Ciclos Economicos
Enviado por Litxy • 22 de Septiembre de 2011 • 3.834 Palabras (16 Páginas) • 1.851 Visitas
Objetivo: Conocer la economía mexicana: las recesiones y crisis económicas en México y sus causas a partir de 1980 a la fecha.
Procedimiento: Se investigaron los temas, para posteriormente recopilar la información de fuentes confiables y veraces.
Resultados:
Es un hecho innegable que bajo capitalismo en tiempos de crisis, sin excepción la clase trabajadora termina pagando los platos rotos. Esto que es válido para la economía mundial, lo es también para el caso de México, el cual, a lo largo de su historia como nación capitalista ha experimentado diferentes crisis económicas. De cara a los estragos que estamos ya padeciendo a consecuencia de la actual crisis, es importante sacar las lecciones necesarias de las experiencias del pasado para prepararnos mejor y frenar la ofensiva de la burguesía contra nuestros derechos e intereses como trabajadores. Para dicho efecto nos remontamos a algunos de los casos más representativos y cercanos a la experiencia de las generaciones contemporáneas de proletarios.
La Crisis Petrolera de 1982
Para financiar la crisis, ya como presidente López Portillo (1976-1982), el régimen y la burguesía optaron por apostarle todo a la producción y exportación petrolera, la cual gozaba de un precio en el mercado mundial que aseguraba jugosas utilidades. Para aprovechar mejor las oportunidades se decidió desarrollar significativamente la infraestructura de PEMEX, obteniendo los recursos incrementando la deuda externa. De esta manera, la economía mexicana fue petrolizada, al depender de este medio el 80% de los ingresos del Estado.
Efectivamente la estrategia adoptada ayudó a la economía a salir de la crisis del 76, sin embargo el modelo encerraba contradicciones que lo único que estaban haciendo era preparar el camino para una nueva crisis de mayor trascendencia. Para su éxito las medidas adoptadas por el gobierno dependían de que los magníficos precios internacionales del petróleo se mantuvieran, pero ésta no podía ser una situación indefinida.
En los buenos momentos el optimismo era tanto que López Portillo declararía que los mexicanos teníamos que prepararnos para administrar la abundancia. Durante esos días el barril mexicano de exportación se vendía en promedio a 45 dólares, pero las condiciones favorables empezaron a cambiar en 1981, por ejemplo, los países de la OPEP, en especial Arabia Saudita, incrementaron significativamente su producción haciendo que los precios iniciaran una espiral descendente que significó que el precio del barril del Brent, pasara de los 36.83 dólares en 1980 a los 32.97 dos años después. Para 1985 dicho precio se ubicaba en los 15 dólares. Para México todo ese contexto se tradujo en lo que se conoció como la Crisis Petrolera de 1982.
Este colapso de la economía mexicana, que provocó entre otras cosas una devaluación del 400% al pasar el dólar de 22 a 70 pesos, motivó la firma en diciembre de 1987 del Pacto de Solidaridad Económica. Dicho acuerdo signado por los charros del sindicalismo oficial, los empresarios y el Estado, en ese entonces con Miguel de la Madrid como presidente (1982-1988), marcó el inicio de una política de contención salarial que se extendió por diez años bajo la firma de diferentes pactos. Esta Política diseñada como pilar para sacar al país de dicha crisis, trascendió hasta nuestros días por medio de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, provocando que los salarios reales en la actualidad sufran un retraso de 28 años al ubicarlos en un nivel similar al que tenían en 1980. Sobre la reducción de la capacidad de consumo de las masas basta recodar que la Crisis Petrolera orilló a que en agosto de 1982 el precio de los productos básicos se incrementara en prácticamente un 100%: en dicho mes el valor del kilo de tortilla pasó de 5.5 a 11 pesos; el del pan blanco brincó de 50 centavos a 1 peso la pieza; en gasolina el salto fue de 6 a 10 pesos; y el del gas doméstico fue de 4.30 a 5.10 el kilo, etcétera.
Otro resultado de esta crisis fue lo que poco después se conoció como la crisis de la deuda: al arranque del gobierno de José López Portillo la deuda externa era de 21 mil millones de dólares, al finalizar dicha administración esta suma ya era de 76 mil millones de dólares. Esta problemática sería heredada por el ex presidentes Miguel de la Madrid el cual al terminar su mandado dejó como uno de sus logros una deuda externa de 105 mil millones de dólares. La otorgación de estos préstamos para auxiliar a la economía mexicana significó la imposición de durísimas condiciones para el gobierno por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), representando ello el despliegue de una política que ya se ha extendido por mas de un cuarto de siglo consistente en privatizar prácticamente toda la industria paraestatal, en bruscos recortes del gasto social, en la eliminación de prácticamente todos los susidios para el campo y en una apertura comercial que tendría años después su principal expresión en el Tratado de Libre Comercio (TLC)
La Crisis Petrolera de 1982 a la postre significo el tiro de gracia al Estado de Bienestar y el arribo del llamado neoliberalismo, acarreando todo esto tras de sí un proceso sin precedentes de deterioro de los niveles de vida de las masas obreras y campesinas y que perdura hasta el momento.
Los errores de diciembre y la crisis de 1995 (efecto tequila)
En 1995 el proletariado mexicano sería forzado a padecer los efectos de una nueva crisis económica, pero esta vez con mucho más crudeza que las anteriores.
Los errores de diciembre es la expresión acuñada por el ya entonces ex presidente Salinas para calificar la medida adoptada el 19 de diciembre de 1994 por el nuevo gobierno bajo la conducción de Zedillo, consistente en devaluar el peso en un 15%. Dicha determinación desencadenó toda una serie de graves contradicciones acumuladas en los últimos años que derivarían en el colapso económico más catastrófico hasta el día de hoy de la historia contemporánea de México.
Los años de negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC), el cual sería firmado en 1993 para entrar en funciones en enero del siguiente año, crearon un espectro que Salinas consideró favorable para lanzar una verborrea de lo mas demagógica señalando que México se dirigía hacia ser una país del primer mundo. No obstante la realidad económica decía lo contrario. Un argumento de Salinas eran las exportaciones las cuales, debido a la apertura comercial que ya existía incluso antes del TLC, entre 1989 y 1993 pasaron de 20 mil 545 a 51 mil 886 millones de dólares. Pero la otra cara de la moneda era un cada vez más abultado déficit de la cuenta corriente (fenómeno que se tiene como resultado cuando un país gasta más de lo que obtiene
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