Comparte que Dios nos ama como somos

1. Comparte que Dios nos ama como somos y la conciencia que tenemos de su amor al dar gracias de todo lo que poseemos y no lamentarnos por aquello de lo que carecemos

Yo sé que Dios me ama infinitamente por todas las bendiciones que recibo en cada segundo de mis días.  Al despertar me regala un beso y un buenos días del amor de mi vida, de camino a mi trabajo me obsequia espectaculares paisajes, un trabajo en el cual a pesar de los malos ratos ha hecho de mi lo que soy como profesionista además de que me ha dado la oportunidad de conocer personas extraordinarias que han compartido conmigo todos sus conocimientos y experiencias.  Y sobre todo sé que me ama porque me ha bendecido con una familia, aunque un poco disfuncional, extraordinariamente especial a la cual amo infinitamente.  Y qué decir de los maravillosos amigos que ha puesto en mi camino con quienes hemos compartido momentos, viajes y experiencias  inolvidables y sobre todo nuestra gran pasión y mejor pasatiempo, el baile.

Sé de antemano que no soy un ser perfecto, solo Dios, y que he cometido muchos errores, y en muchas ocasiones he lamentado y reclamado aquello que he deseado y no me ha sido posible tener.  Desde una simple platica con algún miembro de mi familia, un mejor puesto, viajes, hasta cosas materiales que sin lugar a dudas no han sido necesarias para ser Feliz.  Aunque no ha sido fácil, he aprendido a aceptar la voluntad de Dios y a recibir a manos llenas todo lo que me obsequia, tanto las cosas buenas como los problemas y malos ratos, ya que son los que me han enseñado a ser una mujer fuerte y luchona, con ganas de salir adelante en todas las facetas de mi vida.  A aceptar también que todo lo que no tengo y creo que me hace falta es porque Dios no lo tiene preparado para mí, que no es mi momento o que simplemente no hace de mí una mejor persona.

1. Comparte cómo han aprendido a valorarse como personas, como pareja, como padres (si ya lo son), como amigos, dando lo mejor de sí mismo, sin escatimar ni esfuerzo, ni tiempo (dar ejemplos concretos)

Hace un poco más de diez meses hicimos un compromiso ante Dios de amarnos y respetarnos cada día de nuestras vidas.  Y esa es mi misión cada despertar, buscar la manera de agradar y satisfacer a Marco en todo lo que hago, aunque sé que aún puedo dar más de mí.

Algunas de las cosas que he aprendido a valorar de él y que al principio fue difícil es respetar su pasión por la pesca, en un inicio yo consideraba que el tiempo que le dedicaba a esa actividad la podía compartir conmigo ya que el domingo es el único día que no trabaja y podemos despertar tarde y hacer cosas juntos en casa, pero me di cuenta que más allá de ser una actividad agradable para él, tiene un sentido emocional porque lo comparte de manera espiritual con su tío Agustín, que en paz descanse.

He aprendido a valorar su tiempo después de comida, a Marco le gusta dormir la siesta antes de regresar al trabajo, pero en un inicio para mí era tiempo valioso para hacer la limpieza, decorar la casa o simplemente lavar los trastes de la comida. Tanto lo he valorado que ahora mi cuerpo exige esa media hora de siesta.

Trato de vez en cuando (porque no es muy seguido) de preparar la comida que le gusta mole o pastel de carne, aunque a mí no me apetezca del todo y evito cocinar lo que le desagrada como los caldos y ensaladas con aderezo aunque para mi sean una delicia.

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