: Sí vecina. Voy en un momento. Donde los encuentre, se los diré. ¡Hasta luego!
NARRADOR: La liebre corría y saltaba. Saltaba y corría para llegar lo antes posible. Se encontró primero con el erizo y quiso convencerle de que fuera a ver a su madre, que estaba muy enferma.
ERIZO: Ya ves que estoy trabajando. Me urge terminar de poner esta cerca de espinos en mi campo, porque me lo roban todo. No puedo ir ahora.
NARRADOR: Y la liebre volvió a todo correr a casa de su amiga.
LIEBRE: Amiga mía, tu hijo, el erizo, me ha dicho que está poniendo una cerca de espinos en su campo y que no puede venir.
HORMIGA:¡Ingrato! ¡Con que no puede venir! Pues no le deseo otra cosa sino que todo su cuerpo se cubra de púas como las del alambre que tiene en sus manos.
Castigo y recompensa
NARRADOR: Y cuentan que desde aquel día el erizo tiene su cuerpo recubierto de púas. De nuevo la libre salió en busca de otro hijo de la hormiga y se encontró con la araña, que estaba tejiendo su tela.
LIBRE: Amiga mía, buenas tardes. Tu madre, la hormiga, está enferma y me encarga que vayas a verla. Está muy malita.
ARAÑA: Ahora no puedo, estoy tejiendo mi tela y ¿cómo voy a dejar el trabajo?... Ya iré otro día.
LIBRE: Tu hija, la araña, me ha dicho que no tiene tiempo de venir.
Que está tejiendo su tela y que no puede dejarla.
HORMIGA: Pues que siga tejiendo, pero que sepa esa mala hija que nunca en su vida podrá hacer una tela buena.
NARRADOR: Por tercera vez la liebre salió al campo. Al poco rato se encontró con la tortuga, a la orilla del agua.
LIBRE: Buenas tardes, amiga tortuga. Te traigo una mala noticia.
Tu madre está muy enferma. Debes ir a visitarla. Ella quiere que vayas. Te está esperando.
TORTUGA: ¿Ahora? ¿Ahora que estoy lavando? No, no puedo dejar la ropa sucia. No tengo tiempo.
LIEBRE: Vecina, me encontré con tu hija, estaba
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