Cronicas Marcianas

El género literario, en las muchas de sus variantes, tiene características particularmente sensibilizadoras y con efectos emotivos importantes en sus lectores. Tal vez esto se deba a la franqueza de las historias plasmadas, la forma en la que la prosa pueda estar escrita o las situaciones que el lector experimente, siempre y cuando sean compatibles con lo que el autor quiera plasmar.

Pero a pesar de eso, no toda la literatura está hecha para apreciarla de una forma emocional; también existen historias hechas para invitar al lector a imaginar escenarios próximos, lejanos o muy lejanos, concientizar sobre sus actos en la actualidad, meditar sobre su pasado, o hasta inspirarlo para plasmar sus ideas, en caso de ser similares. Es para eso que fue creado el género de la ciencia ficción, por pioneros como H.G. Wells o Julio Verne, para llevar la literatura a una dimensión donde un mundo completamente alterno puede ser creado y los personajes realicen hazañas que van más allá de lo que la mente puede comprender.

Y es que en lo referente, es una opinión común que el maestro Ray Bradbury ha sido el exponente más importante del género en la época contemporánea. Bradbury nació en 1920 y su familia se mudó varias veces hasta establecerse finalmente en Los Ángeles en 1934. Fue un ávido lector en su juventud, además de un escritor aficionado. A pesar de no haber podido asistir a la universidad por razones económicas, comenzó a vender periódicos y posteriormente se propuso auto-educarse a través de libros y empezó a escribir cuentos. Con novelas como Fahrenheit 451 o compilaciones como Crónicas Marcianas, logró dar a conocer una nueva cara de la ciencia ficción, la que supera a la realidad y está más cerca de ocurrir de lo que se podría pensar.

Específicamente, Crónicas Marcianas aborda cronológicamente la llegada de los primeros pobladores terrestres a marte, desde la primera nave de reconocimiento, hasta los posteriores asentamientos en masa en el planeta marciano. Originalmente, los capítulos que ahora forman el libro en sí, eran publicados en revistas. Después, se ensambla la recopilación que ahora es el libro en la actualidad.

Si se analiza de una perspectiva más a fondo, podremos descubrir en su estructura interna que no solo se trata de una historia de ciencia ficción, pues claramente podemos apreciar en sus personajes referencias a una crítica al sistema político y económico estadounidense, las corruptelas tejidas desde hace miles de años, el comportamiento del hombre en su hogar, la obsesión de poseer más, y de la actitud ante lo desconocido.

En los primeros episodios, el verano del cohete e Ylla, se trata de establecer un pequeño preámbulo para conocer superficialmente cual será el rumbo que tomará la civilización terrestre en cuanto a marte. Esto puede ser relacionado claramente comparado con las acciones tomadas por el gobierno estadounidense en aquel tiempo, de llevar al hombre al espacio, compitiendo con la URSS por la colonización más allá de los límites de la atmósfera. Además, en Ylla, Bradbury nos adelanta por medio de un relato en momentos hasta abstracto, cómo son los pobladores de marte, con qué se podrán encontrar los terrestres en

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