Comunicación Y Relaciones Humanas
Enviado por Ferfcb16 • 23 de Abril de 2014 • 7.400 Palabras (30 Páginas) • 354 Visitas
INTRODUCCIÓN
Dentro del contexto de las relaciones humanas, la comunicación desarrolla un papel muy importante, ya que es por medio de ella que se crean y sustentan todo tipo de relaciones; es por esto que se hace necesario su estudio y entendimiento con el fin de hacer de la comunicación un instrumento de ayuda para desarrollar relaciones firmes que beneficien a todas las partes involucradas y a toda la sociedad.
A continuación se desarrollarán algunos temas relacionados con el contexto, tales como: las relaciones humanas y su importancia en las relaciones públicas; algunos antecedentes y nociones generales de las relaciones publicas; qué es el proceso comunicativo dentro de las relaciones públicas; las relaciones en los grupos humanos; fuentes, metas y objetivos de las relaciones humanas y por último, la aplicación del tema en la carrera de estudio, las relaciones públicas.
Para finalizar el estudio, se presentan las conclusiones a las que se han llegado luego del análisis de la investigación, siendo, en un aspecto general, que la comunicación es una determinante principal en el hecho de que las relaciones interpersonales y las relaciones públicas tengan éxito o no, y se pueda obtener lo que de ellas se espera.
NOCIONES GENERALES DE LAS RELACIONES PÚBLICAS
Las Relaciones Publicas modernas comenzaron desde que se produjo la necesidad en el mundo de los negocios de hablar con la prensa y, mediante ésta, con el público. El primer relacionista moderno fue, un periodista llamado Ivy Lee; era redactor financiero del diario “The New York World” y, de manera decidida y convincente asumió que la vida empresarial de los Estados Unidos debía protegerse de los buscadores de sensacionalismo que estaban atacando las prácticas negativas de los negocios, prácticas prevalecientes en el siglo XIX y que fueron heredadas en los inicios del siglo XX.
El origen de las relaciones públicas tuvo lugar en Estados Unidos. Es sumamente interesante estudiar la trayectoria que ha tenido esta disciplina a lo largo de los años: las intenciones que se tenían en su creación y cómo esta idea original ha ido descomponiéndose.
Algunos autores han escrito frases como: “Las relaciones públicas surgen como una disciplina organizada en función de la comunidad”; “su fin es proporcionar a la prensa noticias reales, verídicas, información honesta, dirigida a la razón y a la lógica de las personas”.
Es difícil determinar si esto fue real en un inicio; si en algunos sectores sigue estando vigente; y cuál es el motivo por el que, lo que surgió como algo muy positivo en un inicio, se ha ido desvirtuando. Inclusive se afirma que en algún momento las empresas vieron como aliada a la “verdad” y la “transparencia” al dar a conocer las cosas al público –interno y externo-, en vez de camuflarlas para beneficio personal o empresarial, argumentando que si no se da una información completa de los hechos a los medios, casi siempre ellos lo arreglan y, en la mayoría de los casos, perjudicando a la empresa más que beneficiándola.
Impresiona mucho leer estas conclusiones. Actualmente los medios de comunicación, muchos de los empresarios, profesionistas de relaciones públicas… dejan mucho que desear en su actividad laboral en temas relacionados con el bien común, la verdad, los hechos. Algunas de las definiciones sobre lo que son las relaciones públicas, dejan una brecha abierta a la pérdida de valores. Por citar algunas:
Jaime Urráiz: “conjunto de actividades que hacen conocer una entidad o una idea creando una imagen favorable”. La pregunta sería: ¿a costa de qué crearé esa imagen favorable? ¿Qué presentaré al público: lo que es en realidad la entidad o como pretende ser vista?
Byron Chistian: “esfuerzo consciente para estimular o influir en las personas, principalmente por medio de la comunicación, para que juzguen favorablemente una organización, la respeten la apoyen y le presten ayuda en los momentos de confusión y prueba”. Cabe la posibilidad de plantearse: ¿cuáles son los medios que se emplearán para llegar a influir en las personas? ¿Qué se presentará para que realmente ese juicio sea favorable?
Las mismas definiciones encierran un cierto temor acerca de los medios que se emplearán para obtener ese fin. En este sentido se presenta otra definición que, sin pretender calificarla de más adecuada, por lo menos presenta algo más real por dar menos cabida a distorsiones: “La práctica de las Relaciones Públicas consiste en el deliberado, planeado y sostenido esfuerzo para establecer y mantener un mutuo entendimiento entre una organización y su público” (Instituto de Relaciones Públicas de la Gran Bretaña). Se habla de un mutuo entendimiento. Éste se da cuando el receptor y el emisor comulgan mínimamente con ciertas ideas, por lo que podría decirse que hay una mayor cabida al diálogo, al intercambio de ideas, a la comprensión de las mismas y a la verdadera comunicación: proceso que involucra el intercambio de hechos, puntos de vista e ideas entre las organizaciones y sus públicos.
Ojalá que los relacionistas de verdad concentraran parte de sus esfuerzos en devolver el sentido humano a las prácticas empresariales, sabiendo que no es el dinero el único medio a través del cual se consigue el éxito, si no que sobre todo se éste se esconde detrás del factor humano. Se afirma que “el éxito corporativo actualmente está unido al acoplamiento, profundización y conocimiento de los recursos humanos que la mueven, desde la alta Gerencia, los niveles ejecutivos y medios, hasta cada empleado y obrero”.
La preocupante realidad de las Relaciones Públicas es la de armonizar las relaciones entre los seres humanos. El trabajo que se tiene que desempeñar es personal, “one by one”, permitiendo ese diálogo, presentando argumentos lógicos y racionales; a diferencia de la publicidad que busca la masa y tiende más a lo emotivo.
Por todo ello, el perfil del verdadero relacionista es complejo: es forjador y defensor de su imagen y la imagen corporativa a quien representa; debe tener dominio sobre sí mismo y atraer a las personas en vez de ahuyentarlas, transmitiendo simpatía; ser capaz de persuadir sin ofender; tener un interés continuo genuino por todo lo que el público piensa y por las razones que lo inducen a pensar de esa forma, experimentando curiosidad acerca del comportamiento humano; debe ser una persona sumamente observadora de las reacciones del público y tener “agudeza mental” y sentido común
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