Critica "La Secreta Obscenidad De Cada día"

La secreta obscenidad de cada día

Es una obra que muestra encubrimiento de las verdaderas identidades de los personajes, viéndose involucrados en diversos juegos de roles, como de vendedores ambulantes, predicadores, borrachos, etc., hasta llegando incluso a lo absurdo. A medida que va avanzado la historia también se va desenmascarando quienes son cada uno. Además los personajes durante el transcurso de la obra se presentan como si estuvieran viviendo en la clandestinidad, prohibiendo que puedan mostrarse sin caretas, llegando a interpretar a dos pilares importantes de interpretación moderna de la realidad, como los son Sigmund Freud y Carlos Marx. Ambos personajes se ven relacionados con la época del golpe militar, habiendo siendo participes de las dos caras de la moneda de aquellos tiempos, aunque suene contradictorio, como torturados y torturadores, otro episodio también en el que ambos fueron participes de los dos lados de la experiencia como lo fue primero de detectives y luego de pervertidos sexuales. Aunque la escenografía no cambia, y es solo una banca no se reduce en ningún momento ya que los personajes son capaces de recrear diversas imágenes escénicas sin la necesidad de grandes implementos. A lo largo de la obra se ve presente a cierto nivel lo erótico como igualmente un tema político social que se va dando a conocer a medida que se van ventilando las experiencias de vida que atribuye a ambos personajes, aunque no siempre de forma muy explícita. Aunque en un principio actúan impulsados por situaciones totalmente personales de represión terminan por comprender la necesidad de hacer alianza, luchando así juntos de forma eficaz por la liberación de las diferencias. A pesar de tener un estilo de lenguaje muy sencillo si se nota una fuerza que logran imponer los actores sobre el escenario , que es la narración, acompañado de una gestualidad precisa por parte de los de los mismos, que totalmente logran darle la potencia que conllevan los personajes. En conclusión se consigue una fuerza en el montaje, logrando mostrar el análisis que hay de trasfondo, sin querer imponer la idea que presenta o querer dejar un mensaje de fondo al espectador.

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