Ciegos O Mudos

¿Ciegos o mudos?

Por Rosalí León Ciliotta

La mundialización de la información.

Un sueño aplastado y una ola imparable

de crecimiento… ¿Una etapa o un retroceso?

¿Vemos y no hablamos o no vemos y hablamos?

Mucho se ha hablado en los últimos años de los grandes beneficios que la "Aldea Global" traería; de toda la riqueza que la "Sociedad de los 500 canales" aportaría a las personas. Pero, ¿a qué costo se construye esta aldea global? ¿Qué tanta riqueza se puede obtener de canales que pasan lo mismo en diferentes versiones y sin el más mínimo control de calidad?

Hemos visto cómo la globalización crecía a nuestro alrededor; cómo la democracia florecía y se extendía. Sin embargo, hay muchos que se han quedado rezagados de todo este desarrollo; que han quedado fuera de la boga de información multidireccional.

Sin darnos cuenta, se ha perdido mucha de la autonomía de la que antes gozaban los diferentes estados gracias a la independencia de sus fuentes y productos informativos. Ahora, empero, el flujo de la información se ha vuelto unidireccional y vertical. En él, agencias de noticias que se jactan de dar informaciones con vista ensanchada y mundial, dan ciertas informaciones, y otras las manipulan para acomodarlas a los intereses del grupo de poder o el grupo que guarda el capital, puesto que a diferencia de otros años, quien posee un medio (que está destinado a crecer internacionalmente si quiere futuro), posee a las masas y por lo tanto tiene poder sobre ellas.

Así, se lograron crear tres tipos de medios: Ventana, Biombo y Púlpito. En el primero se tiene acceso a una información más extensa y menos manipulada por parte de las grandes compañías transnacionales. En la prensa tipo Biombo, encontramos que a pesar de que nos dan suficiente información, nos presentan una realidad selectiva e interesada en ciertos aspectos.

"La prensa biombo suele estar complementada de manera inevitable por la función de la prensa-púlpito; por una predicación interesada en favor de los intereses de los grupos de poder. En esta función se halla el origen de la famosa distinción entre opinión pública y opinión publicada"

(.- Román Gubern, La Aldea Enmudecida)

En la prensa-púlpito, como bien lo ha explicado el autor, los periodistas a su servicio publican con la esperanza de que lo que dicen (sus jefes) se convierta en opinión pública basándose en la estrategia de la penetración por repetición; que la información manipulada "Quede grabada" por perseverancia más que por la verdad o calidad que ofrecen.

Con esta misma política es que se ha llegado al punto en que ya no hay periodistas como los de antaño; que buscaban y analizaban, y recién en ese momento era en que en verdad escribían; en que en verdad eran periodistas y no simples peones o reporteros creados por las grandes empresas multimedia (que es, por si se les escapó, lo que está de moda).

Estos grandes conglomerados de empresas de prensa escrita, audiovisuales, etc. son quienes están tomando control de lo que el autor de Modelos para la comunicación colectiva, ha llamado software (fuentes informativas y facilidades de procesamiento) y hardware (distribución).

Así, poco a poco estamos siendo consumidos, los periodistas y toda aquella iniciativa que alguna vez pudimos tener. Es un hecho y ya no un temor: si no vende, no sostiene. Al principio se buscó una forma de llegar a un punto medio entre la información per se y lo que vendía: apelar a las sensaciones al mismo tiempo que mantener la veracidad y seriedad del periodismo "clásico". Ésto funcionó por un tiempo, hasta que el público masivo se comenzó a "cansar" de aquello, por lo tanto, los empresarios (que, dicho

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