Certificados De Origen

El comercio internacional del siglo XXI ha sufrido una transformación respecto al del siglo XX; mientras que hace unos veinte años el comercio se caracterizó por el envío de bienes finales de un país a otro; actualmente, éste consiste cada vez más en el intercambio de bienes intermedios -partes o componentes-, que de acuerdo con un estudio de la OMC, entre 1995 y 2009 se duplicó.

Las reglas de comercio y los instrumentos para medirlo, evaluarlo y reglamentarlo fueron pensadas para un intercambio comercial de bienes finales, por lo que se requiere de una nueva narrativa, en la que las importaciones cobren igual importancia o peso que las exportaciones; además de que contribuyan al mejoramiento de la cadena productiva, a la creación de empleos y al crecimiento económico.

En la actual política de apertura comercial, las restricciones o regulaciones no arancelarias han adquirido una gran importancia por su manejo y aplicación debido a que resultan en ocasiones, los únicos instrumentos a través de los cuales se controlan las importaciones respectivas.

Todos los tratados comerciales cuentan con un capítulo que se refiere a las reglas de origen, en el cual se determina que la forma para garantizar el cumplimiento de éstas es el certificado de origen, que permitirá validar el acuerdo previo entre los países en cuestión, así como los componentes que integran el producto.

En lo que respecta al marcado del país de origen; la Organización Mundial del Comercio establece que tales normas contienen los criterios necesarios para determinar la procedencia nacional de un producto, su importancia se fundamenta porque los derechos y las restricciones aplicados a la importación pueden variar según el origen de los productos importados.

Convirtiendo al certificado de origen en un instrumento que usan los países para verificar que se estén cumpliendo los requisitos establecidos en el uso de las materias primas utilizados en la fabricación de un producto.

Su fundamento legal, en el caso de México, se encuentra en el segundo capítulo, sección primera de la Ley de comercio Exterior, que lo define como un dispositivo de regulación al comercio exterior convirtiéndolo en norma jurídica y administrativa que se expide para determinar y precisar los requisitos que deben de cumplir los importadores y exportadores de mercancías respecto a la forma en que está integrado el contenido de éstas, ya sea nacionales o en su caso regionales, se refiere también al lugar de procedencia cuando se trata de materias primas.

Debe señalar entre otras cosas, el lugar de procedencia de los insumos utilizados en los productos fabricados o manufacturados, así como las referencias de los procedimientos empleados para la fabricación o producción de esas mercancías, independientemente del lugar de origen de los insumos

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