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Comprensión Lectora


Enviado por   •  5 de Julio de 2011  •  1.088 Palabras (5 Páginas)  •  1.236 Visitas

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Teseo el renegón

Teseo el renegón era un campesino muy trabajador, pero si algo le salía mal empezaba a renegar así: “Rayos esto es una maldición”. Y así era siempre Teseo maldiciendo a las cosas como si tuvieran la culpa.

Cierta vez, desde muy temprano salió con su carreta hacia al pueblo de San Jasmeo. La mañana era fresca y los pájaros, todo parecía perfecto hasta que la carreta se atascó. Una llanta hundida en lodo del camino, entonces Teseo comenzó a manotear y maldecir, pero no hizo nada resolver el problema.

De pronto, Teseo se acordó de Atlas, un personaje muy poderoso, que según la leyenda era capaz de cargar el mundo sobre la espalda.

“¡Atlas! ¡Ven a sacar a mi carreta! ¡Ayúdame por favor! ¡Tengo que llegar a San Jasmeo!” Teseo lo había invocado y estaba seguro de el vendría a ayudarlo.

En ese momento Atlas apareció y le dijo: “¿Qué es lo que quieres?” contestó Teseo: “Bueno… eh, ah, este lo que pasa es que mi carreta se atascó y no puedo sacarla yo solo”

Atlas contestó: “¿Mmm así que no puedes? ¿Y qué? ¿Piensas que yo la voy a sacar? Pero para que veas que soy bueno te ayudaré, pero debes de hacer lo que yo te diga. Primero limpia el lodo de la llanta, luego coloca tierra seca y piedras pequeñas delante de ella” Teseo obedeció, con la esperanza de que Atlas hiciera todo lo demás.

“Ahora, toma ese tronco y ponlo detrás de la llanta, arrea tu caballo y cuando la carreta se mueva empuja el tronco” le dijo Atlas y Teseo obedeció arreó su caballo y cada vez que la llanta se movía, el empujaba un poco más el tronco y así poco a poco, la carreta salió del lodazal.

“¡Gracias Atlas! Sin tu ayuda mi carreta aún seguiría atascada” le dijo Teseo, Atlas contestó: “Pero si fuiste tú quien hizo todo, sólo deja de renegar y maldecir a las cosas, y busca como solucionar los problemas, ya vistes que yo no hice nada” cuando terminó de decir eso desapareció misteriosamente.

Teseo continuó su camino hacia San Jasmeo y desde ese día Teseo dejó de renegar tanto y trata de resolver sus problemas él sólo.

La sabiduría del Pastor

Había vez un comerciante muy rico. Vivía en un palacio y tenía muchísimos criados. Vestía traje de terciopelo y cuando salía a la calle montada a caballo, iba rodeado de muchos soldados que lo custodiaban. Todo esto lo supo el rey del país, el cual ordenó que trajeran a su presencia al rico mercader.

El comerciante llegó al palacio real en compañía de cincuenta soldados.

“¿Cómo es eso? Tienes muchos criados y tu casa es mejor que la mía”. Dijo el rey.

“Señor, todo el dinero que gasto es mío”. Le contestó el comerciante.

“Si, pero no esta bien que vivas mejor que yo, has cometido un delito y lo pagaras con tu cabeza”. Dijo el monarca.

“Señor, ¿y he de morir solo por eso?” lagrimeó el comerciante.

“¡Morirás!... a menos que contestes tres preguntas que té hare. Las preguntas son: ¿Dónde está, el centro de la tierra?, ¿Cuánto tiempo se tarda en dar una vuelta alrededor del mundo? ¿En qué estoy pensando ahora?”.

El infeliz comerciante se llenó de miedo porque sabía que no podría contestar las preguntas.

“Señor, ¿me da Vuestra Majestad tiempo

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