Con la conciencia en sequía.

Con la conciencia en sequía

En la actualidad, prevalece un grave problema que con el tiempo va empeorando y las soluciones para este mismo no han generado notable efecto de restitución. La falta de compromiso, de quienes representa la causa principal de que este fenómeno se presente, representa el mayor impacto sobre la reiterada sequía que agobia a la mayoría de la población mundial y así mismo las especies y ecosistemas que están intrínsecamente relacionadas. Es necesario establecer cuáles han sido las visiones globales en cuanto al agua y el medio ambiente que han sido manejadas a través de la historia. De esta manera, el establecimiento de una consciencia de conservación medioambiental ha pasado de ser una visión responsable en donde ahora es dirigida hacia el derroche y a un descontrolado empleo del mismo producto de diversas concepciones en las tendencias del pensamiento.

Para muchas personas, la presencia de la sequía se debe a fenómenos naturales, sin embargo, el verdadero fenómeno es aquel donde la naturaleza tiene que responder a las diversas alteraciones que son generadas e inducidas por entidades ajenas, es decir, finalmente no es un fenómeno completamente natural, no todos los desiertos son el producto de la naturaleza, en muchos casos, debido a prácticas de uso del suelo inapropiadas, ciertas sociedades que vivían en áreas no desérticas han transformado sus territorios en desiertos artificiales. Por esta razón, las especies que puedan llegar a emerger son frecuentemente una mezcla precaria de flora y fauna que tienen que tratar de adaptarse a las nuevas condiciones locales; en este sentido, la desmesurada presencia de la sequía puede comprenderse como uno de los mayores crímenes que los seres humanos han desarrollado a medida que sus concepciones van perdiendo de las razones éticas, y de forma alterna, dar lugar a otros graves problemas como lo es la integridad de las especies involucradas.

En el afán por desarrollar las novedosas tecnologías y la búsqueda de preciados recursos naturales han sobregirado los límites del impacto ambiental; las nuevas metodologías implementadas aún no establecen una interacción amigable con los recursos desde su distribución hasta la administración de los desechos generados. Así mismo, las políticas gubernamentales aún no son completamente claras y específicas y por tanto la regulación de los eventos, no conlleva un proceso de prevención y preservación renovable equilibrada. El despilfarro y derroche del agua se ha sectorizado en muchos países con notable desarrollo; en algunos casos, se ha destinado hasta tres cuartas partes del consumo de agua, para riego de jardines, de parques o de numerosos campos de golf que tienen ciertas ciudades; en otros casos, cientos de litros de agua y metros cuadrados de tierra se convierten en selvas y bosques de hierro y cemento al ser empelados como el combustible de la locomotora del consumo

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